Do you wanna know? -BTS-

Capítulo 38... Suga...

Salí totalmente estresada de mis clases. Tuve un montón de pruebas ese día que mi cerebro estaba a punto de explotar o eso creía.

Tenía tanta hambre que estaba de pésimo humor y no era la única, todos mis compañeros atravesaban por algo similar.

— ¿Quién es ese chico? —preguntó Dahyun

Dahyun era mi mejor amiga en la universidad, fue a la primer chica que conocí desde que nos dieron esa charla de introducción y afortunadamente, mi compañera en todas mis clases. Era tan diferente a MinAh aunque sin duda fresca y muy divertida a su manera.

— ¡Viene hacia acá! —golpeó mi brazo con su codo para que prestara atención.

Miré sin mucho interés hacia donde su vista se enfocaba y observé como Min YoonGi se acercaba a nosotras.

Después de la charla que tuve con Hoseok, imaginé que sería todo. El chico blanquecino no me contactó y mi cuerpo se había sentido como si el mundo dejara de caer sobre sus hombros, bueno, en la mayor parte porque tenía un montón de tarea que entregar.

—Buenos días, Brooklyn —dijo al pararse frente a mí como si nada.

Me paralicé completamente, aferrandome a los libros que abrazaba para conservar mi valor, aunque mi expresión no se comparaba en nada a la que Dahyun puso a lado de mí.

Si YoonGi no estuviera dos pasos adelante, me hubiese reído de mi amiga, sin embargo, no sabía que hacer y todos tenían su total atención en nosotros.

Supongo que el chico guapo de personalidad misteriosa, que caminó desde ese fabuloso auto hasta mí, una chica irrelevante, debía ser un buen espectaculo.

— ¿Q-qué haces a-aquí?

¿Por qué cada que quería parecer segura y desafiante, mi voz salía tan mal?

—Luces tan linda hoy... —casi reí y apuesto que Dahyun también quería hacerlo, porque justo en ese fatídico día podía lucir todo, menos bien—. Toma. Te traje esto

Me estiró un ordenado y apetitoso almuerzo en un envase de vidrio tan bonito. Mis ojos brillaron como si oro estuviera frente a mí.

— ¿Qué es esto? —lo miré a los ojos curiosa y asombrada— ¿Lo hiciste tú?

El frío chico desvió la mirada para esconder su vergüenza y se encogió de hombros.

—En realidad, no —al menos fue sincero—. Lo hizo mi cuñada y dijo que un estudiante lo agradecería mucho en estos momentos.

—Por supuesto que sí —objetó Dahyun viendo maravillada el almuerzo, interrumpiendo lo que fuera que estuviesemos teniendo. Una charla incómoda, un silencio, no lo sabía.

—Pueden compartirlo —respondió el chico.

—Oh, no, no —negó mi amiga enseguida despertando de la seducción de la comida—. Es para ustedes, así que ignorenme —expresó nerviosa—. Puedo comprar algo en la cafetería.

Estuve a punto de decirle a YoonGi que no lo necesitaba, que haría lo mismo que Dahyun; sin embargo, mi pancita se retorcía demasiado desde que sostuve ese sensual almuerzo.

—Lo digo en serio. No puedo quedarme —sus palabras me aturdieron, como si provocase un corto circuito en mi cerebro; pues al igual que Dahyun pensé que ese era el plan, compartirlo juntos—. Nos vemos luego, Brooklyn. Come adecuadamente en estos días.

Las chicas se juntaron en pequeños grupos expectando lo que sucedía y gritaron cuando YoonGi acomodó de nuevo ese mechón rebelde detrás de mi oreja. Luego, sólo lo siguieron en silencio hasta su auto como si fuera una celebridad.