Do you wanna know? -BTS-

Capítulo 37... Suga...

~1~

Después de clases, caminé por el campus hasta mi cafetería favorita. Tenía que adelantar mi tarea y me concentraba más en la universidad que en casa, así que pedí un caramel macchiato esa tarde y me senté cerca de la ventana para aprovechar la luz del atardecer.

Al terminar mi proyecto, tomé el computador y mis cosas para caminar hacia mi departamento.

Ahora vivía sola y gracias a mis padres, pude conseguirme un pequeño departamento cerca de la escuela; donde debido a nuestros ahorros, tanto de ellos como míos, subsistía perfectamente. MinAh estudiaba cerca o a tan sólo unos minutos de mi universidad pero ya que ella amaba conducir, nos veíamos seguido.

Habían pasado cerca de tres años desde que huí de Seúl, ahora en Daegu vivía tranquila.

Tomaba un pequeño refrigerio nocturno mientras estudiaba, cuando alguien llamó a mi puerta. De seguro era alguno de mis amigos, a veces nos pedíamos libros o apuntes para completar nuestros proyectos y casi la mayoría vivíamos en el mismo edificio.

—Voy —dije y corrí a abrir.

Mis ojos enseguida visualizaron a un chico blanquecino, de pies a cabeza, vestido completamente de negro. Me asusté.

—Oh, mierda... —exclamé intentando cerrar la puerta de inmediato.

— ¡Brooklyn, espera! —YoonGi puso un pie en el marco, impidiendo que lo hiciera—. ¡Te he estado buscando por cinco malditas ciudades y por fin te encontré! —su sonrisa y su voz, parecía una victoria a costa de que yo hubiese perdido.

Peleé, en serio lo hice, durante al menos tres minutos, intentando empujarlo fuera y cerrarle en la cara. YoonGi era más fuerte, ni siquiera retrocedió aunque tampoco hizo uso de su fuerza en ese momento. 

Estaba tan nerviosa y me negaba a creer que estuviese delante de mí. No estaba preparada para enfrentarlo, de hecho, lo había olvidado.

Maldición, después de un año, lo deseché de mis pensamientos.

—Brooklyn, por favor. Déjame hablar contigo.

Mi corazón latía agitado, mi respiración era tan errática que temí entrar en un colapso pero ya no pude más y solté la madera. YoonGi respiró con profundidad y entró a mi departamento con tranquilidad, cerrando la puerta tras de sí.

Retrocedí como si un ángel caído estuviera delante de mis ojos. El chico sacó el móvil de su bolsillo y me miró, mejor dicho, me vigiló mientras realizaba una llamada.

—Hoseok, la encontré. Está en la universidad de Daegu. Vive en el edificio de los estudiantes y está bien...

Sentí mi sistema arterial detenerse y lo miré con algo de pánico.

— ¿Qué haces? —cuestioné confundida.

—Le prometí que iba a avisarle, cuando por fin te encontrara —guardó el teléfono de nuevo. 

— ¡Mierda, YoonGi! —me sentí un poco furiosa y alejé el resto de temores de mi cabeza, negando en su dirección— ¡¿Por qué estás haciendo ésto?! ¡Mierda! ¡Vete de aquí!... No necesito que tú o tus amigos me encuentren. Este es mi hogar, maldita sea ¡Lárgate! 

De nuevo, quise llorar. Huir. Salir corriendo. Evitarlo.

«De ninguna jodida manera. Este es tu sitio ahora»

—Hoseok quiere disculparse —susurró en respuesta.

Fruncí el ceño aún más molesta. «Vaya que le tomó tiempo hacerlo»