Do you wanna know? -BTS-

Capítulo 17... Suga...

No sé en qué estaba pensando cuando me dejé convencer por Hoseok para asistir a la fiesta.

Supuse que fue la adrenalina del momento, el deseo de experimentar algo más o intentar actuar como una chica de mi edad... sin embargo, mientras bajaba de la motocicleta y veía la fachada de aquella casa, me sentí extraña.

Quizá las fiestas no eran lugar para mí; pues todo aquel que llegaba y pasaba a nuestro lado, saludaba a Hoseok sin tener el mismo agrado cuando se dirigían a mí. 

Muchos me miraban como si fuera un bicho raro y las chicas... en especial ellas, había desprecio y desaprobación en su rostro.

—Quiero ir a casa —miré al chico sintiéndome un tanto nerviosa, insegura.

Estaba convencida de que no encajaría. La chica nueva ni siquiera le caía bien a todos.

—Tranquila. Acabamos de llegar.

Hoseok tomó las bolsas de plástico que terminó obteniendo en otro supermercado y guardó los cascos en el asiento de su Harley. Cuando notó mi expresión pareció preocupado.

—Hagamos una cosa ¿Te parece?... Si este ambiente no te gusta en lo absoluto, me lo dirás claramente y te llevaré a casa sin objeción —mi ceja se elevó al escucharlo. Eso llevaba diciendo desde muy temprano—. Lo prometo. Esta vez lo haré —la mano que puso sobre mi mejilla me tomó por sorpresa pero me hizo sentir mejor—. Ahora, ponte esto... —me ofreció su chaqueta.

Todo ese tiempo había sentido un poco de frío, el suéter que llevaba me ofrecía ligero calor aunque no me había percatado que tenía mis manos frotando mis brazos. Agradecí cuando el cuero me hizo sentir tibia, al igual que el detalle que tuvo hacia mí.

¿BTS? Era el grabado que estaba en la espalda, además de su nombre y un número. Mientras avanzábamos pensé en lo que esas letras podrían significar.

— ¡Hola, Hoppie! —una chica se acercó. Vestido corto y pegado, un vaso rojo en la mano— ¡Viniste...! —me miró, su sonrisa dudó pero disimuló su perdida de entusiasmo perfectamente— y con una chica.

— ¡Joy! —dijo él, intentando imitar su tono. Casi reí, no obstante, nunca creí ver como el chico forzaba una sonrisa—. Oh, ella es Brooklyn. La chica nueva.

—Sí, he escuchado de ella... —murmuró con desprecio la de labios pintados, pegados ahora en su vaso.

Me sentí analizada de pies a cabeza y un poquito inferior, debido a que mis vans no estaban a la altura de sus delgados e incómodos tacones.

—Es un gusto —hice una diminuta reverencia que no fue correspondida.

—Si quieres dejar tu alcohol o servirte otra cosa, puedes pasar a la cocina cuando quieras —se enfocó sólo en el chico, ignorándome; luego se acercó lo suficiente a él hasta que logró hacerme a un lado y dejarme una desagradable sensación.

—Gracias, Joy —Hoseok se apartó con cuidado de ella, regresando a mi derecha—. Buscaremos a los chicos primero.

Poniendo una mano en mi espalda, siguió llevándome entre el tumulto de gente lejos de la grosera chica. Me sentí un poco más alta (superior) que ella entonces.

Había leído sobre fiestas juveniles. Nada se comparaba con la experiencia de estar ahí. Mis fosas nasales se llenaron de mil olores. Entre perfumes, tabaco y más sustancias, fruncí la nariz un poco y casi cerré los ojos. Algunas parejitas realizaban cosas indebidas en cada rincón del lugar y no quería presenciarlas. Por lo menos se escabullían al piso de arriba cuando las cosas subían totalmente de tono.