Sinopsis

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Como todas las noches, Jaehyun se encontraba preparando la mesa principal del apartamento que compartía con su novio, Taeyong.

Colocó flores frescas en el centro, rosas, las favoritas de su pareja; sirvió dos platos de pasta italiana recién preparada y dejó al lado de cada uno una canasta con unos trozos de pan; encendió las velas que estaban estratégicamente colocadas en el suelo y por último, se sentó en la silla que daba a la puerta principal, su guitarra reposaba en el suelo a su lado, esperando de manera paciente a ser tocada, pero todo a su tiempo.

El castaño se mordió el labio, ansioso de poder ver a su pareja, no importaba cuántos años habían estado juntos, él siempre se esmeraba para hacer las mejores comidas, darle serenatas y hasta preparar cada día una velada elegante distinta a Taeyong, porque él era su todo, y estaba dispuesto a hacer todo en su poder para demostrárselo.

Esperó, esperó durante cuatro horas, el reloj marcaba ya la media noche y la comida hacía tiempo se había enfriado por completo, las velas se apagaron, el pan se puso duro y las lágrimas bajaban por las abultadas mejillas de Jaehyun.

Y como todos los días, solamente se puso en pie y tiró todo al basurero, ya no debería extrañarle, porque como siempre, Taeyong nunca llegó para apreciar todos sus esfuerzos.

¿Por qué?, porque como siempre, Taeyong estaba muy ocupado, sí, ocupado con su amante, Ten.

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