Cristianno
En total llevaba un mes trabajando con Megan a mi lado, repartiéndonos las responsabilidades de dirigir la mafia como un equipo. Ella tenía un talento natural para adaptarse a cualquier escenario, por lo tanto no le había costado demasiado aprender la rutina del negocio, dar órdenes y verificar que el dinero siguiera creciendo.
No obstante, su participación todavía era mínima en comparación a todos los asuntos de los que me encargaba personalmente. Su prioridad número uno era cuidar a Nicole, no porque yo se lo impusiera, sino porque ella quería hacerlo. En ese sentido, Megan sólo dedicaba un par de horas a la semana a ayudarme, aparecía cuando se lo pedía o cuando ella se hartaba de estar encerrada en casa.
No podía quejarme de que no fuera eficiente, porque siempre que se comprometía a solucionar algún problema, realmente lo arreglaba sin dejar cabos sueltos. Su forma de trabajar era impecable. Con una personalidad tan competente y autónoma, nunca tenía que decirle qué hacer; Megan sabía exactamente lo que era necesario para cada ocasión y tomaba sus propias decisiones.
Mi esposa por sí sola valía más que todos mis ineptos hermanos juntos.
Ahora entendía a la perfección por qué era una agente tan valorada por la CIA, pero tal vez era una cuestión de entrenamiento donde todos los espías estaban capacitados para actuar de la misma forma. Lo curioso es que supuestamente debían comportarse así cuando estaban en medio de una misión, pero Megan no había estado cerca de una en más de un año. Ella simplemente se tomaba cualquier trabajo con la misma seriedad como si fuera una misión real.
Mi madre estaba encantada, no dejaba de sonreírme con complicidad cada vez que nos encontrábamos por la mansión. Cuando trataba de preguntarle qué era tan gracioso, ella me ignoraba por completo. Se limitaba a darme una palmada en la mejilla como máxima demostración de afecto de su parte.
La mujer quizás finalmente había perdido la cordura.
Dividía mis días entre pasar tiempo con mi hija, torturar personas y atendiendo a mi esposa. Nunca había estado tan ocupado, pero a pesar de todo me sentía satisfecho con mi vida actualmente. No era lo que había imaginado, pero era mucho mejor de cómo podría haber terminado si no hubiera conocido a Megan. Veía con facilidad que era ella quien me había salvado del abismo, sin ella quizás dónde me encontraría ahora.
Esa mañana había organizado una reunión, por lo tanto esperaba a mis hermanos y primos en el despacho de la mansión principal. Les había indicado una hora determinada para que fueran puntuales, ya que en el pasado había tenido desagradables experiencias en las cuales ellos no se presentaban a la reunión. Por eso me sorprendió que esta vez llegaran a tiempo, ni un minuto antes o después.
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Ahora y siempre (ASP #3)
RomansaEl final está cerca: Megan y Cristianno lo saben. Todos tienen un rol que interpretar. Altercados del pasado, presente y futuro se dejan de lado para luchar en la guerra definitiva. Nuevas alianzas se forjan, viejas amistades se destruyen. Regla...