Two Ways/Dos Caminos.
Una adolescente de apenas 16 años se ve en la necesidad de abandonar su país, para viajar a otro completamente diferente.
Yang Jeongin, 17 años, idol surcoreano e hijo de uno de los empresarios más importantes de Corea del Su...
Un sonido estresante, acompañado de los rayos de sol que chocaban con cada poro de mi rostro; fueron los culpables de que mi lindo sueño profundo terminará.
Me gire entre la grande cobija que cubría totalmente la cama y mi pequeño cuerpo. Posicioné mi mano en la mesita de noche y después de 2 intentos pude tomar mi celular.
No era la alarma. Era una llamada de Jisung.
Llamada con Pollito💛📞
—Qué bueno que tomas la llamada —paro y agrego—: después de 8 llamadas perdidas —esta vez lo dijo entre dientes.
—Yo...lo siento —solté una risa no tan audible—. Ayer fue un día muy cansado.
—Ya veo —imito mi acto—. ¿Ya vas en camino al café?, porque yo si —en cuanto oí eso enderecé mi tronco quedando así sentada en la cama.
—Claro, ya voy para allá —oí su risa y quedé confundida.
—No es verdad cariño —«¡¿me ha dicho cariño?!»—. Apenas saldré de mi casa.
—¡Eres un maldito Park! —su risa se hizo presente—. Pues yo apenas me bañaré, así que, adiós.
—Adiós. —dijo entre risas.
Llamada finalizada
Después de eso salí corriendo al baño, me desvestí y me di una ducha de 20 minutos.
Me puse algo cómodo para bajar a desayunar.
—¿Buenos días? —dije no tan convencida de lo que dije.
—Tardes —corrijo mi madre.
—Hoy saldré con Jisung, ¿Sabes qué hora es? —tome asiento en la barrita.
—mi madre miró el reloj— Las 4:05 de la tarde —abrí mis ojos como platos.
—Ya vengo —salí directo a las escaleras para dirigirme a mi habitación.
—¿Vendrán por ti? —mi madre grito desde la planta baja.
—No —alargue la última letra.
Llegué a mi habitación, cerré la puerta y me dispuse a buscar ropa para la ocasión.
Sólo era una salida con un amigo, no era una cita ¿o sí?
Después de elegir lo que me pondría subí una foto a mi red social.
Estaba lavando mis dientes y dando un último toque a mi cara cuando mi celular comenzó a sonar de una forma similar a ayer con los mensajes del niño Yang. Decidí ver que era lo que ahora me interrumpía; era mi foto.
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