Capitulo 5

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Convivir con Frida se hacia cada segundo mas difícil, solo llevaban dos horas en casa y no habían mediado ni media palabra.

Rodrigo permanecia en su despacho analizando sus casos y Frida en su recamara hablando con Renata via Skype.

El reloj marcaba las 11:30pm cuando Rodrigo esa noche de viernes decidio volver a su apocento a descansar o tratar de hacerlo cuando vio la luz del cuarto de su hermana aun encendida, se asomo y vio como la niña de sus ojos dormia plácidamente, se acerco a ella y la cubrió con sus cobijas pues el frio ya comenzaba a sentirse en la ciudad de Nueva York, poso un suave beso sobre su frente y la observo dormir sentado desde la silla del tocador de su hermana.

La vio como a su niña, la que siempre protegería pero a la que nunca le haría daño con intención, Frida era su razón de ser y le dolia tanto estar tan distanciado de ella, su vida era incompleta sin las sonrisas matutinas de su hermana, extrañaba escucharla decirle lo mucho que lo quiere y que es su persona favorita; extrañaba a su Frida , a la alegre y la que lo desarmaba con solo sonreírle.

- ¡Ay, Frida!.- Se acerco a donde ella estaba dormida con un angel y acaricio su cabello logrando que la chica se removiera entre las cobijas.- Cuando te amo muñeca.

Beso su cabello y aspiro el olor a lavanda que emanaba de el, tan tierna como siempre.

- Buenas noches, Frida.

Apago la luz y salio cabizbajo hasta su cuarto, se metio a la ducha y cuando se disponía a dormir, una chica castaña de ojos azules se instalo en su cabeza.

Elizabeth Van Allen.

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- ¡Ya vente a dormir Beth¡.- Los gritos se escuchaban desde el piso superior hasta la mesada de la cocina donde ella aun no terminaba el reporte que debía presentar en la fiscalía el lunes.- ¡Elizabeth !

- ¡Ya subo enana!.- Sonrio y negó con la cabeza mientras digitalizaba el ultimo análisis.

Satisfecha con su trabajo decidio descansar pues al dia siguiente seria sábado y tenia muchas cosas en mente para hacer; el cumpleaños de Renata.

Antes de llegar a su habitación paso por la habitación de Renata y le deseo buenas noches, cayendo luego rendida en su cama hasta el dia siguiente.

Los rayos de sol caian como lazos de oro sobre su rostro, haciendo que la molestia de la luminosidad y el ineludible ruido proveniente del exterior la despertaran de su tan increíble sueño.

Elizabeth se levanto y se dio un extenso baño, se coloco unos jeans negros ajustados, una camisa azul, unas botas de tacon negras hasta los tobillos y una chaqueta de cuero, arreglo una mochila pequeña con sus cosas personales y un cambio de ropa y se fue a reunir al salón donde sabia la estaría esperando Renata.

- Buenos días pitufa.- Beso lo alto de su dorado cabello y la rubia sonrio.- ¿Desayunaste?

- Aun no.- Renata se levanto del sillón del salón y tomo su mochila.- Desayunamos juntas y luego me voy a la academia

Elizabeth sonrio y asintió caminando hasta el ascensor privado.

El reluciente Porsche Macan negro, además del siempre perfecto Audi de Elizabeth eran la sensación del estacionamiento de la Torre G-33 del distrito de Manhattan, las calles de la Ciudad de Nueva York siempre transitadas, el bullicio de los autos pero a la vez la diversidad de culturas que podias palpar solo en la manzana mas grande del mundo; Manhattan.

Nerai es el restaurante favorito de muchas personas en Nueva York, pero para las hermanas Van Allen, Nerai es amor. Se sentaron en una de las mesas del exterior y orderaron el desayuno.

A merced del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora