Capitulo 29.

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Lo estoy intentando, pase 2 días donde la comunicación con Angie fue mínima, pero hoy de inicio de semana decidí iniciar todo como se debe.

Muy temprano me levante, me bañe, desayune como se debe y con la mejor actitud conduje hasta la casa que antes compartía con Angie, estaciono enfrente y entonces caigo en cuenta de un error, no le traje nada a Angie, y si se enoja o se decepciona por que no le traje flores o alguna de esas cosas que las chicas adoran.

-¿Michael?

Salto del susto y volteo hacia la ventana, donde Nat con una sonrisa me saluda, bajo la ventana y ella se asoma.

-Que demonios haces aquí a fuera, dudo que si quieres ver a Angie, ella salga-dice riendo de sus mismas palabras

Si, no es muy alentador la forma en como Nat me recibe pero lo entiendo es su amiga, no quiere que salga herida y yo tampoco lo quiero, todo lo que haré de ahora en adelante es remediar mi error y demostrarle que seré un buen padre.

-¿El bebe ya esta despierto?-pregunto de forma tranquila.

-Si, ese niño se despierta desde temprano, y Angie solo habla con el, pero es un bebe, no es como que el entienda siquiera lo que ella le dice.

-Entonces pasare a verlos.

Nat asiente y se separa de la ventana, la subo y bajo del carro, le doy un ligero abrazo de amigos y me doy cuenta que un carro esta más atrás como esperándola, no conozco a quien lo conduce, pero espero esto no sea una mala señal para Bryan.

-Bueno, tengo que irme, un gusto verte Michael, tratala bien o te romperé algo-dice sonriendo pero amenazándome al mismo tiempo, ella camina hacia el auto y por el saludo que da, no parece cercana a la persona.

Veo su carro irse y entonces con mis manos dentro de mi chamarra, camino hacia la puerta, respiro y ya calmado y sin tantos nervios toco a la puerta.

No tarda mucho y una Angie desalineada pero hermosa, me abre la puerta, su cara es como de alguien que no durmió y esta cansada.

-Pense que eras Nat-me dice y checa a mis espaldas esperando verla.

-Pues no, soy yo, espero no te moleste quedarte a sola conmigo, vine a visitar al bebe y ayudarte un poco-le dedico una sonrisa y veo como no pasa desapercibida para ella.

-No me molesta, adelante.

Ella se hace a un lado y su inigualable perfume que huele delicioso y que extrañe con toda el alma, me impregna, me llena y casi me abalanzo a besarla, pero me conformo con esperar a que cierre para abrazarla.

-Wow Michael, me tomas por sorpresa

-Te dije que quería hacer las cosas bien-aspiro su aroma y espero no se de cuenta, me fuerzo a soltarla y camino por la casa que es obvio ya conozco.

La veo pasar a la cocina y noto como prepara un biberón con leche, rápido camino hacia donde esta, para saber si puedo ayudarla en algo.

-¿Necesitas ayuda?

-Solo hago el biberón para Matias, ¿quieres dárselo tu?-me inspecciona esperando que de un paso atrás asustado, pero jamas pasara.

-Yo lo hago y tu te duermes-es todo lo que le digo.

Agarro el biberón que me entrega y la sigo mientras sube las escaleras, veo la puerta del cuarto que antes compartíamos, en una cuna esta el pequeño mas hermoso, muy despierto viendo todo.

-No se hacerlo, al igual que no se hacer el biberón, o cambiarle un pañal, pero quiero que me enseñes todo lo que sabes.

-Lo haré, pero todo a su tiempo, por el momento, siéntate, te pasare al bebe y le darás el biberón, no me dormiré, solo me acostare en la cama y esperare a que termines de dárselo para dar la siguiente instrucción.

Tocando alto (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora