6. ¡Vivan los novios!

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Capítulo 6

—No puedo creer que te haya tirado los cafés encima. —Erick se carcajea mientras termino de contarle lo que paso ayer, en la noche, con Nadia. Por primera vez me trago mi ego y aceptó que fue mi culpa no obstante mi acompañante no tiene pensado dejarlo pasar cuando dice:—. Y que pienses pedirle disculpas.

Una parte de mi no quiere hacerlo, me insta a seguir aparentando también frente a ella que soy un idiota sin embargo la otra y la que tiene razón me indica que disculparme es lo correcto.

—Lo voy hacer aún que te sigas burlando. –Le confieso firme. El sigue riendo pero no me importa, no pienso retroceder con mi decisión.

—¿Piensas decirle que también estabas celoso?

¿Qué?

—¿De donde sacas eso? —Reviro su insinuación.

—Bien sabes de lo que te hablo.

Me quedo en silencio pensando en que podría ser. Me cruzo de brazos apoyándome al costado del auto, mi mirada recae en las personas que se acercan. Said, David y Richard. Extiendo mi brazo y choco mi puño con el de ellos a modo de saludo, no fue tan difícil ser parte del grupo de fútbol, en el cual su líder es Richard por estar cuatro ciclos más adelante que nosotros. Estoy seguro que entrenando duro y con el puntaje que llevo muy pronto seré el nuevo líder. Claro, después de que se gradúe Richard, ya que es muy bueno en lo que hace y hace unos minutos lo vimos con Erick.

—¿Que harán hoy en la tarde? —Comenta Said, llamando la atención de los dos—. Haré una fiesta en mi casa en la noche por si les apetece venir.

—Me apunto —Erick suelta emocionado, al ver que no digo nada me mira. Aplano mis labios y como si supiera lo que voy a decir se adelanta—. Si, vamos a estar allí. Y como no, si este ama las fiestas —Pone un brazo alrededor de mis hombros empujándome a decir algo no obstante me quedo callado sin saber que decir debido a que mi mirada recae en la persona que se acerca hacia nosotros.

—Si, dale. Voy.

Trago fuerte, ella no se a dado cuenta de lo bien que le queda esos Jeans, malditamente bien. Mierda, debería desviar mis ojos hacia otro lado, intento disimular los segundos que me quedan cuando ella llega a nuestro lado y como si buscara a alguien le hecha un vistazo a cada uno de los que estamos aquí. Hasta que se encuentra conmigo.

—Tú —Me señala, sería. Enarco una ceja despreocupado, no quiero que los demás se den cuenta de lo nervioso que estoy ahora—. ¿Podemos hablar?

Asiento, siguiéndola.

Se detiene detrás de un auto a una distancia que los demás no puedan escucharnos. Me apoyo esta vez sobre la pared, ladeo mi cabeza esperando que hable.

—Adelante. ¿Que es lo que quieres hablar conmigo? ¿Es tan íntimo como para llevarme lejos de mis amigos? —Le pregunto jugando, me incorporo y acercándome a ella lo suficiente que retrocede—. ¿Quieres hablar sobre lo de anoche? Bien, no acepto disculpas.

Pienso irme dejándola allí por que no a dicho nada cuando me detiene de la muñeca haciéndome retroceder, me suelto de su agarre como si quemara ¿Que es lo que acaba de pasarme? ¿Porque mierda sentí electricidad?

LA PROMESA  (Joel Pimentel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora