LA PROMESA (Joel Pimentel)

13. Alejate de mi.

Capítulo 13.

Hace más de media hora que ocurrió todo el alboroto de ellos dos y no he hecho más que esconderme en uno de los baños de la Universidad. Ocultándome de todos y todas. Pensé que, aquí tendría un espacio para mi, donde nadie me molestaría mientras analizaba la situación en la cual me encontraba. No quería sentirme de esta manera y odiaba el sentimiento que crecía en mi pecho.

Tristeza.

Ayer por lo de mi madre y hoy por  lo de Joel.

Dejando de lado mis pensamientos revueltos me dirijo a la dirección que me muestra el papel. Me he dignado a pedir la dirección de Christopher en secretaría y me lo a dado, claro, después de insistir varias veces que hoy tenemos un proyecto que realizar y por mi descuido no pude pedírselo a el mismo.

Me doy cuenta que estoy cerca y para asegurarme hecho un vistazo a ambos lados de la calle esperando ver a alguien que me pueda asegurar si estoy en la dirección correcta. Siento un gran alivio al saber que efectivamente si es pero esa sensación termina remplazada por la ansiedad que me invade al dar pasos hacia la entrada y tocar el timbre. Me relamo los labios mientras espero escuché alguien y me preparo mentalmente lo que debo decir a Christopher en cuanto lo vea. Debe ser una disculpa breve.

—¿A quien busca? —Una mujer de unos treinta años aparece luego de abrir la puerta, me mira con desconfianza.

Trato de sonreír, nerviosa.

—Busco a Christopher. —Le digo.

No sé que es lo que esperaba escuchar pero cuando me da una sonrisa amable y me invita a pasar quiero irme de regreso por donde vine. ¿En que estaba pensando al venir aquí? Sin embargo ya he dado tres pasos adentro y no hay vuelta atrás. Bien, a lo que vine.

—Está en su habitación. Siga por el pasillo, la tercera puerta a la derecha —Me indica. Segundos después la veo perderse en un cuarto que supongo es la cocina.

¿Y ahora?

Subo los escalones de uno en uno, despacio. Voy formulando en mi cabeza las palabras que le voy a decir ¿Pero que le diré? Estoy tan intranquila que no tengo mente para hacerlo. Primero: porque he venido sin avisarle, ¿Como sé que no se va a molestar cuando me vea? Y segundo: Estoy sudando y no quiero que me vea así.

Estoy en el pasillo y aún quedan las tres puertas que dijo la mujer, lo hago. De pronto me encuentro frente a su puerta y me detengo al levantar el brazo para tocar. El corazón me está palpitando fuerte y no es por el hecho de que sea Christopher, si no porque no sé cómo reaccionará al ver aquí, en su casa.

Entonces, termino por ser una cobarde. Hace un mini segundo he decidido anular la idea de disculparme y ahora mismo estoy resuelta a irme. No obstante, escucho una puerta abrirse a mis espaldas, seguida de la voz de Chris haciendo que me quede quieta en mi lugar.

—¿___ ? —Suena confundido. Me volteo para verlo—. Que sorpresa. No sabía que estabas aquí.

—Quería verte. —Le digo, sin saber que más decir.

Chris arruga las cejas como analizando lo que digo después su rostro se ilumina en una enorme sonrisa.

—¿A mi?