Capitulo 9

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¿Han sentido como que la vida se te escurre entre los dedos aunque estes caminando por la calle? ¿ Han llegado a creer que nada tiene sentido solo por creer perder a alguien? ¿Se han sentido expuestos solo con verse reflejados en los ojos de otras personas?

Pues es exactamente todo lo que Rodrigo siente en este momento mientras camina en el frio de las calles de Manhattan, no solo se sentía deshecho son que también se sentía el mas grande de los idiotas.

Habia pegado la estocada final al maltratar a su hermana por primera vez en su vida, había hecho una vez mas a su hermana alejarse de el y lo peor de todo es que Elizabeth una vez mas creía que el era el peor hombre del mundo.

Espere, hagan una pausa ahí, ¿Por qué le importaba lo que Elizabeth pensara de el?

Rodrigo no lo sabia, pero de repente se le antojaba como respirar cambiar la imagen que esa mujer tan hermosa tenia de el y aun mas importante recuperar a su hermana.
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Frida estaba hecha un ovillo entre los brazos de Renata y Aldo, mientras Ethan la observaba con todas las ganas de abrazarla y protegerla de todo aun cuando fuera su propio hermano quien le hiciera daño, sentía algo extraño con solo verla y eso que no había pasado un dia completo con ella.

Sus lagrimas por alguna desconocida razón le dolían en el alma, tanto que había optado por escaparse de la habitación una vez cesaron los gritos descontrolados de Rodrigo y Elizabeth.

Mientras bajaba las escaleras pudo ver que solo quedaban Elizabeth y su hermana sentadas cada una con una taza de algo humeante que por el característico olor era café, las chicas sintieron sus pasos y levantaron la vista hasta donde el estaba.

- ¿Pasa algo guapo?.- Elizabeth lo observaba extraño y un nudo se formo en su vientre.- Ven siéntate conmigo

Elizabeth palmeo un lado en el sofá en medio de Samantha y ella para que Ethan tomara asiento y asi lo hizo.

- A ver campeon.- Sam sirvió una taza de café para el y se la entrego con una suave sonrisa.- Cuentanos, ¿Qué pasa por esa cabecita loca?

Ethan tomo un sorbo del apreciado liquido que rebosaba en su taza y suspiro.

- ¿Les ha pasado que sienten la necesidad de cuidar a alguien sin conocerlo?.- El chico sonaba dulce, la sonrisa tierna y embobada de Elizabeth lo confirmaba.- Asi como que quieren llevársela a algún lugar lejos de todos, donde nadie le dañe y solo pueda sonreir?

Samantha se derretia lentamente con cada palabra dicha por su hermano, aun no podía creer que Ethan, el amor de su vida, a sus casi dieciocho años de edad nunca le hubiera presentado una chica y mucho menos que se sentiría con instintos protectores hacia alguien.

- Frida?.- Elizabeth lo observo asentir con una sonrisa tierna.- Ethan, ¿Te gusta Frida?

Las mejillas del chico se tornaron de un rosa tierno y Samantha rápidamente abrazo a su hermano.

- Me parece que Beth deberá hacerse cargo de esto.- Todos miraron a la pelinegra algo confundidos y ella se encogio de hombros.- No me prepare psicológicamente para cuando a mi hermanito le gustara una chica, asi que adiós.

Samantha beso el pelo de su hermano y corrió escaleras arriba dejando a Elizabeth y su hermano solos en la sala.

- Te gusta Frida.- Ethan miro a Elizabeth apenado y escondio su mirada.- Eso es bueno, ¿Cómo te sientes?

- Raro.- Ethan tomo un sorbo de café y se giro a ver a su acompañante.- Beth, nunca había querido proteger a nadie mas que no fuese Samantha, nunca había querido abrazar tanto a alguien, tampoco había querido hacer sonreir a alguien y tampoco me había importado alguien en menos de un dia, ella ni siquiera parece notarme.

A merced del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora