Me dio la espalda, cerró la puerta, se giró y comenzó a caminar hacia mi lentamente....
¿Sera que estoy en problemas?
Su mirada pasaba de mi cabeza a mis pies una y otra vez, hasta que se detuvo en mis ojos, mi cuerpo empezó a temblar al ver que estaba cada vez más cerca de mí; en cuanto lo estuvo dio un gran suspiro y con una de sus manos me aparto de su camino, del bolsillo de su pijama saco un cepillo color morado, tomo de mi crema dental e introdujo el cepillo a su boca, se miró al espejo y por este me miro a mi aún con mi cepillo color azul en mi boca, el cual estaba inmóvil.
—¿Qué? —balbuceo—, ¿ahora no puedo cepillar mis dientes aquí? —quito la mirada de mí.
—No es eso, solo que...
—¿Esperabas que te besara? —preguntó con una sonrisa traviesa.
—Claramente no. —rodé los ojos y seguí cepillando mis dientes para luego enjuagar mi boca.
Jeongin cepillaba con prisa, yo por otro lado, camine hasta la puerta sin mostrarle interés.
—Dormirás en la habitación de huéspedes, en la mía ya no hay espacio. —la voz de Yang me hizo mirarlo.
—Exclúyeme, como siempre. —hable con descaro mientras me giraba para verlo.
—No te excluyo, solo que no quiero que duermas entre todos ellos —encogió sus hombros y se aproximó a la puerta.
—Mejor tú ve al cuarto de huéspedes. —abrí la puerta y salí corriendo en dirección a la habitación de Yang.
—Espera. —susurro mientras corría detrás mío.
Hice caso omiso a su petición y abrí la puerta dejándome ver así a 2 chicos aún pegados al televisor y una cama llena por los chicos restantes, cuando estaba a punto de entrar a la habitación Yang jalo de mi playera sacándome por completo de esta, cerró la puerta y después me tomo como si de un costal tratase mi cuerpo, este comenzó a caminar conmigo en su hombro a una dirección que yo desconocía por completo.
—¿Podrías bajarme? —susurre mientras daba golpes a su espalda.
—Deja de moverte o harás que toque partes que por el momento no quiero tocar. —murmuro.
—Eres un cerdo —fruncí el ceño, aunque no me vería—, Yang, bájame. —esta vez no me moví.
—Has aprendido a obedecerme en ciertas cosas. —susurro.
El cuerpo de Jeongin se detuvo y el sonido de la puerta abriéndose se hizo presente, habíamos llegado a la habitación.
—¿Ahora si me bajaras? —pregunté nerviosa a lo que él bufo.
Me tomo como pudo, me lanzo bruscamente a la cama y posteriormente se quedó para observarme.
—¿Eso querías no? —preguntó y continuó—: que te bajará, ya lo hice.
—Eres un estúpido. —me queje entre dientes.
—¿Soy un estúpido por no querer que duermas con más chicos? —camino hacia mi dirección—, ¿o por esto? —se acercó a mí.
Su respiración junto con la mía se comenzó a mezclar, en mi creció una necesidad extraña, necesitaba besarlo, necesitaba sentir sus labios, necesitaba hacerlo, así que..., lo hice, lo besé, bese a Yang Jeongin, la persona más egocéntrica que he conocido.
El beso era lento, como si desde antes ambos quisiéramos haberlo hecho, en un abrir y cerrar de ojos Yang se encontraba encima mío y eso estaba mal, ¡muy mal!
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Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦
FanfictionTwo Ways/Dos Caminos. Una adolescente de apenas 16 años se ve en la necesidad de abandonar su país, para viajar a otro completamente diferente. Yang Jeongin, 17 años, idol surcoreano e hijo de uno de los empresarios más importantes de Corea del Su...
