Cheater

Último Capítulo (JH & TY)

Felix 9 años 5 meses
Jeongin 8 años

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JJH

— ¡Papá papá apresúrate o no vamos a llegar a la presentación! —. Unos golpes fuertes se hacen presentes en la puerta de la habitación principal y suelto un pequeño gruñido de desconformidad.

Taeyong a mi lado suelta un pequeño bostezo pero me empuja levemente para despertarme por completo.

— Le prometiste llevarlo, ahora ve —. Me dice con su voz ronca para luego acurrucarse más entre las gruesas sábanas.

Es una fría mañana de noviembre y Felix quiere que lo lleve a ver una presentación de baile, hiphop si no me equivoco, y yo tratando de ser el mejor padre que puedo le dije que lo haría...

Cómo me arrepiento.

— Ah, a la próxima te toca ir a ti —. Le digo en son de broma, sé que con su abultado vientre de cinco meses con un embarazo de alto riesgo no tiene permitido conducir o hacer actividades de alto impacto.

— Sal de aquí —. Me dice y me da un último empujón antes de caer dormido.

Hago un puchero de niño berrinchudo al escuchar a Felix llamarme nuevamente y no teniendo de otra comienzo a vestirme, me bañé ayer en la noche por lo que otra ducha no va a ser necesaria.

Mientras me coloco el sweater acolchado recuerdos de todo lo que ha pasado en estos últimos años me golpean; recuerdo cómo mimé más de lo que debía a Felix durante los primeros meses que le siguieron a nuestra conversación, y también cómo Jeongin comenzó a sentirse desplazado por su hermano, lo que trajo otra mini guerra a nuestro hogar. Pero principalmente recuerdo una conversación a corazón abierto que tuve con Taeyong.

Por lo que pareció la millonésima vez nos reclamamos todos nuestros errores del pasado; me encargué de sacarle en cara su infidelidad y él me gritó acerca de lo mal padre que fui con Felix. Los niños lloraban en sus habitaciones y Pequitas hasta trató de entrometerse entre nosotros para que dejáramos de pelear.

Fue a tal nivel nuestra pelea que tuvimos que darnos un ultimátum, o dejábamos ir nuestros rencores del pasado o dejábamos ir nuestra relación, y somos tan débiles el uno por el otro que terminamos abrazados y llorando, con nuestros hijos firmemente acurrucados entre nosotros.

— ¡Papá~! —. Vuelve a llamarme Felix.

— ¡Ya voy niño! —. Le digo aún fastidiado de haberme despertado tan temprano un día de vacaciones.

Abro la puerta de par en par y salgo refunfuñando de manera rápida. Pequitas da unos saltitos de alegría al verme al fin listo y tira de mi mano en dirección a su auto preferido.

— ¿Sabes? Cualquiera que te vea diría que deseas volverte un artista —. Le digo en son de broma mientras nos subimos al auto.

El niño se queda en silencio y baja su mirada ante mi comentario.

— Espera ¿De verdad quieres ser un artista? —. Le pregunto incrédulo.

Felix asiente despacio y juega un poco con sus manitas en señal de que está nervioso por mi respuesta. Eso fue algo que desafortunadamente nunca cambió, siempre tiene miedo ante lo que puedo pensar de sus sueños u opiniones.

— Bien, entonces vamos a esa presentación y justo cuando salgamos te voy a ir a matricular a la mejor academia de baile de este país —. Le digo con una sonrisa sincera.

Felix entonces sonríe de par en par y me lanza un beso desde su ubicación en el asiento trasero.

LTY