— ¡¿Eso te dijo?! —preguntó MinAh, igual de indignada que yo.
Asentí molesta. Seguía tan furiosa con YoonGi que agradecí mentalmente que fuera clase de deportes, así podría liberar toda mi energía en algo.
— ¿Por qué es así?, ¿Qué le hice? —cuestioné a mi nueva amiga, quizá ella desde su perspectiva veía algo que yo no. Algo que quizá me pudiera indicar si hice algún gesto grosero que le molestó al pálido desde el principio.
—No lo sé... —se encogió de hombros, me desilusioné enseguida—. Probablemente sea porque nunca había tenido un compañero de escritorio y sólo está tratando de ahuyentarte de ahí, ya sabes... su territorio —la miré, eso sería extraño pero parecía ser la única opción. Bufé más molesta.
—Yo no quise sentarme con él en primer lugar —exclamé hastiada.
La directora prefirió dejarme en ese sitio antes de permitirme sentar en un escritorio vacío al final de la clase. Suponía que la razón era por la forma en que le contesté momentos antes de entrar al salón.
Seguí practicando mis lanzamientos en baloncesto. Encesté justo a tiempo, pues el profesor nos indicó que la clase había terminado y que era momento volver a los vestidores. Debía acomodar el balón con el resto.
—Además pudo haberme ignorado... —mascullé.
Yo lo hubiera hecho. No le hubiera complicado la existencia a una pobre niña nueva que ni siquiera se hallaba en toda la ciudad.
Fruncí el ceño, no sabía qué hacer. No planeaba dejar que me humillara así, sería terrible pero tampoco estaba dispuesta saber si era en serio la amenaza contra el trabajo de mi padre.
— ¡Brooklyn, cuidado! —gritó MinAh de repente, provocando que estúpidamente intentara verla a ella primero.
Justo cuando estaba por dejar el balón en su lugar, sentí un fuerte golpe contra mi espalda, logrando desestabilizarme y que así jalara toda la canasta de balones contra mi cuerpo en busca de algún soporte, cuando finalmente caí.
Todos los balones cayeron sobre mí y las risas de mis compañeros retumbaron en mis oídos.
—Señor Jung, no tiene por qué agredir a las señoritas de mi clase —un par de manos se extendieron en mi auxilio. Una era de MinAh y la otra del entrenador. Me ayudé de ambas para poder levantarme.
—Lo siento, entrenador. Estaba algo emocionado por mi clase —contestó el individuo, con un tono burlón que hizo que levantara la cabeza de inmediato para saber de quién se trataba mientras sobaba mi cabeza.
—Su clase inicia hasta dentro de veinte minutos, señor Jung.
Increíble. J-Hope tenía una amplia sonrisa en la cara, sin dejar de mirarme. Al igual que muchos de mis compañeros de clase, por lo que mordí mis labios un tanto furiosa.
— ¿De verdad? —tan descarado. Se atrevió a preguntar aún cuando sabía que así era—. Debo haberme confundido...
—Bien, entrenador Yang. Me encargaré desde aquí —una bonita entrenadora se acercó a la escena. Dios, yo quería tener ese cuerpo—. Señor Jung, recoja todos los balones y guardelos en su lugar —se acercó a mí y con suavidad comenzó a revisar mi cráneo comprobando que todo estuviera en orden.
—Pero entrenadora-...
—Es una orden, señor Jung —J-Hope ni siquiera hizo el intento por movilizarse—. Si de verdad quiere participar en la competencia, debe tener el acta de buena conducta, ¿no es así? —levantó las cejas, de forma retadora y se cruzó de brazos; a lo que el chico sólo rechistó y comenzó a obedecer— ¿Está bien, señorita?
Se acercó. Se veía tan jovial, atlética, como una chica de nuestra edad, tan bonita y con una melena tan hermosa que demostraba su increíble salud.
—Sí, gracias —asentí.
No estaba mareada pero su belleza me impresionó un poco, debo admitirlo. Ella sonrió y me dejó ir.
—Después de la ducha vaya a enfermería ¿Está bien?—me dijo, a lo que asentí.
— ¿Quién es ella? —pregunté cuando caminé hasta donde MinAh.
—La entrenadora de la clase dos. Es muy bonita ¿verdad? —asentí mirándola conversar con nuestro entrenador—. Ven, vamos a las duchas.
Fue entonces que noté cómo el castaño corría hasta llegar a Suga y chocaba los puños con él de manera triunfante, riéndose en mi dirección.
Maldición, qué podía hacer.
[***]
Cuando las clases terminaron, intenté permanecer con el poco orgullo que me quedaba intacto, soportando a mi compañero de escritorio. Sabía lo que me correspondía hacer después de que todos se fueran, así que no esperaba nada de su parte.
Cerré los cuadernos y suspiré.
— ¿Te quedarás? —preguntó MinAh girando a verme. Asentí con una pequeña mueca, ella miró a YoonGi, que seguro seguía dormido en su asiento—. Está bien. Mucha suerte —sonrió levantándose con su mochila lista, dándome esa mirada entre lástima y ánimo—. Nos vemos mañana.
—Hasta mañana —sonreí apenas, levantándome igual para ir al armario por una aspiradora, que me permitiera limpiar y pulir el piso.
—Pensé que tendría que decirte lo que te correspondía hacer —escuché su voz, sólo lo ignoré.
Necesitaba sacar ese aparato del armario.
Está atorado. Batallé con el pequeño espacio que impedía que saliera por completo hasta que sentí que alguien me hizo a un lado y sacó el eléctrico con facilidad. Bufé. El mundo no era justo.
—Gracias —mascullé, más por educación que porque realmente estuviera agradecida.
—No te preocupes, preciosa —cuando tocó mi mentón y lo levantó para que le mirara a los ojos, me alejé enseguida.
—Vete —me sorprendí cuando ese pensamiento no se quedó como tal, dentro de mi cabeza.
— ¿Por qué debería? —parecía divertido y obstinado en querer molestarme.
—No necesito tu ayuda —contesté con hostilidad llevando el aparato hasta el final del salón para comenzar desde ahí. Vaya, si que era valiente—. Además, seguro tus amigos deben estar esperando.
Su sonrisa se ensanchó aunque desvié la mirada. Escuché una pequeña risita.
—Estás asustada —acusó acercándose. Retrocedí cerrando los ojos.
No quería darle la razón pero era cierto. Su diversión incluso me enfermaba.
—A-aléjate.
— ¿Te asusto sólo yo o es por J-Hope? —abrí los ojos por completo ¿Cómo sabía...?— ¿Piensas que no lo he notado? Ese imbécil y sus maneras de... —murmuró algo que no logré escuchar.
Lo hizo a propósito, como si justamente estuviera deteniendo sus palabras antes de decir algo inadecuado.
—Sólo vete... —pedí para que dejara de acercarse.
Su ceño se frunció, sin embargo, pareció detenerse.
Lo siguiente que escuché fue la puerta cerrarse y cuando me di cuenta, ya no estaba en el salón de clase.
Oh, diablos... ¿Por qué tenía que llegar a este lugar?
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Do you wanna know? -BTS-
FanfictionUna chica nueva. Un chico problemático. Una mala e inestable combinación. «Te diré "te amo", si eso es lo que necesitas...» Él no es el típico chico malo y ella no es la típica chica que intentará hacerlo cambiar. "No eres lo que ella merece pe...