Ahí estaba yo, a las 6 de la mañana tomando un vuelo con mis padres hacia Corea del Sur, ¿la razón?, trabajo de mi padre.
Mi madre dice que todo será bueno, que tendré amigos como los tuve aquí, para la gente adulta todo siempre será igual.
—Hija te estoy hablando. —mi madre paso su mano por mi rostro.
—Perdón madre estaba pensando en como hacer amigos en cuanto llegue. —mi felicidad se notaba a millones, sarcasmo obvio.
Ella sabía que no me ponía nada bien dejar a toda mi familia y amigos aquí.
—Ya te dije que tendrás amigos en cuanto menos lo esperes. —podía ver la emoción que transmitía mi madre a kilómetros.
—Pasajeros del vuelo a Corea del Sur favor de abordar. —mi padre miró a mi madre y después a mí.
Ya no hay vuelta atrás, estoy apunto de dejar toda mi infancia aquí.
—Ya verás que Corea es muy lindo hija. —mi padre hablo esta vez.
Ya estaba apunto de subir al avión que me llevaría a Corea, siempre había querido viajar, pero no mudarme.
—Estos son nuestros asientos. —la observe y después me dispuse a tomar mi asiento, mi madre hizo lo mismo.
El vuelo duraría máximo unas 18 horas, era agotador pero llegaríamos; en cuanto subí quede dormida por 3 horas, después comí algo y volví a dormir, hasta ya no saber de mí.
—Hija, hemos llegado. —mi madre me movía de un lado a otro, pero yo solo quería dormir más.
—Madre déjame un rato más. —dije aun con los ojos cerrados.
—¿Qué acaso quieres que te regresen a México?, ya despierta. —mi madre soltó una risa casi inaudible.
—¿Se podrá? —la mire por un momento— Si eso se puede siéntate. —volví a cerrar los ojos.
—Vamos o quieres que le diga a tu padre sobre ir tu sola a recorrer Corea. —me pare de mi asiento sin pensarlo.
—Si que sabes como levantarme madre. —la fulmine con la mirada mientras me incorporaba a la fila de pasajeros que estaban a punto de bajar.
Al estar fuera del avión me di cuenta de que aquí era de tarde, observé mi celular y eran las 2 de la tarde (recordemos que ___ salió a las 6 am de México, que serían las 8 pm en Corea, el vuelo dura 18 horas, entonces serían las 2 de la tarde en Corea).
Todo paso tan rápido que ya nos encontrábamos frente a una casa muy grande; que desafortunadamente no era la nuestra, ya que se encontraba un señor -como de la edad de mi padre-, saliendo de esa casa enorme; mi padre dijo que el dueño de esta le entregaría las llaves de la casa que seria nuestra.
—Señor Yang, ¿cómo se encuentra?. —habló mi padre extendiendo su mano para saludar.
—Señor ___ (tu apellido), me encuentro muy bien, gracias. —estrechó su mano— Señora (Tu apellido igual), un gusto —imito el acto antes hecho— Y Señorita (tu apellidox2). —ahora estrechó su mano con la mía.
Yo sólo me limitaba a mirar aquella casa tan bonita, que no me di cuenta cuando mis padres iban camino a la nuestra.
—A la otra podrían avisarme que ya nos vamos. —hable algo molesta caminando hacía ellos.
—Te hablamos, pero tú y tu costumbre de siempre. —mi madre hablo y mi padre soltó una pequeña risa.
—Hemos llegado. —mi padre dejó sus maletas en el suelo, mi madre y yo imitamos la acción.
Solo habíamos dado como 10 pasos y estábamos en nuestra nueva casa, eso significa que el señor Yang sería nuestro vecino; al menos espero que tenga alguna hija de mi edad y que no esté loca por esos coreanitos que cantan y bailan; bastante tenía con Bea -Beatriz, mi mejor amiga de México-.
Nuestra casa era igual de grande que la casa de la familia Yang, quizá el señor Yang es el empresario del que tanto hablan mis padres.
—¿Cuántos baños tendrá esta casa?. —quede con la boca abierta del asombro.
—Porque no lo averiguas. —mi padre abrió la puerta, tomé mis maletas y me adentré.
En cuanto pude entrar pude ver que había una entrada más, supongo que es en donde tenemos que quitarnos los zapatos así que lo hice; camine y pude ver el enorme salón en donde se encontraba la sala, seguí caminando y me encontré con la enorme cocina, mi madre estaba encantada, el comedor era enorme, yo podría ser la mitad de este.
Había terminado con la parte de abajo, ahora se encontraban las enormes escaleras, las subí lo más rápido posible, parecía imposible con el peso de mis maletas, me detuve al ver un letrero que decía mi nombre, ¿mi recamara?, entre y pude ver una recamara dos veces más grande que la que tenía antes; era hermosa, tenía su propio baño, closet, televisión, cama, las paredes eran blancas, y las cortinas tenían un color algo lila. En cuanto me tire en la cama con sábanas del mismo color que las cortinas quede completamente dormida.
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Holi:))Espero que les haya gustado este primer capitulo; perdón si en este capítulo no paso nada con el Jeongin bebé, pero pues ya verán porque;)
Es mi primera historia así que no sean tan malas si es que tuve faltas de ortografía:(
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Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦
FanfictionTwo Ways/Dos Caminos. Una adolescente de apenas 16 años se ve en la necesidad de abandonar su país, para viajar a otro completamente diferente. Yang Jeongin, 17 años, idol surcoreano e hijo de uno de los empresarios más importantes de Corea del Su...