Capítulo 16

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Cristianno

Cuando Megan regresó a mi lado, estaba tensa y evitaba mi mirada. No fue necesario preguntarle qué había ocurrido, sólo con estudiar su postura corporal entendí que la reunión con Hassan no resultó bien. Aunque no estaba herida y tampoco había señales de que hubiera utilizado las armas que llevaba escondidas debajo de su vestido, algo sucedió que la dejó en ese estado.

Rodee su cintura con el brazo y la atraje a mí suavemente, inclinando la cabeza para susurrarle al oído. Ella simplemente asintió a mi propuesta, totalmente perdida en sus pensamientos. Una vez que estuvimos afuera del palacio y el valet trajo nuestro auto, empecé a caminar hacia la puerta del piloto, pero Megan me arrebató las llaves y se sentó frente al volante.

- ¿Estás segura de que estás en condiciones como para conducir?– Pregunté, cauteloso–

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- ¿Estás segura de que estás en condiciones como para conducir?– Pregunté, cauteloso–

- Por supuesto, necesito relajarme y conducir ayuda– Respondió, inocente y serena–

- De acuerdo, pero si quieres cambiar de lugar me avisas– Advertí, suspirando con resignación–

- Cállate y sube Gabbana– Ladró, soltando un bufido–

Megan rara vez se ofrecía como voluntaria para conducir, por lo tanto me había acostumbrado a hacerlo yo. Obviamente, eso no significaba que ella lo hiciera mal, simplemente iba más rápido que yo.

Bueno, mucho más rápido en realidad, parecía un maldito cohete.

Mi compañera presionó el acelerador y el auto salió volando hacia adelante incluso antes de que hubiera terminado de ponerme el cinturón de seguridad. Tuve que sujetarme de la puerta para no atravesar el parabrisas. Cuando la miré, Megan se limitó a soltar una risita traviesa. Como respuesta, torné los ojos en blanco, manteniendo fija la vista en la carretera delante de nosotros.

- Tus repentinos cambios de humor me dan tortícolis– Comenté, aburrido–

- Oye, al menos que yo sepa, no me han diagnosticado con trastorno de bipolaridad– Protestó, ofendida–

- Eso es porque ningún psicólogo te ha revisado en un largo tiempo– Rebatí, alzando una ceja–

- Cariño, eres tan gracioso, sobre todo cuando tratas a tu esposa de loca– Exclamó, fingiendo una carcajada–

- Disculpa, pero yo jamás dije esa palabra, fuiste tú– Contraataqué, molesto–

- Cristianno, será mejor que tengas cuidado mientras duermes o en la mañana podrías despertar sin cejas– Declaró, triunfal y orgullosa–

Megan aceleró para cambiar de pista, esquivando autos y camiones, zigzagueando entre ellos como una profesional. Cuando los adelantó a todos y la carretera quedó despejada sólo para ella, se recostó en el asiento para ponerse cómoda y disfrutar el viaje, sujetando el volante con una mano.

Ahora y siempre (ASP #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora