Capítulo 4... Suga...

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Me sorprendí demasiado, mis ojos estaban bastante abiertos y en efecto, aquel chico misterioso y problemático se sentaba justo a un lado de mí. 

Casi entre en shock cuando se detuvo en el asiento vacío a mi lado y aunque repetí miles de veces en mi cabeza que «por favor, no fuera así»; el destino decidió burlarse. 

Antes de dejarse caer en su lugar me miró por un par de segundos, como un animal furioso al notar como invadía su territorio. Me puse nerviosa otra vez y no supe porqué demonios volví a observar esos profundos ojos.

Oscuros y bastante apagados...

Evité su mirada regresando la vista a mi cuaderno, deslizándolo por el escritorio para darle más espacio, aunque yo me quedara con casi nada. Creo que se rió de mí, pero no lo podría asegurar.

—Bien, ahora quiero que escriban una síntesis del tema en su cuaderno —indicó la profesora, despertando a medio salón del trance. Caminó hacia mí, bueno, hacia nuestro escritorio— mínimo 2 cuartillas... —sonrió al resto de la clase.

El chico finalmente se sentó en la silla.

Por un momento me sentí rara, en medio de algo desconocido y que no me incumbía. Una sensación extraña. Pues, mientras la profesora se acercaba, ese chico no dejó de verla ni un instante.

Di vuelta a la página de mi cuaderno para comenzar con el trabajo, sin embargo, me detuve en el proceso cuando la profesora se quedó a un metro de distancia de nosotros, como si hubiese desistido de su decisión.

— ¿Se encuentra usted bien, señor Min? —preguntó dulce y preocupada.

Él sólo sacó las manos de sus bolsillos... « ¡Oh, dios! » 

Estaban tan lastimadas, podía ver como habían sido golpeadas y tenía unas manchitas de sangre. «Su piel se partió seguro al no poder resistirlo. Pobre chico...»

Si bien estaba sintiendo pena por mi compañero, no me lo permitió por completo cuando se levantó en un momento, saltó encima de mi asiento pisando mi cuaderno en el proceso y se acercó en un ágil movimiento a la profesora, en una posición -que estaba segura-, no respetaba el espacio personal de la mujer. 

Con descaro le acarició la mejilla, usando la punta de sus dedos sin miedo, sin vergüenza, sin dolor.

« ¡Oh, por todo lo santo! » Acercó su rostro excesivamente al de ella, intentando besarla...

Algunas niñas chillaron celosas y mi subconsciente también soltó un gritito asustado, esperando y previniendo lo que podría presenciar.

—Con estar así, tan cerca de usted, estoy mucho mejor —le dijo en un tono grave, cerca de sus labios

« ¡Cielos! Realmente nunca había escuchado su tono de voz pero... ¡¿Qué es lo que ocurre?!»

La profesora Shin lo aventó por los hombros, alejándose de él.

— ¡Fue suficiente, señor Min! —le regañó molesta con el rostro rojo de exasperación o quizá por pudor— ¿Acaso quiere que lo acuse con administración? ¿Quiere ser castigado dos veces el mismo día?

Aquel chico sonrió con más picardía, alzando una comisura de sus labios y luego acariciando su propio labio inferior con la punta del pulgar.

—Usted no sería capaz de hacerlo —sonó autosuficiente, como si conociera a la profesora mejor que nadie—. No quiere que me lastimen de nuevo ¿o sí? —le mandó un beso en el aire. Abrí los ojos como plato otra vez.

— ¡Fuera de mi clase, ahora! —Le ordenó, señalando la puerta con un dedo—. No voy a permitir sus comportamientos acosadores en mi hora de clase

—Pero usted fue la que se preocupó por mí, sabiendo las consecuencias...

— ¡Váyase! ¡Ahora! —señaló la puerta de nuevo, para enfatizar.

Aquel chico se encogió de hombros, sin importancia; pasó sobre de mí y tomó su mochila del escritorio cargándola en un sólo hombro. Salió del salón tranquilamente.

« ¡Uff! ¡Lo siento, estoy aquí!... » pensé con la sangre hirviendo de coraje. 

La clase continuó con normalidad y ni siquiera pude dejar de pensar en esa escena. Mi apunte quedó arruinado, así que tuve que pasarlo en limpio. 

« ¿Le gusta la profesora? ¡Oh!, no lo culpo. La profesora incluso posee un buen cuerpo. Ella parece perfecta. La imagen de una mujer decente. Sin embargo, es un chico tan molesto»

El timbre que anunciaba el almuerzo sonó en todo el colegio; anunciando que esta clase había terminado y despertándome de mi ensimismamiento.

—Nos vemos la próxima clase chicos. No tienen tarea —se despidió la profesora al recoger sus cosas y salir rápidamente del salón.

Do you wanna know? -BTS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora