Capítulo 20

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Dedicado a jaesofts por el lindo edit que hiciste, al próximo capítulo lo voy a poner ❤️

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El restaurante donde nos encontramos no es el más caro de la ciudad ni mucho menos, es solo un pequeño local al que solíamos venir Tae y yo cuando apenas estábamos empezando a salir, y justo por esa razón es que propuse que nos encontráramos aquí hoy.

Desde el día que Taeyong llegó a casa de Mark para hablar conmigo han pasado dos meses ya, y no hay día en que ambos no salgamos aunque sea por un helado, ni siquiera las noches lluviosas son un impedimento para nuestros encuentros, eso solo demuestra lo comprometidos que ambos estamos para que esto funcione.

— ¿Sabes algo Tae? Nunca me contaste qué fue lo que hablaron tú y Mark aquel día que hablamos —. Tomo un sorbo de mi gaseosa mientras observo al mayor, quien ante mi pregunta solamente se encoge de hombros evitando el tema.

Hago un pucherito que para muchas personas puede ser tierno mientras trato de persuadirlo; esa noche cuando volví a casa Mark también se negó a decirme algo al respecto y a pesar de buscar mucho, no encontré heridas visibles en su cuerpo, por lo que supuse que no se habían puesto violentos como en un inicio pensé.

Taeyong sin embargo ignora mi cara de perrito regañado con una sonrisa divertida y continúa comiendo su sándwich. Esa es otra característica nueva de mi esposo que amo, se ha vuelto mucho más juguetón y aprecia más todos esos pequeños gestos que siempre me he empeñado a hacer, como abrirle las puertas, sacar su silla para que se siente, regalarle de vez en cuando flores, en fin, pequeños gestos que demuestran que en verdad lo quiero.

— No te puedo decir Hyun, él y yo prometimos no hablar de eso contigo hasta dentro de varios años —. Me lanza un besito desde su lado en la mesa y no puedo evitar sonrojarme un poco.

¿Dónde quedó ese Taeyong que odiaba las demostraciones públicas de amor por más pequeñas que fueran?

— ¿Es algo malo? Porque sinceramente Mark en ese entonces estaba odiándote con toda su alma —. Mordisqueo un poco mi cupcake de chocolate con nerviosismo, el estar en la incógnita siempre me estresa.

— Nop, no es malo, es solo que llegamos a un acuerdo pero prometimos no contarte hasta que estés en tu lecho de muerte —. Hago una mueca de incredulidad para luego cruzar mis brazos como un niño pequeño.

— ¡Pero hyung! —. Pateo de manera suave la pierna izquierda del mayor y entonces el mismo rompe en una carcajada que de inmediato me pone con una sonrisa de oreja a oreja.

— Pronto te diremos, tranquilo cariño —. Sus manos de repente dejan el sándwich y toman mis mejillas para luego acercarme hasta que nuestros rostros están a centímetros de distancia.

— ¿Taeyongie? —. Pregunto resistiéndome ante los impulsos que me incitan a besarlo hasta que nos quedemos sin aire.

— Sh —. Susurra con los ojos entrecerrados y luego une nuestros labios con mucha suavidad. Subo mis propias manos hasta posarlas sobre las suyas y saco un poco mi lengua para pasarla sobre su belfo inferior.

— Mmm —. Taeyong suelta un gemido por lo bajo y abre su boca, permitiéndome profundizar el beso como quiero. Su sabor sigue siendo el mismo de antes, picante con notas de menta, puesto que tiene esta extraña manía de mascar chicle casi siempre; la familiaridad de sensaciones trae varias lágrimas a mis ojos que logro retener y por el leve temblor en el cuerpo del mayor sé que el mismo está igual que yo.

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