Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦

V E I N T I N U E V E

—¡Juro que ya no puedo! —exclamo entre risas mientras se detenía del hombro de Jisung para no caer. 

Así es, mi amigo Minho se reía de mí, pues este me puso a bailar.

—¡Yo no quiero hacer esto!, enserio soy pésima para cualquier cosa. —me cruce de brazos mientras fruncía las cejas al ver que seguía riendo de mí.

—Todos empezamos así, es solo de práctica. —comento el líder del grupo regalándome una pequeña sonrisa.

—Supongo que esto si te saldrá, es muy fácil. —Minho se tiró al piso de rodillas, para después poner su mano derecha atrás, subir sus rodillas y comenzar a mover sus caderas, acompañado de sus piernas, ese baile lo había visto en la fiesta de Mark. (El típico baile sexy de Minho)

—¡Minho qué haces! —Seungmin gritó histéricamente para después comenzar a reír.

Me tiré al piso y seguí los pasos, solo que me quedé arriba sin moverme.

—¿Ahora qué sigue? —miré a mi amigo con confusión.

—Ahora haz como un círculo con tus rodillas, al mismo tiempo sube tu trasero. —hizo una pequeña representación.

Respiré hondo y lo hice, o al menos eso traté.

—¡Ohhhh! —exclamó mi amigo Minho.

Los chicos gritaban y reían, miré sus rostros, Seungmin estaba sin poder creerlo, algunos reían de su expresión, Chan y Woojin movían sus cabezas en forma de afirmación, miré a donde menos quisiera mirar, el rostro de JeongIn, este me miraba con asombro, luego imitó el acto de los mayores.

—¿Ya me puedo casar? —cuestione.

—¡Nooo! —gritó Seungmin—, eso nunca lo hiciste, ¿okay?, quiero que borren eso de sus cabezas. —apuntó a todos de forma amenazante.

—¡Basta!, le salió muy bien. —agregó Minho poniéndose de pie.

—Per...

—¡Ya déjenla! —interrumpió Yang.

El antes nombrado dio unos pasos hacia mí, se agachó un poco, me tomó de los brazos y me arrastro por el piso hasta una esquina de la sala, soltó su agarre y dio dos pequeños golpes a mi cabeza, para después caminar hacia los demás.

—Me sentí como un perro. —susurre.

—Te escuche. —dijo sin detener su camino.

(...)

Eran las 9:15 de la noche, los chicos bailaban sin parar, una y otra vez, había momentos donde la mirada de Yang se conectaba con la mía atreves del enorme espejo, de vez en cuando venía hacia mí para saber si estaba bien, si no quería algo, sin duda estaba conociendo otra parte de él, o eso creo.

—Unas 10 veces más, hasta que alguien se desmaye. —agregó Chan mientras caminaba hacia la computadora para retroceder la música.

—¡Ya no quiero! —se quejó Changbin.

—Serán 15 veces más. —amenazo y todos se quejaron—, está bien, 20 veces y si alguno se detiene serán 30, la música comienza sola, termina y se vuelven a acomodar. —aviso.

Ellos no volvieron a quejarse, cada uno tomó su lugar, bailaban sin parar, una y otra vez, hasta que el líder comenzó a reír y detuvo todo.

—Sabía que te ibas a compadecer de este anciano. —argumentó Changbin mientras intentaba recuperar su respiración.

—Deberías hacer más ejercicio. —opinó Felix pasando uno de sus brazos por los hombros sudados del pelinegro.

—Hago lo suficiente. —le dedicó una mirada fugaz.