Capítulo 22

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— ¡TAEYONG! —. Tiro la nota al suelo completamente espantado y me pogo en pie de un salto para ir a buscar al susodicho.

¿Está... embarazado? ¡Pero si me aseguré de usar condón estos últimos días que estuvimos haciendo el amor!

— ¿Hyunnie? ¿Qué pasa? —. Su voz tranquila proveniente de la sala de estar me saca aún más de mis casillas.

— ¡¿Qué es eso de que estás embarazado otra vez?! ¡Taeyong sabes muy bien que usé condón todas las veces que lo hicimos! —. Corro hasta estar frente a él en el sofá y me estreso aún más al verlo allí sentado como si nada estuviese pasando.

— Hyunnie lo sé, créeme que cuando me di cuenta entré en una crisis de pánico, pero ya he pasado por un embarazo y sé que estresarme no va a cambiar la situación. Ahora, me gustaría dejarte muy en claro que el bebé sí es tuyo, y si bien me hubiera gustado tener más tiempo para ganarme tu confianza de verdad quiero que sepas que no te estoy engañando, y yo mismo me encargaré de que le hagan una prueba de paternidad al bebé para comprobártelo —. Me dice con una pequeña sonrisa.

— ¡Taeyong pero tan solo estamos iniciando nuestra relación otra vez! Dios mío y Felix aún está demasiado pequeño... no no no, esto no me puede estar pasando —. Caigo de rodillas en medio de la sala de estar y tiro con fuerza de mi cabello.

Tiene que ser una maldita broma... yo... no estoy preparado para un hijo ¡mierda! Ni siquiera estoy preparado aún para confiar al cien por ciento en Taeyong.

— Hyunnie... ¿me estás abandonando? ¿Estás diciéndome que vas a hacerme lo mismo que Ten hizo...? —. Sus palabras suenan débiles y derrotadas al ver mi reacción, pero siendo sinceros, ¿cómo mierda se supone que debo actuar?

— Yo... yo —.

— Pero yo... ¡yo pensé que un bebé nos iba a unir más! ¿Me estás dejando otra vez? ¿Es que acaso en verdad nunca me amaste? —. Su voz tiembla y veo lágrimas brillar en la comisura de sus ojos.

Mierda.

— No Taeyong, no estoy diciendo eso —. Gateo hasta estar entre sus piernas y dejo mi cabeza reposar en sus muslos en una posición muy conocida para nosotros puesto que la utilizábamos mucho para demostrarnos que nos apoyábamos ante todo.

— ¡Si tú no... no vas a querer a este bebé no me interesa, sal de nuestras vidas entonces, yo tengo suficiente amor para darle y al igual que Felix no necesita un padre que lo desprecie! —. Sus manos tratan de empujarme lejos pero como siempre, yo soy más fuerte que él.

Sus manos pequeñas luchan por apartarme al igual que sus pies, pero cuando ve que el esfuerzo es inútil rompe a llorar como un niño pequeño asustado. Esto hace que a mí sea al que se le quiebra el corazón.

— ¡No no Yongie! Muñeco no llores, no estoy diciendo que no lo vaya a amar, sabes que siempre he deseado tener hijos propios es solo que... acabamos de volver a retomar las cosas entre nosotros y este no es el momento ideal para que un niño venga al mundo... aún así lo voy a querer con toda mi existencia, eso ni lo dudes —. Froto mi nariz contra su abdomen aún plano y le regalo una pequeña sonrisa.

— ¡Hyunnie! —. Sus manos se aferran a mi cabello y llora, llora por no sé cuántas horas o minutos y no me puede importar menos que mis rodillas se estén despedazando, todo sea por verlo mejor.

— Te lo prometo bebé, aquí voy a estar, iré a visitarte siempre que pueda mientras seguimos trabajando en nuestra relación y si vemos que funciona podemos volver a vivir juntos, independientemente si algo sucede y vemos que no somos compatibles aún voy a formar parte de la vida del niño, por favor no llores más —. Como siempre sus lágrimas siguen siendo mi debilidad más grande.

CheaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora