4. La Cita

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Capítulo 4

Desconcertada por lo que paso en la mañana seguía sin saber que pasaba. ¿Por qué esa reacción en Joel? ¿Por que actuaba tan de repente así? ¿Que ocurre con el?

—¿Me vas a decir que fue lo que te dijo, que te dejo tan callada? Llevas toda la mañana igual y ya estoy preocupándome. Me dices si o si —Suelto un suspiro abatida. Bien, tendré que contárselo todo, Paulina me conocía mejor que nadie.

Muerdo mi labio, pensando por qué lado empezar. Si decirle lo de Chris o de Joel o mejor de ambos.

—Me invito a salir esta noche. —Le digo rápido.

No puedo con la cara de emoción que pone Pau al tomarme por los hombros y ver cómo sus ojos brillan de alegría.

—¡Lo sabía! Ustedes nacieron para estar juntos.

Deja de sacudirme y yo ladeo mi cabeza analizando lo que a dicho.

—¿Juntos? ¿Quien?

—Tú y Joel. —Responde como lo más obvio.

—Nooo... —Meneo mi cabeza—. El que me invitó a salir fue Christopher, el chico de la cafetería —Le aclaro y Pau se pone por un rato pensativa, yo continúo por qué aún no he terminado—. Lo que no entiendo es por qué Joel me dijo que no se se casaría con alguien que tuviera la reputación por el suelo ¿Me lo estaría diciendo a mi? —Bromeo haciéndome la desentendida pero me entra el coraje.

—¿Quien se cree para decirme eso? Si el es quien está con otra persona que no soy yo.

—Estas celosa y el también. No me equivoco cuando digo que tengo razón, terminaran juntos. Ya me llamaras a contarme y espero que no se te olviden los detalles. Ni uno solo. —Me dice mirándome con picardía mientras sus cejas se mueven de arriba hacia abajo.

Me río con ironía y sin ganas. ¿Cómo puede decirme eso?

—¿Yo celosa? ¿Joel celoso? —Vuelvo a repetirlo, meneo la cabeza, negando. Joel y yo no teníamos una buena relación, de pequeños peleábamos mucho y ahora que somos grandes hemos tratado hasta el día de ayer mantener las distancias pero ahora que vive en mi casa y tengo que verlo todos los días y eso que aveces lo evitó no podrá seguir siendo como antes. Y la situación podría empeorar, debido a que el es tan indiferente, serio, egocéntrico, molesto y muchas cosas más que no las voy a nombrar ahora.

—Es una opinión. ¿Quién va a permitir que su futuro esposo o esposa coquetee con otras chicas?

Entorno los ojos, Joel no me gustaba ¿Por qué habría de hacer eso? Él tenía el derecho de hacer lo que se le viniera en gana.

—Yo. —Respondo encogiéndome de hombros.

Paulina se detiene en mi delante, evitando que siga caminando, de repente pone su mano en mi frente y hace como si pensara. No tengo idea de lo que está haciendo, al final sacude su cabeza y dice:

—Deberías ir con un doctor, eso no es normal —Le doy una mirada de pocos amigos—. En serio, nadie permitiría eso. Tú, ____, eres la única.  —Termina.

Hablar del mismo tema una y otra vez ya estaba comenzando a incomodarme, le diría de una vez lo que pensaba. Yo no había escogido casarme con Joel para serle fiel en todos los sentidos y el a mi, estaba segura que ninguno de los dos quería esto.

LA PROMESA  (Joel Pimentel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora