Capítulo 29

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Camila POV:

Me vi al espejo una vez más, tenía bolsas debajo de mis ojos marrones apagados, la cara más pálida y los labios más secos. Ya no había ese brillo tan singular que tenía, tampoco sabía qué hacer con mi vida en este momento. Todo era tan confuso...

Eliminé todos los pensamientos malos de la noche anterior antes de ponerme a llorar y salí del baño de esa habitación, encontrándome con la imagen más triste de mi vida.

Brad POV:

Salí de aquella cama tamaño King y fui directo a la ducha, tome un refrescante baño y luego me puse uno de mis tantos trajes a medida. Sé que soy guapo y lo hago lucir cada día pero mi prometida era aún más bella.

Acomode mi traje y visualicé la pequeña cajita de terciopelo que yacía en la fina mesa de caoba importada, la tomé entre mis manos sonriente pues sabía que el día había llegado por fin, la guardé en mi chaqueta y salí del lugar.

Mi mansión era la más cara de toda la ciudad y pos supuesto Rusia, costaba un poco más de 10 millones pero era un precio muy pequeño para el gran hijo de Marzat Ivanofd, dueño del cartel más poderoso de narcotrafico.

Mi mansión era la más cara de toda la ciudad y pos supuesto Rusia, costaba un poco más de 10 millones pero era un precio muy pequeño para el gran hijo de Marzat Ivanofd, dueño del cartel más poderoso de narcotrafico

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Me dirigí a mi Jet privado, con destino directo a USA – Miami donde mi prometida me estaba esperando. Sonreí mientras veía como la pista de salida se iba alejando.

-Ya es hora –susurré con una sonrisa-

Lauren POV:

Empecé a llorar de impotencia por no haberla retenido conmigo, lloré porque estaría lejos de ella, me sentí inútil por no poder hacer que se quede y formar una familia. Me tape la cara con mis manos y lloré tan fuerte como pude, no me importo que me escucharán.

Escuché unos pasos apresurados y luego sentí un abrazo de mi lado izquierdo, antes de poder reaccionar mi nariz reconoció ese aroma tan exquisito e inconfundible.

-¿Camz? –pregunte con duda aun llorando-

Camila: Tranquila, estoy aquí –susurró- estoy contigo...

Mi corazón empezó a acelerarse y el Holter a sonar, estaba muy feliz.

-Dime que eres real –la abracé más fuerte- dime que te quedarás conmigo –dije entre lágrimas y sosteniéndola tan fuerte como pude-

Camila: Estoy aquí –volvió a repetir con un nudo en la voz-

La abracé por varios minutos hasta que mi llanto cesará, nos separamos sin dejar de tomarnos las manos y la vi a los ojos. Se veía tan apagada, tan débil, tan infeliz...

-¿Por qué nunca me contaste sobre las amenazas de tu padre? –dije bajando la cabeza y sosteniendo su mano tan fuerte como mi cuerpo me lo permitía-

Sin Aviso 2 | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora