Esta es la noche

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En el Bowling
Iban por el quinto tiro ya y Dinah prácticamente estaba barriendo el suelo con cada una de ellas por las siguientes
sencillas razones: Normani cada vez que iba a tirar lo hacía haciendo un paso de baile distinto antes de soltar la bola, de más está decir que sus tiros no tenía buen destino. Sofia no tenía mucha fuerza ni tampoco práctica, tiraba la bola con dos manos y casi siempre tiraba los palos del medio. El de Lauren y Camila era otro tipo de problema. Desde que llegaron al lugar no se habían podido sacar las manos de encima. Lauren se sentó y tirando de su mano obligo a Camila a sentarse arriba de ella, no quería espacio entre ellas, Lauren necesitaba estar pegada a su novia todo el tiempo, no importaba si no había aire para respirar o sino tenía agua para beber, si tenía a Camila cerca Lauren se sentía viva. Esa era una de las razones por la que Dinah iba ganando, la peinegra y castaña se paraban lanzaban la bola lo más rápido posible y volvían a su lugar, una arriba de la otra.
- Mami tengo sed – la más pequeña del grupo si necesitaba algo de beber Camila atinó a moverse de su cómodo lugar, evidentemente Lauren en su otra vida debió haber sido mueble, pero su novia la freno – Deja bonita, ya voy yo – le dejó un corto beso a su novia – Vamos bicho bolita – agarró la mano de su niña y ambas se dirigieron a la cantina.
- Voy con ustedes – las siguió Normani.
Dinah que venía de hacer su tiro, una chuza nuevamente, siguió la mirada de su amiga y llegó exactamente a donde sabía que iba a llegar, a la espalda de Lauren Jauregui – A veces me canso de ser jodidamente buena en este juego – trató de llamar la atención de la fotógrafa – Mila… Mila… ¡CAMILA! – Gritó para que la latina volteara a verla – En serio Mila ¿Qué demonios estás esperando para comerte al bomboncito? Juro que cada vez que se tocan sale una onda expansiva capaz de voltear todos los pinos de una sola vez – la polinesia no se equivocaba en su descripción.
- No se que me pasa Chechee – necesitaba hablarlo con alguien – No puedo dejar de mirarla, de tocarla, de besarla… Nunca me había pasado nada igual… Necesito… Necesito que… - de repente miró a Sofi y luego su amiga.
- ¿Qué? No me mires así Mila... NO NO y NO – al parecer Dinah había adivinado las intenciones de Camila.
- Por favor Dinah. Por esta noche nada más. Por favor – rogaba Camila
- Camila ¿sabes cuánto tiempo llevo sin poder tocar a mi futura esposa?... DIAS… ¿oyes bien?... llevo DIAS. Si Sofi se queda con nosotras esta noche Mani y ella me van hacer ver la estúpida película del pescado ese… Mencho y…
- Nemo – la corrigió la castaña
- Bueno ese – aceptó la corrección girando los ojos – Y después van a querer hacer palomitas y así sucesivamente hasta que todo termina en esas dos quedándose dormidas en el sofá y yo tratando de dormirme sola en mi cama y sin haber tenido mi ejercicio nocturno preferido – explicó Dinah pausadamente de manera que su amiga entendiera su necesidad.
- Cuido a Fluffy durante una semana – ofreció a modo de intercambio la fotógrafa. Las ex cheerios eran su única opción ya que el resto de sus amigos estaba en Ohio.
- Nop – se negó la polinesia.
- Dos semanas y durante tu luna de miel – La castaña subió la oferta – Por favor Chechee necesito esta noche a solas con Lauren, todavía tengo que contarle lo de anoche… me voy a tener que desnudar ¿entiendes? ¿De verdad quieres que tu sobrina vea a su madre desnuda rogándole a su otra madre que no la deje? ¿Eso quieres Dinah? – Camila apelaba a todo lo que podía.
- ¿Sabes qué día es hoy? – Preguntó retóricamente la polinesia- Hoy es sábado. Todos los sábados llaman primero mis padres y luego los de Mani y tengo que aguantar uno por uno sus opiniones acerca de MI boda, acerca de MI vida y la de MI novia, es como si fueran dementores succionando mi alma lentamente Camila ¿entiendes? – la abogada demostraba su fanatismo por Harry Potter - ¿Y sabes que es lo único que me devuelve las ganas de vivir? – la castaña ya sabía la respuesta – Exacto – Dinah había adivinado que Camila había adivinado – Normani me premia, por así decirlo,por aguantar a nuestros padres con una maravillosa, inolvidable e inigualable maratón de sexo. Y créeme Mila, por nada del mundo me perdería esa maratón, así tuviera que aguantarme a la vaca imitación de gato esa por ciento cincuenta años más. Un consejo Mila… Tomate una buena ducha fría y empieza a jugar al bowling por que me estoy aburriendo de tanto ganar – le dio unas palmaditas en la espalda a su amiga sin saber que le había dado una buena idea.
- ¿Qué tal si apostamos algo Cheche? – por algún camino tenía que conseguir lo que quería.
- Se lo que quieres lograr y no lo vas a conseguir Mila – sentenció la polinesia
- ¿Qué quieres lograr cariño? – la deportista aparecía de vuelta al lado de su novia junto a su hija que en este momento le estaba dedicando la mayor parte de su atención a su media tarde tratando de que su Tía Mani no le robara sus galletas.
- Dinah tiene miedo de perder – le contó Camila
- Pero eso no es nada nuevo. Desde el día del paintball que se sabe – Lauren echaba leña al fuego.
- Yo que tu no me metería bombón, que puedes terminar un mes entero cuidando de mi gato – contestó sin achicarse – Además miren el tanteador. Tiene que hacer todas chuzas para ganarme, sin contar que hoy estoy imparable – la abogada se agrandaba señalando el tablero con su puntaje.
- Con más razón aun deberías querer apostar – agregó Camila – Pero sabes que Lolo, deja, Dinah siempre fue así… Cobarde… tan cobarde que hasta el día de hoy no se anima a enfrentarse a sus propios padres ni a los de Mani – la fotógrafa sabía que botones tenía que tocar para hacer reaccionar a su amiga
- Cabello espero que no hayas dicho lo que yo creo que dijiste porque si no te juro que vas a cuidar a Fluffvaquinton hasta que nazcan mis nietos – la amenazó Dinah.
- Pues oíste bien… o debo llamar a tus futuros suegros para que te lo hagan entender … COBARDE – más vale que después de esto Camila empiece a hacer chuzas porque la cara de Dinah pedía sangre y sangre Cabello más precisamente.
- ¿Sabes que latina idiota? Te lo buscaste… si yo gano este juego no sólo te quedas con el bicho durante un mes sino que también y no sé cómo pero de alguna manera te la vas a arreglar para convencer a Mani que te regale el próximo hijo de  Fluffcerdintong – Dinah se tenía que garantizar no tener que aguantar también las próximas generaciones de ese gato.
- Y si yo gano, tú me concedes mi deseo – Camila se comunicaba con su amiga por códigos, no podía dejar que la morena viera lo desesperada que estaba por una noche a solas con ella.
- Hecho – estrecharon sus manos.
- ¡MANI! Amor ven a verme ganar – la polinesia necesitaba todo el apoyo que pudiera tener.
Por su parte Lauren abrazó a Camila por la espalda rodeándola con sus brazos y descansando sus manos en el estómago de su novia. La ojiverde dejó un beso en el cuello de su chica que hizo estremecer a esta última.
- Lauren… bebe… no es que me queje pero necesito concentrarme en este juego y contigo así no creo poder – le explico dulcemente tratando de alejarse, lamentablemente su cuerpo iba en direcciones distintas que su mente y no
pudo moverse mucho.
- Perdón - pidió la pelinegra – es sólo que no te das una idea de lo que me provocas – le dijo en un susurro… Y por favor créeme cuando te digo que estoy tratando de no tocar más de lo que debo – le explicó sufriendo la deportista.
-DONDE DEMONIOS ESTA MI BOLA… TENGO QUE GANAR ESTE JUEGO COMO SEA - se separó de su novia, era por el bien de las dos.

Después de cuatro tiros Dinah se ponía enfrente de su línea mirando fijamente su objetivo. La polinesia sabía que si tiraba al menos un palo en este último tiro a la noche iba a correr una de las mejores maratones de su vida. Respiró hondo, llevó la bola hacia atrás yyyy…
- NORMANI DEJA DE MOSTRARLE TUS PECHOS A ESOS HOMBRES – gritó Camila haciendo que la bola de la polinesia fuera directo a la canaleta. A esta altura el buen comportamiento deportivo a la castaña le importaba muy poco realmente.
- ¡CABELLO! ESO ES TRAMPA – la acuso su aun por el momento amiga.
- No me hagas reír Chehee, hace unos segundos cuando yo estaba tirando te me pusiste al lado para describirme célula
por célula las piernas de Lauren – habría que ver cuál de las dos era más tramposa – Ahora hazte a un lado que me toca a mí – Camila corrió a la abogada y con bola en mano se puso en posición.
-Vamos Camila. Lauren y tu, solas esta noche. Necesitas esta chuza. Vamos – la latina se auto alentaba.
- ¿Oye es normal que Lauren este mirando a la camarera como si se la quisiera devorar? – Dinah tiró un golpe bajo
Por suerte Camila aun no había aflojado la mano asique alcanzó a detener el tiro justo a tiempo y se dio vuelta a mirar a su novia que lejos de estar mirando a una chica le estaba enseñando a Sofia a jugar al bowling en otra línea – Vas a tener que elegir bien el momento de tus comentarios Dj – le advirtió a su amiga justo en el momento que Lauren decidía sacarse la campera dejando verse su parte posterior sólo en una, a entender de la artista, ajustada remera –Gano este juego como que me llamo Camila Cabello – se dijo a sí misma.
- Pufff- suspiró. Tomó aire nuevamente y tiro la bola – Vamos vamos, para la derecha…– la castaña con sus manos
trataba de darle dirección al objeto – Eso, eso…si si si SIIIIIIIIIIII – Lo consiguió. La fotógrafa ganó el juego.
- MAMI, MAMI ¿ganaste? – Sofia corría hacía su madre cuando escucho el grito de festejo
- ¡SI! – Contestaba la mayor mientras recibía el abrazo de su hija - ¿Y sabes qué? – Le preguntó a su niña que la miró
esperando ansiosa lo que seguía – Tu tía Dj tiene algo que decirte ¿cierto Chechee? – presionó a la polinesia que aun estaba siendo consolada por su prometida.
Dinah se despegó de su chica para mirar a Camila con toda la rabia del mundo
- Vamos Chechee – la latina jugaba con fuego – dile a Sofi lo que querías hacer esta noche – volvía a insistir.
- Este… Sofi… Mani y yo queríamos invitarte a casa esta noche. Vemos una película, comemos cosas ricas… Aunque
si no quieres podemos dejarlo para otro día – se apuró a decir tratando de ver una luz al final del túnel.
- ¿En serio? – la niña se emocionaba y Dinah se iba despidiendo del maratón mientras asistía a la pregunta de su
sobrina.
- ¿Y podemos ver Nemo? – esta vez fue Mani la que preguntó entusiasmada, Camila tuvo que esconderse detrás de su
novia para evitar que la abogada la viera reírse.
- Si cariño, podemos ver lo que tú quieras – afirmo la polinesia que empezaba a levantar un poco su ánimo.
- Bueno pero antes tienes que tratar de convencer a mis padres para que lleguen una semana antes del casamiento.
Quiero que mi mamá este en mi despedida de soltera – le dijo la bailarina a su novia haciendo que el poco ánimo que
había conseguido se extinguiera de vuelta.
- Estoy segura de que va a estar"encantada" de hacerlo Normani– Camila hablaba por su amiga – Mientras tanto – la castaña giró para enfrentar a su novia – tu y yo tenemos una cita – le informó.
- ¿Una cita? – la pelinegra no estaba segura de haber escuchado bien.
- Si si. Una cita. En casa – le aseguraba mientras jugaba con el cuello de su remera - Y Esta vez cocino yo – finalizó.
- ¿Quieres que lleve el postre? – pregunto pícaramente Lauren agarrando a su novia por la cintura.
- Tu sólo encárgate de estar a las nueve en el departamento… yo te voy enseñar cual es mi postre favorito – la noche prometía.
- ¿PODEMOS IRNOS YA O VAN A SEGUIR TONTEANDO? –Al contrario de Camila la noche de Dinah no prometía para nada – Haber si se apuran que encima de todo está lloviendo – decía la polinesia que miraba como el cielo se ponía de acuerdo con su humor. Ambos estaban negros.
- Bueno Chechee– La castaña aparecía a su lado – no va hacer falta que te des una ducha, sólo quédate bajo la lluvia un rato y se te pasa – Camila seguía jugando con fuego. No es bueno burlarse mucho de Dinah Jane Hansen.
- Ja ja ja – rio irónicamente la abogada – Oye Lauren– Dinah le hablaba a la pelinegra que suavemente ponía su
campera sobre la cabeza de las otras dos mujeres para que no se mojaran y las tres empezaban a caminar hacía el auto - no te olvides de preguntarle a Camila por Julia y sus otras nuevas amigas que conoció ayer por la noche – terminó de decir y se subió rápidamente al asiento trasero del auto donde ya estaban Sofi y Normani.
- ¿Julia y sus otras amigas? ¿Qué quiere decir? – Lauren indagó a su novia mientras le abría la puerta a su novia. Para luego ir al lado del conductor.
- Nada, bebe. Esta noche te cuento – la tranquilizó Camila mientras por el espejo retrovisor miraba como Dinah sonreía malignamente.
Departamento de Camila – Sábado a la noche
- ¿Cena? Terminando de hacerse en el horno, ¿Botella de coca ligth en la heladera por más que aun no entiende la obsesión de mi novia por esta gaseosa? Listo –Camila estaba repasando para ella misma la lista de cosas que consideraba imprescindibles para su cita con Lauren - ¿Velas? Listo - Los nervios empezaban a hacer su presencia –Bueno todo está perfecto, sólo falta que te animes a hablar con ella Camila y te perdone por haber roto la promesa, Puffff– suspiro la castaña– sólo eso – la latina no sabía cómo iba a reaccionar su chica. Unos golpes en la puerta la sacaronde su repaso.
Antes de abrir Camila se paró frente al espejo para mirarse una última vez, para la noche junto a su hija había elegido un vestido negro corto sencillo pero muy sensual y se había recogido el pelo con un peinado muy sofisticado. Las palabras que Dinah dijo cuando vino a recoger a Sofi fueron las siguientes "Epa alguien quiere dejar mucha piel a la vista parece" haciendo mención al cuello despejado de su amiga. Después de aportar gotas de perfume en su look Camila fue a abrir la puerta - Hol… - Sin palabras. Al parecer era costumbre de la pelinegra sorprender a su novia cada vez que se abría una puerta.
Allí estaba Rachel, distintamente hermosa. Al parecer a la deportista no solo le quedaban bien los jeans o pantalones de vestir, también sabía llevar un elegante vestido y en este caso había elegido un vestido corto de color azul que se
pegaba a su cuerpo y destacaba los músculos de la misma. En la mano de la ojiverde descansaba una hermosa rosa
– Buenas noches mi Reina – saludo Lauren a su novia – Jamás pensé que iba a tener tanta suerte de que la mujer más linda del mundo, la mujer que me quita la respiración cada vez que la miro fuera mi novia – se acercó a la castaña –esto es para ti – le dio la rosa – es una sola porque es única, cómo tu – le explico acercándose aun mas. Quería su beso de Bienvenida.
- Lau… estás… estás… GUAUU… HERMOSA – fue lo único que pudo alcanzar a decir Camila después del Shock que había recibido.
- Me encanta dejarte sin palabras bonita, pero quiero mi beso más que querer lo necesito – exigió la basquetbolista haciendo sonreír a su novia.
- Ven aquí tonta – jugó con ella la castaña poniendo sus brazos alrededor del cuello de la pelinegra y dejando que la boca de su novia atrapara la suya en un beso para nada forzado.
- Hola – saludo Lauren pegando su frente a la de Camila – Te extrañe – agregó.
- Hola – respondió al saludo – El reloj se movía muy lento para mi gusto – comentaba Camila mientras con sus manos buscaba las manos de su novia para agarrarlas suavemente - ¿llueve mucho? – preguntó al sentir algunas gotas rezagadas que quedaban en la piel de la ojiverde
- Bastante – respondió volviendo a besar de forma menos intensa a su chica - Huele delicioso – Lauren rompía el encanto. Ambas sabían que la cena era lo menos esperado de esa noche.
- Espero sea de tu agrado – Camila tiró de la mano de Lauren para llevarla a la sala en la que había una silla enfrente de la otra separadas obviamente por la mesa –¿puedes sacar las bebidas mientras busco la cena? – pidió amablemente la latina.
- por supuesto su majestad – bromeaba Lauren guiñándole un ojo a su novia.
Cuando ambas volvieron a la sala, Camila dejo la cena en la mesa y miró como Lauren nuevamente trasladaba su silla al lado de la de la latinay la fotógrafa supo que era el momento de preguntar – Siempre haces eso – referenció.
- ¿Qué cosa? – preguntó mientras corría la silla de su novia para dejar que esta se sentara.
- Gracias… Siempre corres la silla al lado mío, o si yo me siento en un lugar tú te mueves hasta donde estoy yo –explicó su duda.
- ¿Te molesta? – preguntó mientras se sentaba
- No… es solo que me llama la atención y quiero saber porque lo haces nada más – volvió a explicarse a su vez que agarraba al bandeja y le servía a su novia.
- Eeee… me da vergüenza… - Lauren agachaba la cabeza mirando a su plato.
- No puedo creerlo Lauren Jauregui tiene vergüenza – bromeaba Camila – Vamos… Dime – golpeo su hombro suavemente.
La deportista volvía a sacudir su cabeza negándose - ¿no? Mmm – pensó la artista - ¿Y qué tal si yo te cuento algo vergonzoso de mi? – cuando la ojiverde la miró Camila supo que había llamado su atención.
- Podría ser… depende de cuan vergonzoso sea – Lauren no se iba a dejar chantajear tan fácilmente.
- Bueno tal vez no es vergonzoso pero si es algo de lo cual me arrepiento enormemente y que me da vergüenza contarlo – la castaña se ponía colorada.
- Me encanta ese color en tu piel – Lauren acariciaba el rostro de su chica – cuéntame bonita, por favor – la animó.
- Cuando me enteré que estaba embarazada de Sofia – Camila empezaba su relato – yo… yo no sabía qué hacer, Austin y yo no estábamos juntos, sólo había sido algo de una noche y – tomó aire y sintió la mano de su novia apoyándose en su pierna – y lo primero que pensé es en darla en adopción… Hoy en día cada vez que me acuerdo de eso me da vergüenza haber pensado así – Camila no quería arruinar el ambiente pero cada vez que se acordaba de ese momento no podía evitar que las lagrimas quisieran salir de sus ojos.
- Ey – Lauren la agarró del rostro – Pero no lo hiciste – puntualizó la deportista – la tienes aquí contigo y eso es algo por lo que yo te tengo que agradecer cada uno de los días. Me diste una hija que es una de las cosas más hermosas que me ha pasado en mi vida – la pelinegra besó cada una de las lágrimas que caían por el rostro de su chica – todos tenemos nuestros momentos bonita, yo tengo varios – le dijo tocando su tatuaje – lo importante es que ahora Sofi está contigo, con nosotras – esta vez el beso fue directo a sus labios.
- Tu turno – le dijo Camila a penas se separo – cuéntame porque necesitas estar pegada a mi todo el tiempo – presiono bromeando y agarrando las manos de su novia.
- Cuando yo era pequeña…
-¿Enserio? - interrumpió la fotógrafa..
- Que era muy habi…
-Ya ya estrella, continua – interrumpio Camila sabiendo que saldria con una de sus cosas
- Bueno… cuando yo era pequeña, tenía pesadillas. Siempre se trataban de lo mismo, mi madre o mi padre se iban, se alejaban de mí de un momento al otro o a veces simplemente desaparecían. Una noche mi mamá me despertó del mal sueño y yo le conté lo que me pasaba... Ella agarró mi mano apretándola fuerte – la pelinegra apretó las manos de su novia - y me dijo "Lolo, hija, ¿me sientes? yo asentí, ¿ves? si me sientes es porque aun estoy contigo, nunca te voy a dejar" – Lauren miró a la castaña– Eso me pasa contigo, necesito sentirte cerca, tocarte en todo momento, me hace sentir segura y de esa forma se que nunca me vas a dejar que estás a mi lado– terminó de contar y escondió su cabeza en el hombro de su chica.
- Lau… bebe… Mírame por favor – pidió la artista consiguiéndolo exitosamente -eso es… hermoso. Me haces sentir especial – agregó
- Eres especial – aseguró la deportista
- Quiero decirte algo – Camila sabía que tenía que ser sincera con su chica. – sobre lo que dijo Dinah esta tarde – la latina vio como la otra mujer fruncía el seño con gesto de preocupación – Ayer a la noche te seguí – soltó sin anestesia
– se que estuve mal, pero de solo pensar que tenías a otras mujeres a tu alrededor me volví loca y no se me ocurrió otra idea que seguirte – A la castaña no le gustaba nada la cara que estaba poniendo Lauren.
- Camz… tu… tu me prometiste que..
- Si si, lo sé. Sé que te prometí que te iba a decir la verdad por eso cuando estábamos en la celda yo…
-¿En la celda? ¿Cómo que en la celda? – Lauren se paró y empezó a caminar nerviosa por la sala
- Bueno es que Normani había llevado el bolso con los binoculares y el resto de los juguetes que tu y Sofi usan paran jugar y sin querer a Dinah se le cayó el arma entonces bueno… terminamos en la comisaría – resumió.
- Espera un momento – Lauren se frenó – ¿me estás diciendo que no sólo me seguiste al bar sino que me estuvieron espiando con los binoculares y todo? – Lauren necesitaba entender
- Lo sé… se que suena como una locura pero…
- No suena… ES UNA LOCURA CAMILA – sentenció la pelinegra- Resulta que mientras yo salgo a un lugar que no tenía ni ganas de estar y que el poco tiempo que estoy me la paso pensando en ti, tu estás con tus amigas espiándome a través de unos binoculares – la deportista agarró su campera.
- ¿Qué haces? – La castaña alcanzó a agarrar la campera – Lolo perdona, fue una locura del momento…
- Me lo prometiste Camila, me prometiste que ibas a ser sincera conmigo – como su novia no soltaba la campera la ojiverde decidió salir sin ella –Me tengo que ir, necesito pensar – y así como si nada Lauren se había ido.
- Lau… - Camila no lograba entender como en un momento tenia a Lauren en sus manos y en un abrir y cerrar de ojos la pelinegra ya no estaba.
Aun en el departamento de Camila – una hora más tarde
- No se Chechee, claro que no atiende el celular si dejó todo acá – Camila le había contado lo sucedido a su amiga - Ni las llaves del auto se llevó. Estoy preocupada. – Decía la latina al mismo momento que alguien golpeaba en su puerta –Dj voy a tener que dejarte, están golpeando, gracias por quedarte con Sofi. Nos vemos – colgó y caminó a la entrada rogando que fuera la ojiverde.
Y efectivamente sus rezos se habían cumplido, por segunda vez en la noche Lauren Jauregui estaba parda en su entrada, pero esta vez estaba toda empapada – Lauren yo…
La castaña no pudo terminar de hablar, Lauren en un movimiento había entrado, cerrado la puerta y tenía apretada a
Camila contra la misma - TU NADA CAMILA. TU TE VAS A CALLAR MIENTRAS YO HABLO – la pelinegra la miraba endemoniada, la castaña sabía que se la deportista iba a terminar la relación – Te amo – pero Lauren la sorprendió.
- ¿Qué dijiste? – preguntó sorprendida la fotógrafa.
- TE AMO – esta vez lo dijo mucho más fuerte. Agarró el rostro de la latina no tan suavemente y se puso a escasos
centímetros de ella – Te amo y te deseo y no me importa que aun no confíes en mí, me lo merezco, mi pasado se lo merece. Pero esta noche te voy a demostrar que mi presente no se lo merece. Te voy a demostrar que cada milímetro de mi piel te pertenece, te voy a demostrar que este – con su mano derecha agarró la mano de Camila y se la puso en su corazón – que este corazón solo late por ti… Y te voy a demostrar cómo esta parte de mi cuerpo – movió la misma mano de la castaña y la puso en su entrepierna – esta parte de mi cuerpo solo te desea a ti – Y Lauren no perdió más tiempo, besó a Camila brusca pero intensamente – Camila – las miradas se volvían a encontrar – Pídemelo – exigió la pelinegra al mismo tiempo que dejaba un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja de la castaña– Pídeme que te haga el amor – volvió a exigir.
Camila no necesito que se lo digiera una vez más, trató de besar a la ijiverde pero la otra mujer fue más rápida y la esquivó – Dímelo – Lauren necesitaba escucharlo.
- Lauren no quiero… NECESITO que me hagas el amor – y esta vez la ojiverde no esquivo el beso.
Creo que ninguna de las dos se dio cuenta de cómo llegaron a la habitación. Pero cuando lo hicieron se frenaron una enfrente de la otra. Lauren agarró su vestido y tiró de él para sacárselo, estaba empapado. Cuando Camila trató de imitarla, la pelinegra la freno – Eso lo hago yo – ordenó y Camila levantó sus brazos para dejar que su chica le quitara el
vestido que en este momento lo único que hacía era molestar.
Ambas se miraron en silencio, admiraron sus cuerpos desnudos en silencio, en este momento las palabras sobraban.Se volvieron a unir por sus bocas. Sus manos trataban de rozar todo lo que encontraban a su paso. Lauren llevó suavemente a su castaña a la cama para quedar sobre ella.
Camila sabía que tenía que decir algo, algo que quería decir hace bastante tiempo pero no encontraba las palabras ni la fuerza para decirlo. Cuando por fin habló, la voz le salió drogada y pausada – Te amo.
Lauren frenó lo que estaba haciendo y busco los ojos de Camila – Dilo de nuevo – pidió
- TE AMO – volvió a repetir la latina sonriendo. Lauren agarró a Camila por la espalda y tiró de ella hasta que sus pechos sensibles se encontraron y volvió a atrapar la boca de su chica con la suya. Las manos de la ojiverde recorrieron todo el cuerpo de la otra mujer, iban tan despacio que la latina creyó que jamás llegarían al destino. Cuando una de ellas apretó suavemente uno de sus pechos Camila no pudo evitar que se le escapara un suave gemido – Me gusta – dijo Lauren
- ¿Qué te gusta? – preguntó Camila
- El ruido que has hecho – volvía a apretar el mismo lugar sacando el mismo resultado – Ese gemido… Me gusta –repetía la ojiverde.
Camila no podía ruborizarse aun más, su piel había llegado al límite del enrojecimiento – Lo siento – se disculpo.
- Porque te disculpas si te dije que me gustaba. Me vuelve loca. Tu voz es una de las cosas que más me gusta– explicaba Lauren mientras esta vez llevaba su boca hacía uno de los pezones de su novia mordiéndolo suavemente.
Camila volvía a gemir – Y ya me estoy enamorando de tus gemidos también – volvía a subir para agarrar el labio inferior de su chica con sus dientes.
- Mmm – la fotógrafa no los podía contener
- Si, así – murmuró la morena – O así – pasó muy suavemente uno de sus dedos por la entrada de su novia, logrando que esta gimiera nuevamente hasta que el recorrido se frenó en la entrada y la pelinegra suavemente entró en su chica –He pensado mucho en este momento – contaba Lauren mientras recorría cada parte del cuerpo de la latina con su boca y mientras sus dedos hacían de las suyas dentro de Camila, la respiración de la castaña cada vez era más acelerada.
- Lauren por favor – suplicó Camila – no le faltaba mucho para llegar y necesitaba que la ojiverde acelerara los movimientos.
- Todavía no mi reina– volvía a morder sus pechos - Todavía no. Tenemos tiempo. Y quiero escuchar tus gemidos una y otra vez. Aunque no quieras. Porque no podrás evitarlo – esta vez Camila gemía porque Lauren con su otra mano apretaba fuertemente su trasero – Quiero hacerte suspirar, quiero que tu corazón llegue al límite de velocidad, quiero que grites de deseo hasta que caigas en mis brazos – le decía dulcemente en el odio mientras agregaba más fricción en la parte inferior de su mujer.
Pero Camila no pudo aguantar mucho más, luego de arquear su espalda, se desplomó en su cama sin fuerzas. Sentía como si estuviera flotando, como si no tuviera huesos que la sostuvieran. Era incapaz de hablar con coherencia, lo único que salía de sus labios eran suaves gemidos y murmullos sin sentido. Esto hasta que sintió como la ojiverde abría aun más sus piernas y se colocaba entre ellas
-No – trató de frenarla – no creo que pueda otra vez – Camila todavía podía sentir como palpitaba el orgasmo anterior.
- Claro que puedes. Afirmo Lauren dejando que ambos centros se encontraran – puedes porque te amo – la pelinegra
dejaba un suave beso en la boca de su novia – puedes porque te deseo y lo vas a hacer porque esta vez lo vamos a hacer juntas – le aseguró a su novia mientras movía su cuerpo para que luego de varios intensos movimientos terminara dejándose caer encima de su mujer.

Cuando, Donde y Como el Amor QuieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora