Segunda Generación #MUGC4

Capítulo XLI

Viernes, 13 febrero 2037

Las últimas semanas habían sido un poco agotadoras, apenas tenía tiempo para mi entre los estudios y el trabajo pero me era reconfortante. Me divertía compartir el tiempo con Marc, Leo y Rubén, el tiempo pasaba volando por mucho papeleo que tuviésemos que organizar. El buen rollo iba in crescendo conforme se iba acercando el cumpleaños de mi tío Rubius. Él y mi tío Mangel se comportaban como críos, picándose con cualquier tontería. Se notaba que se tenían un cariño muy especial, se habían criado juntos y eso había hecho que su unión fuera irrompible. Cris venía de vez en cuando con cualquier escusa y se ponía a discutir con Marc por más que mi madre le echase la bronca. A mi abuelo le hacía gracia y se unió a la apuesta de cuanto tiempo iban a tardar a empezar a salir. Creo que era de los pocos que no quería formar parte de la apuesta, que llevaba rondando mucho tiempo. Los rayos del sol, aunque eran débiles, entraron por la habitación y me desvelaron. Mi hermana toco en mi puerta y bajamos los dos a desayunar en pijama, con miedo de que mi madre nos riñese.

Cristina(Sr): Que manía más mala de bajar en pijama, menos mal que no tenemos invitados.

Pablo(Sr): Déjalos mi amor, estamos en familia y no hay problema en que bajen en pijama

Cristina(Sr): Si que hay problema, se acostumbran y lo hacen siempre.

Yo: Mamá eres una exagerada. Deberías de guardar tus energías para la fiesta del tío Rubius.

Pablo(Sr): No la pongas más nerviosa por favor, no quiero que se agobie más de lo que está.

Cris(Jr): Si luego todo sale bien, no entiendo por qué tantos nervios.

Yo: Es mamá, será tarea imposible que no se ponga nerviosa. Menos mal que ya es el día.

Cristina(Sr): Solo espero que os porteis bien. Nada de peleas con Marc, Cristina.

Cris(Jr): Es él el que me provoca constantemente, yo solo me defiendo de sus ataques.

Pablo(Sr): Ignoralo de una vez, os conocéis desde bebes y siempre estáis así.

Yo: Se lo han tomado como una costumbre ya, será muy raro cuando dejen de pelear.

Cristina(Sr): Pues deberían controlarse de una vez, ya no son niños ninguno de los dos.

Cris(Jr): Mami no me regales desde tan pronto, te prometo que me portare bien.

Yo: Y van a haber muchos invitados, seguramente ni se crucen en la fiesta.

Pablo(Sr): También os tenéis que portar bien mañana, vais a pasar el día con vuestros abuelos.

Cris(Jr): Aunque me guste la idea, no somos críos y nos podemos quedar solos en casa.

Cristina(Sr): Lo hacemos por vuestros abuelos, ir a comer solo. Cenar podéis hacerlo en casa si queréis.

Yo: Iremos mamá, aunque tenga que aguantar a Aitor. Lo haré por los abuelos.

Pablo(Sr): Seguramente no estará, no pienses en tu tío.

Nos empezaron a contar lo que mis padres harían para celebrar San Valentín, daba algo de envidia ver el romanticismo que tenían después de tantos años juntos. Eran mi claro ejemplo de que, si de verdad había amor, no importaba el tiempo ni las dificultades. Al terminar el desayuno, mi hermana y yo nos fuimos a la bicicleta y a la cinta andadora para hacer algo de ejercicio mientras que Cris me contaba los cotilleos que habían en el grupo. Noemi seguía algo sensible con el tema de Sergio, pero sabía que mi hermana estaba moviendo sus fichas para intentar juntarlos. En general, no me contaba ninguno de sus planes para que no le riñese. Me asee rápido y baje con los demás, tenía que ir a clase aunque no me apeteciese. Todos estaban animado por la fiesta de mi tío y rematando sus planes de San Valentín, ya que la mayoría estaban en pareja. A mi se me hacía raro la idea de San Valentín porque mi historia con Silvia no estaba definida y no tenía ningún plan. En cuanto llegaron las dos, salimos corriendo y todos juntos fuimos hacia mi casa, donde estaban todos los invitados. Nos colocaron en la salita, lo bueno era que nos servían sin mover ni un dedo.