Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦

V E I N T I T R E S

—¿Qué es lo qué haces? —pregunte asustada por la fuerza que ponía en mí.

—Solo no podía dejar que Minho te bailará de esa manera. —sin poner su vista en mí, hablo el pelinegro, para después soltarme y dar un sorbo a su coca-cola.

—¡Por dios Yang! —expresé estresada—, no me vengas con tus cosas de nuevo. —agregue mientras observaba su perfil.

—Prefiero que digas eso a qué en la noche no puedas dormir y me llames para que duerma contigo. —me miró con una sonrisa picarona en su rostro.

—Así tenga la peor crisis existencial, créeme que nunca te llamaría. —dicho esto ambos reímos.

—Ya lo veremos. —hablo sonriente.

—___, te estaba buscando. —mire hacia mi lado izquierdo en dónde se encontraba Jaemin, este miró a Yang con mala cara.

—¿Qué pasa Na? —fruncí el ceño.

—Nada, solo que ya habías tardado mucho. —se acercó a mí y tomó mi mano.

Yang tenía su vista en donde solía ser la sala del tal Mark, ahora convertida en una pista de baile gracias a Minho.

—Cierto. —reí nerviosamente.

—Vamos con los chicos. —aviso Jaemin para luego jalar de mi mano.

—___ —la voz del pelinegro hizo que parara en seco para así poder oír lo que diría—, no te vayas a algún lugar que no conozcas, nos iremos en unas 2 horas más. —dicho esto le dedico una mirada a Na.

—Yo la llevaré. —agregó Na.

—No me interesa lo que quieras hacer —contesto Yang mientras pasaba una de sus largas manos por su cabello—, lo he dicho antes, se irá conmigo. —dicho esto prosigo a caminar sin dejarnos decir algo.

—Yo... —iba a hablar, pero Jaemin me interrumpió.

—Tenemos que hablar. —este aún tomaba mi mano así que me llevo hasta donde era el jardín trasero.

Busco algún lugar para estar lejos de la fuerte música y tomo asiento, imite su acto.

—¿Ahora si me dirás lo qué pasa? —pregunte a mi acompañante.

—Pasa que no te quiero cerca de él. —Jaemin habló sin posar su vista en mí.

—Yo..., no sé qué es lo que quieres decir —agregue nerviosa.

—Te quiero lejos de Yang, él... —la voz de Jaemin comenzaba a quebrarse.

—¿Qué es lo que pasa Jaemin?, me preocupas —me acerqué a él y este me miro.

—Él...—respiró hondo y miró al cielo para que sus lágrimas que ya amenazaban con salir no lo hicieran.

—Si no te sientes bien, te entiendo, podemos hablarlo en otro momento, tal vez. —dije mientras acariciaba su espalda.

Jaemin negó aún sin mirarme, volvió a respirar hondo y comenzó a hablar

—Él y yo éramos mejores amigos de pequeños y lo fuimos hasta más grandes, le contaba todo y él a mí; pasábamos las noches en su casa, o a veces en la mía —una pequeña pero notoria sonrisa se hizo presente en su rostro—. En cuanto fuimos creciendo los problemas llegaron y llegaron, la mayoría era por chicas, ya que yo siempre he tenido popularidad; él se alejó un poco de mí, se consiguió otros amigos en una agencia de entrenamiento, los cuales fueron y son una gran mala influencia para él. —Jaemin miraba a la nada.

—¿Hablas de Minho, Chan y los demás? —pregunte y el asintió.

Estaba muy confundida, quería y necesitaba saber más de ambos.