Narra ___
Ya estábamos por llegar, en mi panza comenzaba a andar un zoológico; ¿Por qué?, ni yo lo sé.
—___ —dirigí mi mirada a mi madre—, nuevamente que quiero pedir que por favor no hagas ningún mal comentario —ella me conocía perfectamente bien.
—¿A caso dijo algo frente al Joven Yang? —‹‹Pero que delicadeza para dirigirse a alguien común y corriente como yo››
—¿Joven?, si es un inmaduro hijo de papi y mami —miraba por la ventana, pero al no escuchar nada me gire para ver por el retrovisor, en el cual se encontraba mi padre negando.
—Te he dicho que primero hay que conocer el corazón antes de juzgar —mi padre hablo y yo bufé.
—Está bien, no he dicho nada frente al hermoso Joven Yang —dije con sarcasmo.
—¡Vaya!, pero si le ha dicho hasta hermoso —hablo mi madre de la misma manera que yo.
—Ya basta las dos —agrego mi padre entre risas—. Hemos llegado —estacionó el auto y baje.
Al bajar me dispuse a observar el gran restaurante al que estaba a punto de entrar, me preguntaba si me veía bien como para entrar a este lugar tan lujoso. Hasta que una voz no tan reconocida me sacó de mis pensamientos.
—Hemos llegado casi igual —la señora Yang se iba acercado hacia nosotros, portaba un vestido muy elegante color azul.
—¡Hola! —mi madre alegre le dio un abrazo como si llevarán mucho de no verse, se separaron y la señora Yang se dirigió a mí.
—Hola cariño —pego su mejilla con la mía —Señor ___ (tu apellido) —ambos estrecharon sus manos—. Enseguida viene mi esposo y Jeongin —asentimos.
No tardaron ni dos segundos cuando ya estaban dando vuelta para llegar hacía nosotros. Se veía tan bien con traje, ese traje negro le quedaba a la perfección, resaltaba sus pequeños ojos, su sonrisa, todo. ‹‹Pero que estoy diciendo››
Se acercó a mí padre y estrecharon sus manos, ahora a mi madre, esta vez estrecharon sus manos y pegaron sus mejillas. Ahora el venía a mí, mis manos comenzaban a sudar; no sé por qué. Él estiró su mano y yo la tomé, se acercó a mi rostro, trague saliva e igual me acerque, pego su mejilla contra la mía. Se alejo y ahora estaba a un lado de sus padres.
Su padre y mi padre iban charlando entre sí, su madre y mi madre igual, él y yo íbamos tras ellos, ninguno decía nada, hasta que él habló.
—Hola —alcé mi mirada, él era muy alto a un lado mío, así portara zapatos altos lo seguía siendo.
—Hola —sonreí sin mostrar la dentadura.
—¿Me pasarías tu número?, ya sabes, las reuniones de trabajo son aburridas —‹‹Que excusa tan más genial››
—Me parece bien —«O eso creo». Me paso su celular para que yo pudiera anotar el mío, después de hacerlo lo regrese.
—Esperemos que no lo hayas anotado mal, quiero hablar con una latina fea, no con una bonita —lo fulmine con la mirada.
—Chicos por acá —hablo mi madre, sin darnos cuenta ya estábamos frente a la mesa reservada.
El padre de Jeongin se encontraba en un extremo de la mesa y mi padre en el otro extremo. Tomé asiento a un lado de la señora Yang, frente a mi madre, a un lado de mi madre se encontraba Jeongin, frente a su madre.
Después de un rato de charla llegó la cena, el padre de Jeongin se levantó de su asiento con una copa en manos, esta tenía champagne; todos nos levantamos, los adultos con lo mismo que el señor Yang, Jeongin y yo teníamos en mano algo que al parecer era jugo de naranja.
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Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦
ФанфикшнTwo Ways/Dos Caminos. Una adolescente de apenas 16 años se ve en la necesidad de abandonar su país, para viajar a otro completamente diferente. Yang Jeongin, 17 años, idol surcoreano e hijo de uno de los empresarios más importantes de Corea del Su...
