El fin de semana llegó pronto y celebré mentalmente que por fin tuviera tiempo para realizar mis actividades pendientes. Aún tenía mucho que reponer en el colegio.
Sonreí amplio: ¡Al fin se había terminado la semana de tortura!... digo, de limpieza.
«¡Adiós Min YoonGi!» Bien, lo sé, no por completo; al menos por un fin de semana.
Me levanté muy animada por ese motivo y comencé mis actividades, sola en casa.
Para el desayuno, me senté en el sofá con un enorme tazón de cereal, pues quería ver un poco de televisión. Mi programa favorito salía temprano los fines de semana, así que el resto del itinerario podía esperar.
El timbre de mi hogar se escuchó y confundida me pregunté quién podría ser si nunca tenía visitas. Dejé el tazón de cereal en la mesa de centro y fui a ver de quién se trataba.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté en el interfono cuando vi su rostro en la pantalla.
El diminuto monitor mostraba que la visita era nada más y nada menos que, el terrible Min YoonGi.
-Vine a terminar el trabajo de inglés -gruñó molesto, acercándose demasiado a la cámara para, de alguna manera, lograr molestarme-. Abre -ordenó.
Fruncí el ceño ante su tono y negué con la cabeza a pesar de que él no me viera.
-No pienso abrirte -respondí molesta-. Todavía tenemos tiempo para hacer el trabajo y podemos terminarlo en el colegio.
Él rodó los ojos y comenzó a patear la puerta de entrada sin razón aparente. Por supuesto, no podía romperla. Era demasiado gruesa y el cerrojo de acero, así que simplemente podía dar mil patadas mientras yo daba media vuelta y lo ignoraba. Su agresividad ya no me sorprendía y en el interior de mi casa no me causaba temor.
Yo podía hacer eso: ignorarlo; sin embargo, mi vecino no.
- ¡Oye, oye niño! ¡Deja de hacer tanto escándalo aquí!
Era un hombre gruñón, con problemas de alcoholismo y resaca permanente. Todo le irritaba. Casi nunca me lo encontraba pero mi compañero de escritorio, lo tenía que molestar con su escándalo precisamente.
- ¿O si no qué? -retó Suga sin miedo o remordimiento alguno.
El hombre se sorprendió ante la insolencia del chico y parecía dispuesto a golpearlo. Haría exactamente lo mismo en su lugar aunque con la botella de alcohol que tenía en la mano, temí que algo malo pudiera suceder.
-Está bien, está bien. Estaba dormida, lo siento -salí empujando a YoonGi dentro.
Cerré la puerta tan pronto estuvimos en el interior del departamento, esperando que mi vecino entrara al suyo por el monitor.
-Oh, mierda. De haber sabido que te vería así hoy, hubiera venido preparado -rodé los ojos ante sus comentarios vulgares y me di media vuelta para encararlo.
No obstante, fue ese mismo comentario el que me hizo dar cuenta que aún seguía en pijama.
Oh, infiernos. Había olvidado por completo la bata cuando me apresuré a ayudarlo y claro, la que escogí justo ese día era lo peor. Shorts pequeños, camisa de tirantes y un suéter delgado. La noche era muy cálida y sofocante en esta ciudad.
- ¿Siempre tienes que ser así? -pregunté molesta, cuando me enfundé en la bata que descansaba en el sofá.
- ¿Así cómo? -metió las manos en sus bolsillos y comenzó a rondar por mi hogar.
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Do you wanna know? -BTS-
FanfictionUna chica nueva. Un chico problemático. Una mala e inestable combinación. «Te diré "te amo", si eso es lo que necesitas...» Él no es el típico chico malo y ella no es la típica chica que intentará hacerlo cambiar. "No eres lo que ella merece pe...