Capítulo 12

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El trabajo era la mayor pasión de Robert, su padre y hermana siempre le reñían porque pasaba demasiado tiempo entre la biblioteca y el campo, ahora, con la presencia de Lía en su hogar, se había convertido más en un escape.

Tras pasar toda una mañana con la dama se había generado en él un cambio, el concepto que tenía de ella se había derrumbado un poco al escucharla reír, se sentía confundido. Presumía de su habilidad para juzgar a las personas pero con ella todo era distinto, no la comprendía, tenía curiosidad de conocerla pero a la vez quería mantenerla alejada, eso lo había hecho evitar la cena del día anterior, alegando estar cansado pidió que le subieran la comida a su cuarto y esa mañana se había levantado temprano y se había ensañado en la construcción del granero, sin embargo no podía desaparecer todo el día.

Al regresar a la casa pasó desapercibido, no había rastro de las damas ni de su padre, una extraña paz se podía sentir en el lugar y fue tranquilizador el poder caminar por su propio hogar sin temer encontrarse unos ojos verdes en cada esquina. Ni siquiera se tomó el trabajo de cerrar la puerta de la biblioteca, llevaba ahí dos horas y ni un solo alma se había asomado por el lugar, subido en una escalera buscaba en las repisas superiores unos libros de cuentas de años anteriores, con el fin de hacer comparaciones en los gastos, cuando escuchó una vocecilla en el pasillo, no le dió tiempo de bajar los escalones cuando Lía entró en la habitación, tarareaba una canción que se le hacía familiar y se desplazaba delicadamente tambaleándose de un lado a otro, iba tan distraída que no se percató de la presencia del joven que la miraba desde el otro lado de la habitación, Robert fue bajando lentamente cada escalón y se acercó silenciosamente a la dama que sacaba ávidamente libro tras libro hasta formar una pequeña pila.

-¿Piensa desmantelar mi biblioteca, señorita Lowell?
Del susto dejó caer los libros que cargaba y se volteó sorprendida de tener a Robert a sólo unos pasos de ella.
-No tiene porqué asustarme, ¿lo sabía?-respondió mientras se agachaba a recoger los distintos volúmenes que se encontraban esparcidos por el suelo.
-No era mi intención- un libro había caído a sus pies y se inclinó para levantarlo, al leer el título de éste se lo devolvió a la dama- ¿novelas góticas? En Willow Hall no va a encontrar fantasmas, señorita Lowell.
-Lo sé, y no espero encontrarlos, me sobra y basta con toparme con usted- Robert iba a replicar cuando la joven levantó su mano pidiendo silencio- y... ¿ya se encuentra mejor?
-¿Primero me ofende y ahora se preocupa por mi?
-¡Pff! No se equivoque -exclamó con un bufido- no preocupo por usted , pero su padre sí, anoche estaba muy afligido porque usted se sentía mal y prefirió quedarse en su recámara.
-No me sentía mal... sólo estaba cansado.
-Entonces evitele esas preocupaciones a su padre, su actitud egoísta e infantil lo lastiman.
-¿Infantil? ¿Que tiene que ver...?
- A mi tampoco me gusta que me impongan la compañía de las personas, sé que es difícil tolerar la presencia de alguien que no le agrada... pero, ¿no podemos hacerlo por su padre y Kathryne?

Ambos permanecieron en silencio por un momento que se sintió eterno, mirando a los ojos a la joven asintió y, al ver el gesto, Lía hizo una reverencia y salió del lugar. Al parecer la joven siempre ingeniaba un modo para molestarlo y esta vez se sentía avergonzado por no haber sido el primero en mostrar una actitud madura, era la primera vez que la veía como una mujer y no como una chiquilla, desde el primer momento la había subestimado pero poco a poco se iba mostrando realmente, talvez, solo talvez, su hermana tenía razón sobre ella.

Esa noche, con la presencia de Robert, el ánimo del señor Ringham mejoró exponencialmente, Kathryne tampoco parecía disgustada con su hermano, lo que a su vez alegró a Lía. La cena del día anterior había pasado entre varios silencios incómodos en los que Lía trataba de animar a sus amigos pero ahora todos parecían disfrutar de la deliciosa comida.

El disfraz de una dama ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora