Two Ways ¦ Jeongin y tú ¦

V E I N T I O C H O

Me encontraba caminado por el camino más corto, necesitaba llegar rápido, buscar a Bea para que me ayudara a decidir.

Al irme acercando cada vez más al instituto mis nervios aumentaban más, temía no encontrar a Bea y que alguien más me encontrara a mí.

—¡Hey!, aquí estás bebé. —hablo una voz conocida por atrás.

Me giré y era Jaemin, alguien me había encontrado...

—Ho...hola. —intente sonreír.

—Adentrémonos —jalo de mi mano—, vayamos a donde la última vez. —caminaba a su par, pero mis ojos estaban viendo hacia todos lados buscando a mi amiga.

Habíamos llegado a donde él se había declarado, se sentó en el suelo y dio pequeños golpes en este para que tomara asiento junto a él.

—Yo..., decidí que —las palabras no querían salir de mi boca—, decidí que quiero seguir conociéndote más. —termine de decirle, él solo sonrió y me envolvió en sus brazos.

—Estoy muy feliz, ¿sabes? —se despegó de mí, pero no lo suficiente, me miro a los ojos, después a los labios y...me besó.

(...)

La hora del receso había llegado, esperaba a Park, quien estaba buscando algo de dinero entre sus libros.

—Estoy seguro de que lo puse por aquí. —hacía puchero mientras sacudía el libro de matemáticas.

—Park, es la cuarta vez que dices eso y no cae nada. —tome asiento fastidiada.

—En este si lo estará. —seguro de sí mismo saco el libro de física, lo sacudió y en efecto ahí estaba.

—¡Por fin! —me levante del asiento y salí corriendo del aula, haciendo que chocara con alguien.

JeongIn, ¿qué hacía por mi aula?, no lo sé.

—Hey, ten cuidado pequeña. —me sonrió mientras revolvía mi cabello, para luego seguir con su camino.

—¿Qué demonios fue eso? —susurre para mí misma.

—Me pregunto lo mismo, estás muy roja —dijo Park—. Oh espera —con asombro camino hasta quedar frente a mí—, ¡Te gusta Yang! —tomo mis hombros.

—¿Qué?, ¡nooo! —lo aparte de mí y caminé lo más rápido posible.

—__, tus orejas están rojas, si tus orejas están rojas, tu rostro está rojo. —caminaba detrás mío.

—Que supone con eso doctor Park. —gire sobre mis talones para quedar frente a él.

—Que te gusta. —arrugo su nariz junto con una gran sonrisa.

Ganándose de mi parte una mala cara mientras me giraba para caminar junto a él.

—¿Por qué tardan tanto? —pregunto una Bea con fastidio.

Esperen, creo comprender su fastidio, Chenle ya era un fastidio andante, pero esta vez había una cabellera castaña en nuestra mesa, ¿un nuevo amigo?

—Jaemin dice que se sentará con nosotros ahora. —agregó Chenle para posteriormente dar un sorbo a su leche.

—Hola bebé. —saludó Jaemin, por otro lado, yo le regalé una sonrisa nerviosa.

«No era un nuevo amigo.»

(...)

Luego de un incómodo almuerzo, estábamos a 5 minutos de que terminara la última clase del día, por fin podría ir a casa y dormir.