Sin Aviso 2 | Camren

Capitulo 47

OMNICIENTE:

Al levantarse pudo darse cuenta de que todo era real, no había ninguna farsa. Todo lo que estaba viviendo era real, Camila no está con ella abrazándola como solía hacerlo cada noche, besando sus hombros antes de dormir, besar a Mateo antes de irse a trabajar o quedarse en casa solo para jugar con los bloques blandos en familia.

Ya no había esa tranquilidad ni tampoco estaba el ambiente hogareño de la casa pues ahora estaba junto a sus suegros en una casa de seguridad bajo el cuidado del fiscal más poderoso de la corte de Reino Unido y sus hombres de seguridad. La castaña suspiro para luego pensar en su esposa no podía dormir bien sin ella a su lado y es que en todo este año de casadas ella había creado la costumbre de hablar con Camila hasta dormirse y el no hacerlo la empezaba a entristecer. Fijo su vista en su pequeño hijo de tan solo 1 año de edad, necesitaba mucho de sus madres y de ella en especial, tendría que ser fuerte por ellos dos que eran su todo. Mientras acariciaba su cabello castaño recordó a Lauren y su hija, afuera sin protección mientras ella estaba protegida y aunque no le gustara para nada Lauren no podría preocuparse por la pequeña Karla Cabello, ella era parte de Camila y nunca se perdonaría que le sucediera algo por tan solo sus celos. No le gustaba pero tenía que hacerlo.

Mientras tanto en un departamento bajo el nombre de Camila Cabello una Lauren estaba muy angustiada por el paradero de la madre de su hija, esta no contestaba ninguna llamada y empezaba a preocuparse más de lo normal. Ya no sabía cómo encontrarla hasta que pensó en el único contacto que podría ayudarla en este momento, antes de marcar el número conocido en aquellos tiempos su soledad la atacó. Lauren recordaba cómo había quedado sola en todo el tiempo lejos de Camila por su impulso de ira al no leer la carta que era un pase a la felicidad. Se alejó de sus amigas cuando sus padres murieron entrando a una depresión tan fuerte que alejo a todas las amistades que tenía en Miami hasta toparse con Ty Dolla, aquel hombre que le parecía su salvación, al cual se unió por soledad al no tener a nadie más. Sin sus padres cerca y con la responsabilidad de cuidar a dos adolescentes Lauren tomó la decisión de mandarlos a un internado pues no podría cuidarlos como ella quisiera, los mando al mismo internado para que no se sintieran tan solos mientras ella usaba la excusa de "mejorar" y tratarse con un psicólogo por la depresión pero la verdad es que solo se enfocó en olvidarse de todo con su salvador hasta que tomó la decisión de volver con Camila pues la extrañaba a mil demonios pero ¿Cómo volver con alguien a quien echaste de tu vida? Lauren vio la solución en aquella carpeta marrón y pensó que todo se arreglaría con tan solo firma pero la vida no lo quiso así.

El sonido de su celular la sacó de los pensamientos dolorosos que volvían a su mente limpió las lágrimas rebeldes que caían por sus mejillas para fijar la vista en la pantalla de aquel aparato revelando un número desconocido pero con el código del mismo país donde estaba.

Con esperanza de que sea Camila, la ojiverde contestó tratando de simular una voz tranquila y no rota, como su corazón.

-¿Diga? –contestó con esperanza en la voz-

-Lauren... -era la voz de Ariana-

-¿Sabes dónde esta Camila? –la preocupación era más grande y quería respuestas-

-Es un tema delicado que necesitamos hablar en persona –suspiró- necesito que nos veamos en 1 hora –su voz no sonaba segura-

-Primero quiero saber de Camila, mi hija la extraña –necesitaba saber dónde estaba la ojimarrón-

-¿Tu hija o tú? –los celos salieron a flote- Sé que aun la quieres pero no hago esto por ti, lo hago por la hija que tienes con mi esposa –remarcó la última palabra-

-¿Hacer qué? –preguntó- ¿Llamarme? –dijo sarcástica-

-Cuidarlas –se notaba el enojo en su voz- Te mandaré la dirección del lugar, lleva todo lo necesario porque no vas a volver donde te estés quedando –aclaró haciendo confundir a Lauren-

-¿Cómo? –su ceño estaba fruncido-

-No faltes –cortó la llamada-

Lauren volvió a mirar el celular confundida por la llamada, ¿Qué estaba pasando?