Capítulo 4

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- Jaehyun... es hora de que despiertes, me has tenido demasiado preocupado y si sigues así yo... tendré que golpearte... ¡sí, eso haré! -.

Hago una mueca en señal de molestia cuando escucho una irritante voz hablarme con desesperación. No me da la gana de abrir los ojos, sea quien sea esa persona tiene que conocerme, y por lo tanto sabe que mis horas de sueño son sagradas.

- ¡Jae! Es poco profesional tenerme aquí todo preocupado por ti, tengo otros pacientes pero sé que no me voy a poder concentrar si sigues aquí sin despertar y... ¡Hijo de puta! ¡¿Eso fue una mueca?! ¡¿Me estás ignorando?! -.

Sí, lo estoy ignorando y seguiré haciéndolo, mi cabeza dolía como un demonio y sentía una presión extraña en algunas partes de mi cuerpo.

¿Qué diablos había pasado?

- Oh Dios... Yoonoh por favor dime que no imaginé la mueca... ¡tienes que despertar desgraciado! -.

Sigo ignorándolo y trato de envolverme en la hermosa oscuridad que me llama desde lejos, prometía un sueño profundo durante varias horas y no estaba dispuesto a desaprovecharlo.

- Por favor... no sé qué decirle a Taeyong, me ha llamado miles de veces y... no puedo seguir mintiéndole, no sé lo que sucedió entre ustedes pero... por favor... -.

¿Taeyong? ¿Qué con él? ¿Acaso habíamos peleado recientemente y ahora me encontraba en casa de un amigo?

Aún sin abrir los ojos trato de hacer memoria y recordar qué era lo que había pasado. Decido que lo mejor es hacer una pequeña lista mental para recapitular todo.

1) Hice un vitral para mi aniversario con Tae.
2) Llegué a casa más temprano de lo usual.
3) Taeyong... ¡Taeyong estaba con un hombre en la cama!
4) ¡Subí a mi motocicleta y conduje bajo la lluvia!
5)... ¿tuve un accidente?

Abro mis ojos de golpe entonces, ¡claro!, había chocado con un automóvil y... Taeyong... ¿le decía a ese hombre que lo amaba?

- Tae... Taeyong... -. Su nombre sale de mis labios como un lamento muy doloroso, y es que efectivamente lo es, porque sólo pensar en lo que había ocurrido trae lágrimas a mis ojos.

- ¡JAEHYUN! ¡GRACIAS A DIOS! -. Salgo de mi ensueño cuando un par de brazos se aferran de manera muy fuerte en mi cintura.

- ¡Auch! -. Exclamo lloriqueando cuando siento que ¿mis costillas? Dolían.

Una cabellera rubia queda a la altura de mis ojos y veo que la persona lleva puesta una gabacha blanca de hospital.

Si mal no lo recuerdo me dirigía hacia el pueblo donde vive Mark, mi mejor amigo, aunque claro, el accidente me impidió ir a pedirle posada...

¿Era entonces esta persona mi mejor amigo?

- ¡Jae por Dios me tenías tan preocupado! Taeyong... no deja de llamar y tu... dos semanas... llevas dos semanas sin abrir los ojos y yo... ¡te odio! -. Los brazos se aferran con más fuerza aún a mi alrededor y es entonces que decido devolverle un poco la muestra de cariño acariciando un poco su cabello.

- ¿Mark...? -. Pregunto con voz ronca de no haberla utilizado en varios días.

Mi vista se aclara un poco más y logro ver muchas luces blancas sobre mí, vuelvo un poco mi rostro y pincho la mejilla de Mark, quien trata de esconder sus lágrimas en mi bata celeste.

Frunzo el ceño cuando siento un dolor en mi muñeca y veo que hay una aguja conectada a la misma. Sí, estaba en un hospital, lo único bueno es que me había alejado lo suficiente del que trabajaba Taeyong y terminé en donde trabaja Mark.

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