Megan
Debí haber permanecido en silencio cuando pude hacerlo, pero ya era demasiado tarde para volver el tiempo atrás. Ahora no tenía otra alternativa, lo único que podía hacer era tratar de que las consecuencias no fueran tan devastadoras.
Mi cuerpo estaba tenso, cada músculo estaba apretado mientras esperaba su reacción. Fue entonces cuando Cristianno explotó en una carcajada. No entendía lo que estaba pasando, pero definitivamente no estaba preparada para esto.
El hecho de que se estuviera riendo me asustaba todavía más.
Afortunadamente éramos los únicos en el restaurante, porque no podría proteger a todas las personas a nuestro alrededor si la situación empeoraba. Después de varios minutos, el rostro de Cristianno se tornó mortalmente serio. Se levantó de la silla rápidamente y volcó la mesa en una maniobra violenta, arrojando al suelo los platos, las copas y todo lo que estaba encima.
Me encogí en mi asiento.
No tenía suficiente aire en los pulmones, estaba mareada y no dejaba de temblar, pero de todas formas me puse de pie y me coloqué en posición de combate. Cuando sus ojos dorados se cruzaron con los míos, pude ver que ardían intensamente, igual que una tormenta solar, tan brillantes que me estaban dejando ciega.
Apreté las manos en puños y separé las piernas, lista para lanzarme sobre Cristianno.
Haría lo que fuera necesario para someterlo, literalmente cualquier cosa, desde golpearlo hasta dejarlo inconsciente. Después de todo, no era la primera vez y definitivamente, tampoco sería la última.
- Te lo suplico, no hagas esto ahora– Rogué, tímida y cautelosa–
- No me esperes despierta, cariño– Anunció, peligroso y letal–
Cristianno me ignoró mientras caminaba en dirección a los ascensores. Aunque mi cuerpo y la sangre en mis venas estaban congelados, corrí detrás de él y coloqué una mano en la ranura de las puertas antes de que se cerraran, forzándolas a abrirse otra vez, infiltrándome en el interior de la cabina.
- Todavía no he terminado de hablar, no puedes hacer un desastre en el restaurante y luego abandonarme mientras tú te vas en este estado– Exclamé, alzando la voz con energía–
Pero él no respondió.
El ascensor se detuvo y Cristianno atravesó el vestíbulo como un huracán hacia las puertas de vidrio que daban al exterior, sin mirar atrás. Fue en ese momento en el que decidí dejar de seguirlo, porque entendí que no valía la pena el esfuerzo.
- Es suficiente, si pones un pie afuera de este hotel, me encargaré personalmente de que te amarren y te suban en el primer avión que despegue hacia Nueva York– Amenacé, cortante y directa–
Tal como imaginé, mis palabras funcionaron, porque logré que Cristianno se detuviera.
- ¿Se supone que eso debería intimidarme?– Replicó, entrecerrando los ojos–
Sabía que estaba enojado, pero nunca pensé que también podría estar triste. Eso fue precisamente lo que vi cuando se dio la vuelta para encararme, su rostro era una mezcla caótica de angustia, desolación, amargura y tormento.
- Recuerda que estás aquí para ayudarme, no para crear más problemas– Gruñí, enseñándole los dientes–
- ¿Acaso esperas que me quede sentado de brazos cruzados mientras veo cómo él establece las condiciones que quiera?– Interrogó, confundido e incrédulo–
Me mordí el labio, bajando la cabeza.
- Megan, ese desgraciado está negociando con tu cuerpo– Resaltó, escupiendo las palabras–
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Ahora y siempre (ASP #3)
RomanceEl final está cerca: Megan y Cristianno lo saben. Todos tienen un rol que interpretar. Altercados del pasado, presente y futuro se dejan de lado para luchar en la guerra definitiva. Nuevas alianzas se forjan, viejas amistades se destruyen. Regla...