Capítulo XXVI

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Jueves, 6 noviembre 2036

Mis ánimos positivos se habían extinguido, estaba más que desanimado. Mi madre no paraba de intentar darme ánimos pero no servía de nada. Había intentado hablar con Silvia pero en clase me esquivaba, no cogía mis llamados y no respondía mis mensajes. Yo sabia que ella también estaba mal pero no podía hacer nada. Mi hermana estaba feliz, ni siquiera reparaba en los daños colaterales que su actitud caprichosa había causado. Yo no le hablaba nada, ni siquiera para discutir, aunque ella no paraba de acercarse a mi. Mis primos y Marc estaban todo el tiempo pegados a mi en esos seis días que habían pasado. Apenas dormía y por eso me despertaba antes de tiempo. Baje a desayunar con mi madre, que se preparaba un poco antes para no dejarme solo. Después, me tiré una hora corriendo en la cinta que tenía mis padres para desahogarme un poco. Luego subí a mi cuarto y me duche lentamente con agua caliente para quitarme el sudor. Ruben y Leo estaban esperándome en mi cuarto.

Ruben(Jr): ¿Otra noche sin dormir apenas? Tienes unas ojeras que te llegan al suelo.

Yo: No puedo dormir apenas, me tengo que acostumbrar poco a poco a no estar con Silvia.

Leo: ¿Has pensado en tomarte alguna tila o algo parecido antes de irte a dormir?

Yo: Algo caliente antes de dormir me vendrá bien. ¿Sabéis cómo está Silvia?

Ruben(Jr): No pienses más en ella, será peor para ti. Ahora te tienes que centrar en ti.

Yo: Prometí que la cuidaría siempre y seguiré cumpliendo mi promesa pase lo que pase.

Leo: Ahora no puedes ni ayudarte a ti, ¿cómo la piensas ayudar a ella?

Ruben(Jr): Pat está con ella cuidándola, no está sola ni nunca lo estará.

Yo: Ya sabéis lo que la quiero, yo solo quiero que esté bien y no sufra.

Leo: Se recuperará poco a poco. Las chicas están con ella y poco a poco se sentirá mejor.

Yo: Todo esto es por culpa de mi hermana, que ganas tengo de perderla de vista.

Ruben(Jr): Tus padres ya la han castigado y poco a poco se dará cuenta de lo que ha hecho.

Leo: No va a ir ni a la fiesta de Sergio ni a la de Clara. A la de mi hermana no lo sé.

Yo: Se lo tiene más que merecido, ya era hora de que tenga un castigo de verdad.

Leo: Está algo mosqueada por el castigo pero no ha dicho nada porque se lo ha puesto tu padre.

Ruben(Jr): Y tu tío apenas viene desde el sábado, tus abuelos están muy enfadados.

Leo: Creo que por fin llego la tranquilidad a tu casa, seguro que estos días van a ser más felices.

Yo: Intentaré creerte, aunque lo veo complicado. Mi hermana me ha dejado hundido.

Leo: No le des ese gusto. Haz que nada de lo que haga te afecte.

Ruben(Jr): Ya sabes como es tu hermana, venga, vamos para el instituto.

Me levante de la silla de donde estaba sentado y bajamos los tres para el comedor. Le di un beso a mi madre y nos marchamos hacia el insti. Silvia se veía muy parecida a mi, aunque ella lo disimulaba con un montón de maquillaje. Las clases se hicieron muy aburridas y muy cansadas. Leo intentaba animarme, haciendo algún que otro chiste sobre los profesores para intentar hacerme reír. La hora del recreo fue otro suplicio, las chicas se marcharon por un lado y nosotros por otro para no hacer la ruptura más dolorosa. Nunca desee más que llegaran las dos. A la hora de la salida, felicité a Sergio y me marche con Leo, Ruben y Paula hacia casa. Mi hermana fue recogida por mi padre como parte de su castigo. Me senté en la mesa, mi padre y mi hermana estaban ya allí y mi madre acababa de servir la comida.

Segunda Generación #MUGC4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora