Desde el día en que hicimos el amor Camila estuvo con nosotras, venía a vernos todos los días junto a Mateo que jugaba con su hermana. Camila habló con Ariana sobre nosotras y le confesó que le había sido infiel conmigo pues seguían casadas pero el divorcio estaba en trámite, Ariana lo aceptó porque no quería seguir con alguien que no la amaba pero le costó dejar ir a Camila.
Después de una semana exactamente, Camila había mejorado mucho con la herida de bala y ya sería trasladada a una habitación normal, las 48 horas no se llevarón a cabo por la salud de Camila y eso me alegró pues estaría más tiempo conmigo, que equivocada estaba.
Al pasar una semana con un día Camila se fue del centro de protección dejando a Clarke en su lugar, nadie sabía el paradero de la morena y los oficiales empezaron a buscarla. Clarke tenía en su poder el acta de divorcio, una herencia, un testamento y una carta dirigida hacia mí.
Pensamos lo peor al imaginar perder a Camila, había dejado todo arreglado como si ella ya no volvería más, Clarke insistió en que tenía órdenes de Camila de leer el testamento y la herencia, me rechacé a escucharlo pero al final termine sentada en esa silla de cuero frente a Clarke que tenía una mirada opaca, estaba triste al igual que todos.
El testamento estaba a nombre de Sofía Cabello, Mateo Cabello Grande y Karla Cabello Jauregui.
Camila había asegurado a sus hijos y hermana con una fortuna de 60 mil dólares. Clarke hizo énfasis en que hasta que no cumplieran la mayoría de edad ese dinero solo se podría sacar para uso de sobrevivencia de estos y solo el tutor legal de cada uno.
Después leyó la herencia, había dejado 2 propiedades al nombre de Sinuhe Estrabao, un departamento a mi nombre junto con el auto Audi A7 y la parte correspondiente de la empresa a Ariana.
Al terminar de leer los documentos, salimos de la habitación con lágrimas en los ojos pensando lo peor. Antes de poder entrar a mi habitación Clarke me detuvo entregándome la carta con mi nombre en ella. La mire apreciando la caligrafía de Camila en ella, acaricie las letras escritas con tinta negra deseando que Camila estuviera a mi lado, no podía leerla. Me aterraba saber que podía perderla para siempre, deje la carta a un lado y lloré como nunca antes, lloré como la primera vez.
CAMILA POV:
-Llegamos –dijo Shawn bajando del auto- Estaté atenta a todo –dijo sacando su arma-
Asentí e hizo lo mismo, saqué mi propia arma y la observé por un momento, el recuerdo de Austin me invadió. Eliminé todos los recuerdos y seguí a Shawn de cerca.
Él tenía un G3A con silenciador, un arma potente y silenciosa. Avanzó delante de mí para poder disparar a los guardias de la puerta.
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Hizo de la señal de avanzar y empecé a seguirlo a una distancia prudente, yo tenía entre mis manos una USP 9 milímetros sin silenciador quería que se escuchará mis disparos.
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Luego de reducir a los guardias de la puerta entramos sin problemas hasta el salón principal, el lugar era como una casa de un solo piso donde había varias habitaciones y la principal tenia hombres con mujeres en sus regazos. Shawn se metió por un pasadizo sin hacer bulla yo iba detrás de él hasta llegar a la oficina de Jov, Shawn sabía su escondite más remoto pero lo hayamos.
Entramos con cuidado de no hacer ruido, mientras Jov estaba con una mujerzuela besándose nosotros aprovechamos para trabar la puerta y mi momento tan esperado había llegado.
-Lebedev –dije con rabia-
Jov tiró a la mujer al suelo y fijo su mirada en mí, una sonrisa apareció en su rostro provocándome ganas de darle un derechazo con todas mis fuerzas pero me contuve.
-Vete –le dijo a la mujer- Déjame solo con mi hija –remarcó la última palabra-
-No soy tu hija –dije molesta- nunca lo seré maldito asesino –escupí en su escritorio-
-Cuidado como me hablas –dijo tranquilo limpiando mi escupitajo-
-Tú ten cuidado como le hablas a ella –dijo Shawn molesto a mi lado-
-Oh vaya –se recostó en su silla- veo que has traído al traidor, que conmovedor –río-
-He traído más que eso –dije con una sonrisa-
Shawn me entrego su arma con una sonrisa y yo apunte hacia Jov, sonrió mirándome con ojos retadores.
-No eres capaz de matarme –dijo confiado-
-¿Quién hablo de matarte? –dije sarcástica-
Disparé hacia su mano derecha, el soltó un grito de dolor cayendo al suelo.
-Esa mano se atrevió a abofetearme –dije cerca de él-
-Maldita zorra... -masculló-
Me paré y vi como Shawn le quitó el arma que tenía escondido en sus pantalones dejándolo indefenso ante nosotros.
-Camila es demasiado buena contigo maldito animal –dijo Shawn molesto mientras lo pateaba en el estómago-
-Tranquilo Shawn –dije apartándolo suavemente-
Shawn se alejó de él y Jov empezó a escupir sangre.
-Debería darte otro disparó por la muerte de la novia de Shawn –dije mientras me ponía de cuclillas frente a él- Debería darte más por toda la mierda que has hecho pero no soy tú –dije molesta-
-Yo soy mejor que tú –masculló-
Sonreí ante esa estupidez. Me paré e hice la señal hacia Shawn.
Shawn puso boca abajo a Jov inmovilizándolo y apretando su mano herida, él grito de dolor pero no me importaba. Se merecía todo lo que le hacíamos.
-Sabes Jov tú me enseñaste a ser silenciosa pero tú no lo eres –dije irónica- ¿Te acuerdas? –voltee para verlo-
-Ojala te hubiera matado... -escupió con rabia-
Shawn piso más fuerte causando que Jov gritará más.
-Ojala hubieras sido más inteligente Lebedev –saqué mi arma y se la enseñé- Espero que ahora seas más silencioso –sonreí-
