Do you wanna know? -BTS-

Capítulo 22... Suga...

Besar a Suga estaba mal. No había razón lógica para que lo estuviera permitiendo.

No caí simplemente por un par de palabras. No. Era algo más en ese chico, que me atraía como un imán.

 —Está mal... —suspiré mientras con una mano ponía fin a sus acciones y me obligaba a retroceder. Una terrible sensación de no querer hacerlo embargó mi pecho—. Estás ebrio —relamí mis labios despacio, las cosquillas seguían ahí. 

Nunca antes había sentido la extraña necesidad de besar a alguien tan mal... como a YoonGi. 

  — ¿De verdad piensas que estoy besándote por efectos del alcohol? —la sonrisa colgaba de sus labios. Los mordía, me provocaba y no dejaba que me separara por completo—. Por si no lo recuerdas, estaba bebiendo café cuando nos encontramos.

—Yo-... —En verdad, habían muchas otras razones detrás y no las quería decir— ni siquiera te agrado —lo miré a los ojos.

Su frente estaba pegada a la mía y era difícil sostener su mirada cuando quería juntar nuestras bocas una vez más. 

—Oh, dulce e inocente Brooklyn —su aliento me estaba enloqueciendo—. Nunca me había sentido atraído por alguien, desde la primera vez que le vi.

Cuando su boca volvió a reclamar la mía, supe que yo era esa persona. No había marcha atrás.

Recordé la primera vez que nos vimos y sus expresiones; el inicio de un miedo y nerviosismo, cada que se encontraba alrededor.

Todas esas ideas que rondaban por mi cabeza, sólo me aturdieron más.

Sabía que Suga únicamente deseaba usarme para eliminar el dolor que sentía. Que nada de esto sería especial pero no podía evadir esa atracción bioquímica hacia él tampoco. 

—N-no puedo... —susurré cuando fui consciente de que me hallaba bajo su cuerpo. 

Mi cerebro peleaba entre relacionarlo con el fatídico trauma que causó mi vecino o dejarme sentir todo el placer que las caricias del chico blanquecino me causaban. 

YoonGi detuvo los besos sobre mi cuello y me miró entre desesperado y arrepentido.  

— ¿Por qué...? —su pregunta ni siquiera fue completada. Cerré los ojos incapaz de explicárselo e intenté respirar con más tranquilidad— ¿Te estoy lastimando? —negué con la cabeza y apreté los párpados.

No era su culpa... sólo mi loca cabeza proyectando escenas en donde no debería.

—Yo... s-solo no puedo... —YoonGi se levantó enseguida de la cama y me preocupé de inmediato. No quería que se alejara tampoco. Ese sentimiento de abandono era el peor de todos— ¡No es tu culpa!

—Lo sé, Brooklyn —giró a verme con una cálida sonrisa. Se abotonaba la camisa y su parsimonia me tranquilizó. No estaba enojado, ni decepcionado—. No hay nada peor que forzar a una chica. Es todo.  

Sus palabras golpearon mi cerebro como una piedra, provocando nada más que remordimiento. Lo arruiné.

YoonGi volvió a sentarse a un lado de mí y acomodó ese mechón rebelde de mi cabello detrás de mi oreja, reconfortandome.

— ¡Puedo hacerlo!... —dije sin pensar, mirándolo a los ojos. Esperando su aprobación.

Él enseguida negó con la cabeza. 

—No, Brook —suspiró—. No te lo permitiría, de todos modos —se encogió de hombros ligeramente y a mí se me encogió el corazón. «De verdad lo arruiné...»—. Eres exactamente igual a mí, ¿no es así? —comentó con una evidente sonrisa, por lo que le observé con confusión—. Está bien. No te sientas culpable.