D I E C I N U E V E

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Era lunes, por lo tanto, tendría que levantarme temprano para el instituto.

Silencié aquel cruel sonido que me hacía fruncir el ceño tan temprano, volví a cerrar mis grandes ojos, pero unos tres golpes en la puerta me hicieron abrirlos nuevamente.

Me quejé en silencio y fui hasta ella. Mi padre estaba frente a esta, ya llevaba su traje puesto y maletín en la mano.

—Buen día cariño —se acercó a mí para después depositar un pequeño beso sobre mi frente—. Hoy no podré llevarte y tu madre ya salió, por lo que tendrás que ir sola —hizo puchero—, a menos que quieras ir con el joven Yang. —alzó sus cejas hablando juguetonamente.

—Iré sola. —hable firme.

—Bueno está bien, que te vaya bien bebé. —revolvió mí ya revuelto cabello.

—Igualmente. —sonreí.

Al verlo bajando las escaleras opte por cerrar la puerta de mi habitación, después fui directo al baño, hice mis necesidades, posteriormente quite cada una de mis predas y me metí a la ducha, abrí el grifo y dejé que las gotas de agua corrieran por mi piel, tarde unos 20 minutos, enrolle mi cuerpo en una de las toallas y salí en busca de mi ropa.

Cuando ya la tenía puesta bajé, llegué a la cocina, tomé un vaso de leche, salí de ahí para ir hacia la sala y tomar mi mochila junto con el celular, para después salir por la puerta principal.

Ni siquiera miré en dirección a la casa de Yang, seguí mi camino, hasta que alguien aparece a mi lado...

¿Bae Jinyoung?

—¡Hola! —hablo sonriente— ¿Cómo amaneciste? —seguía caminado junto a mí.

—Ho..hola —hable nerviosa—, yo muy bien, ¿tú? —regrese la sonrisa.

—Igual, nunca te había visto caminando por las mañanas aquí. —hablo Bae.

—Oh eso —reí—, es solo que mi padre no pudo llevarme hoy y Yang pues supongo que está dormido aún. —encogí los hombros.

—Ya veo —miro en dirección a la entrada del instituto, a lo cual yo igual imite.

Yang+"amiga"= beso.

—La verdad no quería venir con él. —hable sonriente.

En cambio, a quien se le borro la gran sonrisa fue a Yang; al verme entrar con Bae.

Me despedí de Bae y subí hasta llegar a mi aula, en la cual como siempre ya estaba Guanlin en su asiento. Caminé hasta el mío, recibí una mirada acompañada por una gran sonrisa del antes nombrado.

—Hola. —hable ya cuando estaba tomando asiento junto a él.

—Hola. —contestó para después recargar uno de sus codos a la mesa y sobre su mano posicionó su cabeza.

Al ver que este no apartaba ni un segundo su mirada decidí hablar.

—¿Qué? —pregunté.

—No sabía que tú y Yang eran algo —hablo el pelinegro sin despegar la mirada de mí.

—En sí solo somos amigos —conteste mientras buscaba los libros para la primera clase.

—Pues, un amigo no se pone celoso tan fácilmente —argumento rompiendo su posición.

—No somos nada Guanlin. —hable ya harta de sus palabras.

—¡Uy!, perdón —me miró raro.

Jisung llegó, detrás de él profesor, las horas pasaron, hasta que el tiempo de salir a descansar llegó.

—¡___! —una voz chillona hizo que girara sobre mis talones para poder verlo del otro lado del pasillo.

Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora