Capitulo 18.

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Angie es preciosa al dormir, y si, suena espeluznante pero es la verdad, ella sin darse cuenta protege su vientre mientras duerme con su cara hacia dónde la luz de la luna da con todo su esplendor y es que ella ama que la ventana de quede abierta y a mí no me molesta en absoluto así que así se queda todas las noches.

Hoy no eh podido dormir y es que ah pasado de todo, no tuvimos sexo, pero si hablamos y nos besamos, mucho, demasiado y pensé que los besos serían menos apasionados, pero no, todos y cada uno han tenido esa química especial que me vuelve adicto.

Ella se durmió primero y obviamente la abrace desde atrás y he dormido fenomenal pero a media noche, justo a las 12:30 me desperté, me puse a ver la luna y luego ver a Angie y entonces aquí me encuentro, pensando en mis sentimientos, la última cosa que pensé que estaría carcomiéndome después de meses.

Y es que con Angie, siempre ah estado esa conexión, eso que me intriga de ella y no se que es y quiero averiguarlo.

-Piensas mucho y duermes poco-dice ella revolviéndose debajo de mi y que haga eso me toma por sorpresa.

-Pensé que dormías-le contesto con una sonrisa.

-Lo hacía.

Ella me mira y sonríe, automáticamente y como si llevara una vida haciéndolo, mi mano aparta el cabello de su rostro, no es algo que la deje fea pero adoro ver su rostro sin interrupciones.

-Michael-me habla y mi mirada se va a sus ojos-Se que siempre pareces serio y frío pero no es verdad, eres lindo.

-Usualmente no lo soy-rió y me acomodo en la cama.

-Conmigo siempre te comportas de una buena manera, te preocupas por tus amigos aunque finjas no hacerlo y adoras a tu padre así como el lo hace contigo, claro que los dos son iguales.

-No soy mucho de expresarme abiertamente, supongo que nunca fue necesario expresar lo que siento, digo, con los chicos hablo y ellos saben que tienen mi aprecio de lo contrario no estaría a su lado, mi padre pues es somos iguales como ya has dicho.

-Entiendo todo Michael pero, necesitas decir lo que sientes, así sea bueno o malo jamás lo debes dejar a dentro.

Angie toca mi rostros, la observo y se lo que se viene, otro beso y dios me gustan sus besos, tengo la dificultad de mi brazo por lo que con la mano que está bien la jalo y ella comprende al instante, ella sube sobre mi y la tomo de la cintura para darle estabilidad.

-Tu, eres muy linda y calmada pero ya dentro de besos, habitaciones y todo lo demás eres rápida y salvaje, me gusta.

Ella sonríe sobre mi boca y vuelve a besarme, estoy hechizado por sus manos en mi cabello y sus besos, por un momento pienso que sigo dormido o que esto no es real, pero a veces algunas cosas pasan por una razón.

***

Durante el desayuno trato que ella se sienta cómoda, le preparo algo rápido y preparo algo para mí y me siento a su lado.

Comemos en silencio, pero en ocasiones levanto la mirada de mi plato y descubro que ella me está viendo por lo que se sonroja y yo sonrío.

Recuerdo a Julieta, ella nunca fue muy cariñosa o no fue dada a sonrojarse, ella siempre tenía una actitud neutra, hablaba poco y no era de mostrar muchas emociones, era como yo en muchos sentidos y eso nos hizo congeniar de primera mano pero no sé si es sano, no lo sé ahora que lo evaluó.

Se que los chicos le hablaban y se llevaban bien con ella por mi, ellos querían integrarla, que fuera como Katherine en el grupo, pero ella iba muy pocas veces a verme tocar y lo entendía, su trabajo nunca dio muchas oportunidades.

Tocando alto (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora