Do you wanna know? -BTS-

Capítulo 12... Suga...

Realmente parecía furioso y estaba tirando de mi cuerpo con rapidez por la acera. Odiaba tener que seguirlo, a veces tenía que correr un poco.

Intenté detenerme varias veces, plantando mis pies firmemente en el suelo pero no me lo permitió jalandome aún más fuerte. Me quejé.

—Esas no son formas de llevar a una chica a su casa. —gruñí.

—No estoy llevándote a tu casa realmente —contestó.

Abrí los ojos por completo y las alarmas dentro de mi cabeza se encendieron con pánico. Frené de inmediato casi tirándome al suelo.

—Guau, guau ¡¿Qué?!... ¿A dónde crees que me llevas?... ¿Qué te sucede?... Ni siquiera te conozco... ¡J-Hope! —grité cuando no respondió ninguna de mis preguntas.

—No estoy haciendo nada contigo, sólo necesito que me ayudes con algo.

— ¿Con qué precisamente? —fruncí el ceño. El chico pareció comprender y se detuvo, ayudándome a ponerme de pie nuevamente.

Rodó los ojos. En medio del parque central, estábamos llamando mucho la atención.

—Oh, genial. Con esto... —sus manos ahuecaron mis mejillas y antes de que fuera capaz de reaccionar. El castaño estaba besando mis labios.

Mayday. Mayday. J-Hope me estaba besando. Mierda.

Qué demonios estaba pasando. Lo empujé molesta.

— ¿Hoseok? —la voz de una mujer lo hizo detenerse, estaba aún molesto por mi reacción. Ante el sonido de aquella voz, me quedé como una tonta atolondrada sin reaccionar y el cambió su semblante— ¿De verdad eres tú? —su voz se escuchaba sofisticada y elegante—. Cariño, qué alegría volver a verte... ¿Quién es esta jovencita tan linda que te acompaña? —bajé la mirada tan ensimismada, me hizo sonrojar un poco también.

¿Hoseok? ¿Él es Hoseok?... ¡¿Hoseok me acababa de besar?!

—Brooklyn. Saluda, preciosa —el castaño apretaba una sonrisa y me tomó tan bruscamente del mentón para levantar mi cabeza y obligarme a mirar a esa persona.

Una hermosa señora ¿Su madre?

—Buenas tardes... —alejé la mano de Hoseok con un manotazo y lo miré mal por algunos segundos. Incliné ligeramente mi cabeza de manera respetuosa.

—Me alegra que lo estés superando, cariño. Lo nuestro no podía funcionar, las cosas con mi esposo están mejor cada día, así que hermoso Hoseok, disfruta tu vida. Con alguien de tu edad —la elegante mujer se puso sus lujosas gafas oscuras y se acercó al hombre de traje que parecía ser su mayordomo, para resguardarse en la sombra de una bonita sombrilla.

Vi a ambas personas alejarse con un par de correas de cachorritos muy lindos en sus manos. Supongo que todo eso eran simples lujos de gente con mucho dinero, así que le resté importancia. A mi lado, un chico se estaba volviendo una máquina roja que casi echaba humo.

J-Hope tensaba los puños y le saltaba la misma vena en la frente como a YoonGi cuando estaba enojado.

Mi cabeza hizo click. «Hoseok me había utilizado» . Había planeado esto por completo.

—No voy a preguntar nada —la ira también creció en mi pecho— ¡Eres un completo idiota, Hoseok!... —lo empujé apenas un poquito usando todas mis fuerzas pero salí corriendo lejos de ahí, antes de que las tontas lágrimas resbalaran.

[***]

¿Acaso todo Bangtan tenía una especie de fetiche con mujeres mayores? ¡Era una mujer casada! ¡Por todo lo santo! Incluso podía tener hijos más grandes que nosotros.

Me sentía tan mal de que un chico tan cruel se hubiese llevado algo tan lindo como mi primer beso sin mi permiso.

Toqué mis labios con suavidad. Siempre había soñado que besaría a la persona indicada la primera vez, como todas esas novelas absurdas que leía, donde realmente no había chicos crueles.

Oh, mierda. Era tan ilusa.

Al menos no tenía mal aliento, pensé en mi intento de ser positiva. No es un chico feo y no se aprovechó como un pervertido del beso. Aunque tampoco fue suave, logró morderme un poco.

Pataleé en mi cama. Los odiaba a todos. A YoonGi por amenazarme y decirle que estaríamos limpiando, a Hoseok por amenazarme también y utilizarme. A mis padres por haber hecho que cambiara de colegio.

Allá en Busan estaba iniciando una tímida relación con un chico tan dulce y amable. Ahora un chico que se acostaba con señoras del doble de edad me había besado sin permiso.

Oh, es cierto. ¡Mi tarea!

Me levanté sumamente rápido y me senté frente a mi escritorio para comenzar. «Bueno, al menos podía seguir espiando a ese bonito chico en aquel lejano departamento» .

Me sonrojé cuando lo vi aparecer frente a la ventana como si lo hubiera llamado con el pensamiento. Estaba escuchando música, puesto que traía puestos sus audífonos y bailaba un poco al ritmo de la canción. Suspiré.

Tan guapo... Me preguntaba quién podría ser. 

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Imágenes viejitas, ya sé... pero con el tema escolar.