Amara
Sabía que tarde o temprano Megan vendría por mí.
Habían pasado meses desde la última vez que estuve libre, aunque en teoría podría haber tomado el control del cuerpo de Megan en cualquier momento, nunca lo hice. En cambio, permanecí encerrada en mi celda, esperando y observando atentamente lo que sucedía a través de los ojos de Megan.
Pero eso se acabó, la Amara dócil y paciente se aburrió.
Desde que regresó del hospital cargando con ese diagnóstico sobre sus hombros, Megan se encerró en su habitación sin permitir que nadie entrara, ni siquiera Cristianno. Estuvo días inmersa en un estado deplorable, llorando sin parar hasta que encontró la fuerza que necesitaba para levantarse de la cama.
Sonaba mal, pero en el fondo estaba feliz de que finalmente hubiera decidido salir de ese patético círculo de desgracia y autocompasión, pero eso también significaba que iría a buscarme. Sabía cuáles eran sus intenciones respecto a mí, por lo tanto cuando ella derribó la puerta con una patada, yo estaba preparada.
Tan pronto como colocó un pie en el interior de su mente, ese lugar remoto que compartíamos, Megan entró directo en mi trampa. Una jaula de hierro de varias toneladas cayó sobre ella, rodeándola entre cuatro paredes hechas de barrotes.
Así de fácil había logrado atraparla.
Me sacudí el polvo de las manos mientras me acercaba a ella con una sonrisa, contemplando con inmensa satisfacción cómo Megan sacudía la jaula intentando destruirla. Al ver que no tenía éxito de ese modo, trató de lanzar su cuerpo contra la estructura, pero no consiguió moverla ni un centímetro.
Joder, Megan se veía realmente terrible.
- Yo dejaría de hacer eso si fuera tú, sólo lograrás hacerte daño– Comenté, cruzando los brazos–
- ¿Qué significa esto?– Interrogó, jadeando agotada–
- Te lo advertí la última vez: "Será mejor que no regreses, porque dominaré tu cuerpo y haré que te arresten"– Recordé, mortalmente seria–
Megan se quedó inmóvil, como si repentinamente hubiera recordado a qué me refería.
- No puedes estar hablando en serio, si te entregas también te castigarán a ti– Protestó, exasperada–
- Antes te dije que estaba dispuesta a hacer ese sacrificio, mi determinación no ha cambiado– Respondí, encogiéndome de hombros–
- ¿Por qué haces esto?– Preguntó, apretando los dientes con rabia–
- Me desafiaste y ahora pagarás las consecuencias– Indiqué, entrecerrando los ojos–
- ¡Tú eres la que me debe explicaciones a mí!– Gritó, perdiendo la razón–
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Ahora y siempre (ASP #3)
RomanceEl final está cerca: Megan y Cristianno lo saben. Todos tienen un rol que interpretar. Altercados del pasado, presente y futuro se dejan de lado para luchar en la guerra definitiva. Nuevas alianzas se forjan, viejas amistades se destruyen. Regla...