Capítulo XVIII

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Lunes, 15 septiembre 2036

La vuelta a la rutina me había sido sencillo, apenas pasaba tiempo con mi hermana me ayudaba. Mis padres intentaban que habláramos y solucionaramos las cosas pero no conseguían nada. Lo único que ocurría eran una ráfaga de reproches y de indirectas. Ese día me levante un poco más temprano y me tome una ducha relajante, no tenía prisa. Al salir, vi como el móvil no paraba de vibrar y sabia porque era, era porque estaban felicitando a Carlos. Todavía no se había atrevido a tener algo más serio con Shey aunque cada vez se ocultaban menos. Me arreglé y baje a desayunar, sabiendo que mi hermana bajaba más tarde. Mientras desayunaba, hablaba con mi madre sobre el instituto y sobre sus trabajos. Mi madre no podía estar quieta y su trabajo le gustaba bastante aunque manejar el estudio no era sencillo. En cuanto llegaron mis primos, me despedí de mi madre, cogí mis cosas y me marché. Leo hacia lo mismo que yo para no tener que soportar a Paula y a Ruben lo obligamos a madrugar. Recogimos a Pablo y nos quedamos un rato en una plaza cercana.

Pablo(Jr): No vais a poder huir todo el tiempo de vuestras hermanas.

Yo: No es huir, es dejar de aguantarlas  por un tiempo. No sirve de nada intentar hablar con ellas.

Ruben(Jr): ¿Y nos tenéis que meter a los demás? Quiero dormir más, ¿lo entendéis?

Leo: No seas exagerado, parte de esto es culpa tuya y de Marc por defenderlas tanto.

Ruben(Jr): Claro, y de que el cielo sea azul también, ¿no? Yo no tengo la culpa de que no sepais tratar a vuestras hermanas.

Yo: Llevas unos días insoportable, ¿te pasa algo que no nos has contado?

Ruben(Jr): No me pasa nada, estoy como siempre.

Pablo(Jr): ¡Qué mentiroso! Me encantaría que vieras como te estás comportando.

Ruben(Jr): Perdón por no ser tan perfecto como vosotros, no puedo ser tan ideal.

Leo:  Ya puedes hablar, ¿qué mierda te pasa? ¿Es que no confías en nosotros?

Ruben(Jr): Mis padres tienen razón, no sirvo para nada.

Yo: ¿Desde cuando haces caso a lo que tus padres dicen? Vales más de lo que crees.

Ruben(Jr): No es verdad Alberto, ni siquiera sé lo que quiero para mi futuro.

Pablo(Jr): Tenemos dieciséis años, es normal que dudes sobre lo que quieres hacer.

Leo: Nos queda mucho por delante para decidirlo, no te agobies.

Ruben(Jr): Mis padres con mi edad ya lo sabían y mi hermana ya lo sabe.

Yo: Pero tú no eres como ellos, no te autoflageles que no sirve de nada.

Ruben(Jr): Lo intentaré pero no prometo nada, supongo que siempre seré una vergüenza para mis padres.

Hicimos que Ruben se desahogara con nosotros, era raro verle así ya que él, junto con Marc, eran la alegría del grupo. En ese momento recordé una cosa que me decían mis padres de pequeño: hasta la persona que más feliz parece, tiene sus propios problemas. Los demás fueron llegando y felicite a Carlos en persona, no era de mensajes y menos para este tipo de cosas. Fuimos poco a poco al instituto y la mañana paso como todos los lunes, un poco pesada pero era mejor que estar en casa. A las dos, salimos corriendo de clase como era habitual. Eramos una mezcla de hormonas que podía explotar en cualquier momento. Cuando llegue a casa, estaban mis tíos Ana y Rubius, mis padres, mi prima Paula y mi hermana esperándonos a Leo y a mí con la mesa puesta.

Cristina(Sr): Os estábamos esperando, creo que es hora de que hablemos todos.

Paula: Nosotras no hemos hecho nada, siempre nos llevamos las broncas.

Ana(Sr): Esta situación es culpa de todos, ¿qué es eso de salir más temprano para no encontrarnos con vuestras hermanas?

Yo: Es para no pelear, no lo hacemos a malas.

Pablo(Sr): Esa no es la solución, somos una familia y como tal, estar unidos.

Cris(Jr): Es lo que pasa cuando se mete gente en el medio, Alberto ha elegido a Silvia antes que a su hermana.

Leo: Por cosas así es porque nos vamos antes, la tontería de Cris se le ha pegado a Paula.

Rubius: Debe de solucionarse ya, lleváis así desde verano y esto ya es insoportable.

Yo: Que dejen en paz a Silvia, no es tan difícil.

Cris(Jr): La forma en que te come la cabeza no es normal.

Yo: Aburres con el mismo cuento, ¿no te vas a cansar nunca?

Cristina(Sr): No empecéis, así no vais a solucionar nada.

Paula: Tía, la culpa de todo esto es de Silvia. Desde que empezó con ella, está distinto.

Yo: Yo no estoy distinto, sois vosotras las que estáis paranoicas. Ni siquiera le habéis dado la oportunidad.

Ana(Sr): A partir de ahora no quiero ni una falta de respeto hacia Silvia.

Paula: Siempre os  poneis al lado de ellos. No sé qué hechizo utiliza Silvia con todos.

Rubius: Basta ya hija, espero que todo esto se pase pronto.

Seguimos comiendo casi en silencio, por mucho esfuerzo que hacían los mayores. Era algo incómodo pero eso era algo rutinario en nosotros desde verano. Mi prima y mi hermana cuchicheaban de vez en cuando entre ellas, ganándose algunas miradas de reproche por parte de mi madre y mi tía pero a ellas les daba igual. Eran muy insoportables cuando querían, creyendo que llevaban la razón casi todo el tiempo. Terminamos de comer y recogimos  la mesa entre todos para no ganarnos otra reprimenda. Ruben, Pablo y Marc vinieron al rato y subimos a mi habitación para estar más tranquilos. Entre los cinco hicimos los deberes, en verdad, los hicimos entre Pablo, Leo y yo. Mi madre nos subió la merienda y empezamos a interrogar un poco a Ruben.

Leo: ¿Estás mejor Ruben? Sigues algo alicaído.

Ruben(Jr): Estoy bien, algo agobiado. Ya sabéis como son mis padres.

Marc(Jr): Y tener a Noe de hermana tampoco ayuda, es un cerebrito.

Ruben(Jr): Todos en la familia lo son, cada día dudo más en si soy adoptado.

Pablo(Jr): Ya te digo yo que no, eres clavadito a tu padre. Habrás sacado los genes del tío Aitor.

Yo: ¿Y su Sara es Paula? Prefiero a la tía Sara, es más cariñosa.

Ruben(Jr): No me gusta Paula, le tengo mucho cariño que es distinto.

Leo: Cuñado, no te engañes. Si tienes paciencia para aguantarla, es toda tuya.

Marc(Jr): Que exagerado que eres, tu hermana no es tan insoportable.

Yo: No empecéis a defenderla, ni a Paula ni a Cristina. Hoy nos han echado otra charla en la comida.

Ruben(Jr): Es que estar con vosotros es incómodo, se puede notar la tensión.

Leo: Si se les quitara la idea de que Silvia es la mala, no sé por qué piensan tan mal de ella.

Pablo(Jr): Son celos de Cris que le ha pegado a Paula, se les pasará con el tiempo.

Yo: Pero mientras tanto las tenemos que aguantar, que reaccionen que no son crías.

Marc(Jr): Tampoco son tan grandes, tienen todavía catorce años.

Leo: Les falta nada para los quince, y, si son mayores para algunas cosas, lo tienen que ser para todo.

Ruben(Jr): Necesitan algo de tiempo, dentro de nada volverán a ser las de antes.

El tema se alargó un poco más de lo que esperaba, pero era normal ya que pensábamos diferente. Sobre las nueve, todos se marcharon dejandome solo hasta que llegaron mis padres. Baje con ellos y cenamos los cuatro casi en silencio. Después de cenar, hablé un rato con Silvia hasta que el sueño nos venció y caí redondo en el mundo de los sueños.

Segunda Generación #MUGC4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora