Capítulo 32

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— Vamos, es tarde y mañana tienes escuela —. Le digo a Felix después de que pasamos un buen rato abrazados.

Sus ojitos están rojos de todo lo que ha llorado y a cada rato suelta pequeños bostezos en señal de que tiene sueño y está cansado. Después de todo, ya es muy pasada su hora de dormir.

— No —. Me responde haciendo un puchero y solo se abraza a mi pecho con más fuerza aún si eso es posible.

— ¿Por qué no? Tu papi debe estar a nada de llamar a la policía y acusarme de abuso infantil o algo así después de todo lo que lloraste —. Le digo acariciando un poco su espalda.

Felix sollozó tan fuerte que hace un par de minutos Taeyong trató de tirar la puerta abajo para recuperar a su hijo y en serio me amenazó con denunciarme.

— No quiero —. Sigue insistiendo el niño.

— ¿Y si te cargo hasta tu habitación? ¿Eso te gustaría? —. Le pregunto tratando de convencerlo para irnos sin hacer más escándalo de lo que ya habíamos hecho.

— Umm —. Frunce un poco su rosada nariz y veo que lo está considerando.

Perfecto, solo necesito convencerlo más de hacerme caso.

— Te cargaré, te voy a arropar y hasta te leeré un cuento, el que tú desees, pero solo si nos vamos ya —. Lo aparto con la mayor suavidad posible de mi cuerpo para demostrarle que estoy siendo serio.

Felix rasca uno de sus ojos de manera tierna y termina asintiendo luego de varios segundos en silencio.

— Eso es, ve pensando en qué libro quieres que te lea y en cual pijama deseas que te ponga —. Me pongo en pie y cargo a Felix en mi cadera, justo como lo hago a diario con Jeongin.

Puedo notar en la mirada del niño un brillo nuevo, uno que quizás siempre estuvo y nunca lo vi; o tal vez es la primera vez que aparece, no lo sé, pero le queda bien y espero que nunca lo pierda.

— M-me gusta que me cargues —. Dice con una voz tímida y sonrío de manera muy leve ante sus palabras. Debería haberlo cargado desde siempre.

— Bueno Felix, si quieres que te siga cargando pídele a Dios que Taeyong no me mate cuando salgamos de esta habitación —. Le digo con total seriedad.

Doy unos pasos tentativos hacia la salida y luego de escuchar durante al menos un minuto por la puerta buscando indicios de mi esposo, decido que es seguro salir y abro las dos estructuras de madera solo lo justo para poder pasar entre ellas.

— ¡TÚ GRANDÍSIMO HIJO DE PUTA AGARRA TUS MIERDAS Y SAL DE MI CASA JUSTO AHORA! ¡¿QUÉ LE HICISTE A FELIX PARA QUE LLORARA TANTO RATO?! —. Unos fuertes golpes comienzan a sentirse en mi espalda y como primer instinto suelto un pequeño grito poco masculino demostrando el susto que me llevé.

— Taeyong cálmate no le... —.

— ¡TÚ CÁLLATE Y TE LARGAS, TE SOPORTÉ MUCHAS MIERDAS PERO NO MÁS! ¡¿QUÉ HICISTE A FELIX?! —. Me doy la vuelta sosteniendo al mencionado pero Taeyong se encuentra tan histérico que no parece notar su presencia y solo se enfoca en encontrar nuevos lugares para golpearme.

Cubro lo mejor que puedo al niño con mis brazos y me alejo lo más rápido que puedo de mi pareja, en el pasado estos episodios de histeria eran normales en él así que sé que en unos minutos se le va a pasar.

— ¿Qué le pasa a papi? —. Susurra un tembloroso Felix.

— ¡NO HUYAS! —. Taeyong se acerca peligrosamente a donde yo estoy para tratar de seguir con su ataque pero Felix decide intervenir antes de que yo pueda hacerlo.

— ¡Papi ya! ¡Tengo miedo! ¡Para para para! —. Los pequeños pies del niño patalean rápidamente en su directo para tratar de mantenerlo alejado y sus ojos otra vez se vuelven a llenar de lágrimas.

Taeyong se detiene a medio camino y parece por primera vez notar a su hijo, a quien tengo fuertemente protegido entre mis brazos.

— ¡Felix! ¿Estás bien? ¿Te lastimó? ¿Por qué mierda lo estás cargando? ¿Qué pasa? —. El mayor extiende sus brazos hacia el niño por instinto para quitármelo pero Felix sorprendentemente se aferra más fuerte a mi cuello.

— Quiero estar con papá un rato —. Le responde, pero su cuerpo sigue temblando.

— Jaehyun explica, ¿por qué lo tienes alzado? ¿Qué pretendes con todo esto? ¿Es un chantaje? —. Sin importarle las palabras de su hijo me lo arranca de los brazos y lo apretuja contra su propio pecho.

— ¡Papi no, papá me va a leer un cuento como a Jeongin, déjame ir con él! —. Exclama el pequeño tratando de regresar a donde yo me encuentro.

— Hablamos durante un tiempo, llegamos a un acuerdo de que trataré de ser un padre para él y pues eso —. Le digo a mi pareja en resumen.

Taeyong eleva sus cejas de manera divertida y con sarcasmo.

— Felix podrá estar feliz porque es un niño y aún no entiende muchas cosas pero yo... yo soy otro caso distinto ¿Por qué debería creerte después de todo lo que le hiciste? De que tiraras sus regalos e idolatraras a Jeongin —.

Por la misma razón por la que decidí volver a ser tu pareja aún a sabiendas de que me fuiste infiel y en cualquier momento lo puedes volver a repetir.

— ¡No tiró mis regalos pero eso no importa, suéltame para poder ir a por ese cuento! —. Vuelve a exclamar el niño.

Taeyong sin embargo lo ignora de manera olímpica.

— Lo vas a lastimar otra vez —. Me dice mientras me observa de manera fija y penetrante.

— Trataré de no hacerlo —. Le respondo con sinceridad, después de todo padres perfectos no existen.

— Tú... ¿solo por qué diablos decidiste que ahora sí lo quieres? Pasaste de cero a mil en un segundo —. Pasitos suaves se escuchan bajando por las escaleras, de seguro despertamos a jeongin con todo el ruido.

— No lo entenderías, y no te estoy pidiendo permiso, solo espero que un futuro veas una mejora en nuestra relación —. Le digo sin remordimiento.

No pediría perdón, demostraría con acciones cuanto lo siento. Y por primera vez en cuatro años decido cargar a Felix a su cuarto y no a mi hijo de sangre.

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Un capítulo más, el epílogo y terminamos esto!

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