Do you wanna know? -BTS-

Capítulo 30... Suga...

Después de un silencioso camino a casa, nos despedimos con sonrisas suaves en el pasillo de nuestros departamentos.

Pese a que existía esa gran incógnita sobre lo que el castaño habló con la guapa señora, no quise insistir, ni preguntar al respecto. Sea lo que sea en que hubiesen quedado, esperaba que Hoseok no terminara más lastimado, porque en verdad me dolió mucho verlo así; llorando.

No hubo mensajes entre nosotros esa noche y tampoco me costó dormir. Quizá J-Hope se escapaba con aquella señora durante la madrugada y yo, había ayudado a que eso ocurriera.

Debía sentirme bien por haberlo ayudado ¿Entonces porque sentía un vacío tan profundo?

Parte de mí sabía que había odiado y envidiado a aquella mujer todo el tiempo, desde que la conocí. Hoseok lo había dicho, ella tenía mucha más experiencia, era segura de sí misma, sofisticada y lucía fabulosa aún con todos esos años encima. Me miré en el espejo por última vez esa mañana, ni siquiera me arreglaba demasiado para lograr compararme.

No era como Nayeon y mucho menos como Joy, que tenía al menos una oportunidad en medio de todo ésto.

¿Por qué había ayudado a que se reunieran sí siempre supe lo que sentía?

Cuando hablé con la mujer un poco cortante todas esas ocasiones, no era porque me sintiera mal por Hoseok, si no porque simplemente la odiaba por tener su cariño

¿En que clase de persona me volvía aquello? ¿Que tipo de amiga era?

Bajé a desayunar sola rápidamente, debido a que mis padres ya no estaban. Se habían escapado a sus ocupados empleos y me habían dejado con todos mis remordimientos.

— ¿Nos vamos ahora?

Me quedé congelada en aquella posición, donde cerraba la puerta. Parte de mí no quería ver y creer que todo estaba pasando.

Hoseok no había huido como pensé y tampoco parecía molesto conmigo por haber elaborado aquella cita sin su consentimiento.

Tenía una de las sonrisas más bonitas y genuinas que le hubiese visto y me extendía el segundo casco de su motocicleta.

[***]

Hoseok me acompañó hasta mi salón de clase y me revolvió el cabello antes de alejarse para ir al suyo. Sentí que todos me analizaban como si algo estuviera mal en mí, aunque MinAh no me dijo nada.

Ella estaba un poquito extraña a su manera también, pérdida en su teléfono la mayor parte del tiempo y muy indecisa en lo que estaba a punto de hacer.

Sin mi compañero de escritorio esa semana, me encargué que los trabajos y proyectos estuvieran bien, porque era excelente trabajando sola; hasta que mi mejor amiga no pudo más y volteó a verme.

—Brook, necesito decirte algo pero espero no me mates por ello —soltó finalmente. Ese era el indicio de lo que la tenía tan distraída con todo lo demás.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien?... ¿Por qué debería matar-...

—Estoy saliendo con el chico de la cafetería —confesó de pronto, interrumpiendome antes de que pudiera terminar.

— ¡¿Qué?! —pregunté porque lo dijo muy rápido, aunque si lo comprendí. Fue inercial pero al ver su carita muy triste, negué rápidamente y agregué:—Digo, vaya... ¿Qué?... —seguia sin creerlo— ¡Felicidades entonces! No lo esperaba realmente. No me malinterpretes pero ¡¿Desde cuando?! ... ¿Siguieron en contacto desde esa vez?...

Ella enrojeció y asintió, explicándome su bonita historia de amor. De cómo ella ya lo conocía un poquito antes, pues había ido a esa cafetería con sus padres varias veces; de lo bien que se llevaron después de seguir en contacto tras el accidente con YoonGi y de cómo se lo propuso el día de su fiesta de Halloween.