Sin Aviso 2 | Camren

Capítulo 48

CAMILA POV:

Gracias al colchón pude dormir unas 3 horas pero luego desperté angustiada por lo que podría pasar pero más por mi familia y mis hijos. Todo era tan injusto, quería estar tranquila con mi familia pero todo empeoro a cada paso que daba, es como si la vida quisiera que retrocediera.

Fije mi vista en el techo de la habitación imaginando como estaría Mateo, él odiaba que lo dejará solo, era muy cercano a mí. Mis ojos empezaron a cristalizarse imaginando a mi familia en peligro pero ahora también estaba Lauren y la pequeña Karla, todo estaba mal, muy mal.

Al escuchar la puerta abrirse y cerrarse, fijé mi vista en el camino hacia el colchón creando valentía donde solo había miedo y dolor. Gracias a la luz de una las ventanas pude observar que era Brad con una bandeja, supuse que era mi desayuno.

-Buenos días –saludo el castaño con su acento ruso-

No dije nada, solo miré hacia mi muñeca adolorida por la esposa.

-Me gustaría liberarte pero sé que escaparas y tu padre odia que lo desobedezcan –dijo con el acento marcado-

-Tu jefe no es mi padre –solté con enojo-

-Y él no es mi jefe –escuché su risa- Es mi padrino –sentí la bandeja cerca de mí-

-¿Por qué me tuvieron que quitar la libertad otra vez? –pregunte con tristeza-

Hubo un silencio hasta que fijé mi vista en Brad, sabía que yo le gustaba pero su lealtad podía más.

-Cuando atraparon a mi padre Lebedev estaba a punto de entrar a la presidencia de Rusia y coronarse como el rey de todo el imperio del narcotráfico pero sin su benefactor no pudo llegar a más –sus ojos marrones chocaron con los míos- tú le diste muchos problemas que solucionar y sin mi padre no podía avanzar más y todo el imperio que construyó se desmoronó...

-¿Qué tiene que ver esto conmigo? –pregunte cansada- Yo desaparecí y me diste tu palabra que de jamás volverían a buscarme, te di lo que pediste pero sigo aquí –me sentía rota- Brad tengo una familia, tengo un hijo pequeño –sollocé-

-¿Al final si creaste tu familia? –pregunto con una sonrisa- yo quería formar una contigo Camila, quería tener pequeños corriendo por el jardín y a ti a mi lado viéndolos crecer –suspiró- pero luego me enteré que nunca serías feliz a mi lado y supe que no podía casarme contigo –su semblante cambio a uno triste- no quería arruinar tu vida como mi padre lo hizo con mi madre –su voz cambio drásticamente-

Nunca me puse a pensar en la vida de Brad, siempre lo vi como el hijo del socio de Lebedev pero nunca lo vi como Brad, un chico hijo de un narcotraficante.

-¿Cuál es tu historia Brad? –pregunte triste-

-Una no muy feliz –dijo con una mueca-

LAUREN POV:

Llegué al lugar acordado con la pañalera de Karla en mi hombro izquierdo, una pequeña maleta en la mano derecha y Karla sobre mi pecho. El lugar era una cafetería muy bonita al lejos del departamento pero su ambiente era tranquilizador con ese característico olor a café.

Entre con paso lento buscando con la mirada a Ariana y la encontré en una mesa algo apartada del resto, dirigí mi camino hacia ella y pude notar que tenía a un guardaespaldas cerca de ella, unas 2 mesas para ser exactos. Sentí una sensación familiar.

-Hola –saludé al sentarme frente a ella-

-Hola –levanto la vista de su café-

-Pues aquí estoy –baje la pañalera- ¿Dónde está Camila? –pregunte con Karla en mis brazos-

-Seré sincera contigo Lauren –suspiró- no me gusta que estés cerca de mi esposa porque sé que aun la amas pero esto ya no se trata de nuestra competencia por Camila sino por nuestros hijos –me estaba preocupando- Necesito que vengas conmigo a una casa de seguridad –esta sensación era demasiado familiar- Estando ahí prometo contarte todo y Alejandro también –tomó un sorbo de café-

-¿Los padres de Camila? –dije confundida- ¿Qué es lo que está pasando Ariana? –pregunte cansada de este juego- ¿Por qué me citas a un lugar alejado? ¿Por qué tienes un guardaespaldas? ¿Por qué están en una casa de seguridad? ¿Por qué CAMILA NO ESTA AQUÍ? –pregunte con dolor y angustia en la voz-

-¿Quieres saberlo? –su voz era firme- Entonces ven conmigo –se levantó mirándome-

Antes de poder decir algo, empezó a caminar con mi maleta en su mano derecha. Resignada tomé la pañalera y la seguí.