Capítulo XVI

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Lunes, 8 septiembre 2036

A falta de un día para comenzar las clases de nuevo, los nervios estaban latentes y no lo podía evitar. Todos los años me pasaba lo mismo, el primer día era especial. Mis ojos se abrieron sobre las ocho, no solía despertarme tarde. Me metí en la ducha para relajarme y, al terminar, me vestí y baje a desayunar. Había un ambiente muy alegre, con música de fondo sonando. En el comedor estaba mi padre observando a mi madre mientras hacia el desayuno. Él había llegado el día anterior, ya que tenía que empezar con sus clases, y el ánimo de mi madre se notaba. Los dos estaban locos el uno por el otro, no hacia mella los años. Me senté al lado de mi padre y comenzamos a hablar un poco.

-Buenos días papa, hoy está mama preciosa. Se te está cayendo la baba.-

-Tu madre siempre está preciosa, menos mal que se enamoró de mí.-

-¿Nunca has tenido dudas de vuestra relación? Habéis pasado mucho.-

-Donde hay amor, no hay dudas Alberto. He tenido suerte, tengo una familia fantástica.-

-Todos hemos tenido suerte, no todos tienen lo que tenemos nosotros.-

-Se libran de los enfados con Cris, ¿cómo vas con tu hermana? Ha heredado los genes Jiménez.-

-Todo sigue igual papa, apenas hablamos y cada vez las ofensas a Silvia son peores.-

-Cris no es mala, está celosa. Tú eres muy importante para ella y necesita tiempo para aceptar a Silvia.-

-¿Cuánto tiempo? Es difícil soportarla y no puedo mas, mi paciencia tiene limites.-

-Al primo de tu madre le costó años, espero que tú hermana reaccione antes.-

-Por mi salud mental, yo también lo espero. Quiero que regrese esa hermana cariñosa y dulce.-

-Ya verás como sí, ¿tú con Silvia eres feliz? ¿La amas?-

-Si papa, no me imagino sin ella y me hace tan feliz. Es el amor de mi vida.-

-Entonces sigue con ella, yo tuve varias crisis con tu madre antes de estar juntos de nuevo.-

-¿Cuál fue el peor momento que vivisteis?-

-Supongo que la segunda vez que nos separamos, cuando me tuve que marchar a Sevilla.-

-Seguro que le preguntabas al tío Alberto por mama.-

-¿Sabes? Alberto al principio me decía que estaba loco pero al final me acabo ayudando.-

-Me encanta vuestra historia, es tan anormal papa.-

-Todo en tu madre es especial, destaca en la multitud y nuestra historia no es la excepción.-

Mi madre llegó con el desayuno y cambiamos de tema, mi padre tenia razón ya que mi madre era especial. Había marcado su destino luchando por cada cosa que quería sin perder nunca su esencia. Después del desayuno, mi madre se marchó al estudio y yo recogí todo para quitarle algo de trabajo. Mi padre se tuvo que ir a la reunión de su centro, la normalidad estaba a punto de llegar. Mi hermana apareció por el comedor y yo me marche a mi cuarto para no pelear una vez más, esquivarla no era la solución pero prefería eso. Un poco después, llegaron mis primos y Marc, algo nerviosos.

Marc(Jr): No sé para qué tienes el móvil, te hemos llamado varias veces.

Yo: Lo tenia cargando, ¿ha pasado algo grave? Vuestras caras dicen que ha pasado algo.

Leo: Ángel está en el hospital, el muy tonto ha intentado hacerle algo romántico a Ana y se ha caído de una escalera.

Pablo(Jr): Menos mal que mi padre tiene buen oído, enseguida lo hemos llevado al hospital.

Yo: ¿Es qué no tiene ideas normales? ¿Está muy mal?

Ruben(Jr): Se ha roto el brazo izquierdo, por lo demás está bien.

Marc(Jr): Menuda bronca le va a echar mi tía Lucia, está de contenta.

Pablo(Jr): Se lo merece, no sabéis el susto que nos ha dado.

Yo: ¿Y Ana que piensa al respecto? Ángel no se va a dar por vencido.

Ruben(Jr): Creo que le ha dicho que necesita tiempo, no me han dejado cotillear.

Pablo(Jr): Es que son cosas de mi hermana, no hace falta que lo sepas.

Marc(Jr): Sabeis como somos, solo queríamos informarnos. Ana no nos cuenta nada.

Leo: Hace bien, os  poneis un poco pesados de vez en cuando.

Yo: Por suerte, Ángel está bien. No se va a librar de ir mañana al instituto.

Marc(Jr): Hubiese sido muy gracioso ver como se ha caído o lo que quería hacer.

Pablo(Jr): Quería llenar la ventana de mi hermana de rosas y ponerle una nota romántica.

Leo: Que original, se ve que el día que se repartieron las neuronas, él no estaba presente.

Yo: No seamos duros, va a ser el hazme reír durante un tiempo largo.

Ruben(Jr): Ya lo está siendo, se ve que el pobre es gafe.

Comentamos cada una de las cagadas que había cometido desde pequeño Ángel, riéndonos a más no poder. Como era temprano, fuimos a verlo a su casa. Llevaba el brazo escayolado y una cara de dolor. Él nos explicó todo mientras que nosotros no podíamos parar de reírnos y Clara no paraba de tranquilizar a su madre. Antes de la hora de la comida, nos marchamos para que pudiese descansar un poco. En cuanto llegue a casa, puse la mesa y esperé a que mi madre terminase de hacer la comida. Mi hermana se paseaba de un lado a otro para no acercarse a mí y mi padre llegó justo a tiempo para comer. Los únicos que hablaban eran mis padres, haciendo la comida demasiado incómoda. Cristina se fue a casa de Paula en cuanto mis padres le dieron permiso. Yo ayudé a mi madre y me fui a casa de mi primo Ruben, donde estaban los chicos más mis primas Noe y Ana.

Marc(Jr): ¿No vienen Cristina y Paula? Se les echa de menos.

Leo: Las ves cada día, eres muy exagerado. Dejalas, que tranquilidad.

Yo: Están en casa de Paula, si quieres verlas. Yo te regalo a mi hermana.

Ruben(Jr): Tenéis que reconocer que la cosa está diferente desde que ellas se han alejado un poco.

Noemi(Jr): Dejar el tema porque vais a poneros a discutir, bastante tenemos ya con lo de Ángel.

Pablo(Jr): Él está bien, solo tiene un brazo roto y se le pasara el dolor en unos días.

Ana(Jr): ¿Habeis ido a verle? Clara dice que mañana si o si ira a clases.

Yo: Podremos firmarle en la escayola, miremosle el lado positivo.

Marc(Jr): Y las risas que nos vamos a echar, mi primo es especial el pobre.

Ana(Jr): Pero, ¿está bien o mal? Esta mañana me he asustado un poco.

Pablo(Jr): Está bien tata, tiene algo de dolor pero es normal. No te preocupes.

Ruben(Jr): ¿Te vas a ablandar un poco con Ángel? Pobrecito, se ha caído por ti.

Ana(Jr): Por mi no, si se ha caído ha sido por su culpa. Nadie le ha obligado.

Noemi(Jr): El pobre sólo tiene una neurona y funciona una vez al año.

Marc(Jr): Oye, que es mi primo. Menudo insulto más gratuito le has dado.

Noemi(Jr): No tengo la culpa de que el pobre sea tonto.

Pasamos toda la tarde charlando y riéndonos de todo un poco para pasar el rato. En la hora de la cena, cada uno se marchó a su casa a cenar, acostándome temprano ya que tenía que madrugar. Estuve hablando con Silvia hasta que a los dos nos entro el sueño. Puse el móvil a cargar y poco a poco se me cerraron los ojos.

Segunda Generación #MUGC4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora