Y seguimos en el cumpleaños
. -¡Auchhh! – Dinah que estaba del otro lado de la pelinegra alcanzó a pegarle un codazo - ¿Por qué me pegas? – miró a la polinesia que a su vez estaba mirando a Becky. Cuando Lauren miró a la novia de Austin, pudo notar una espuma blanca que le salía de la boca – Hola Becky no te había visto – saludo inocentemente pero la mujer no le contestó, al contrario seguía mirándola como si se la quisiera comérsela cruda - ¿Qué le pasa a la perra? – le preguntó susurrando a la polinesia.
- Ella le regaló una cocinita – lo dijo tan bajo que la pelinegra no lo escuchó.
- ¿Qué? – volvió a preguntar
- Becky… le regaló…una… cocinita – le repitió palabra por palabra.
- Amor – Lauren se dirigía a su novia esta vez – creo que a Dinah le pasa algo – le susurró.
- Lo que te quiere decir es que YO LE REGALE UNA COCINITA – la perra no se perdía una.
- ¿Pero tu estás loca, drogada o que? – La audiencia estalló de risa – Si la niña sabe cocinar perfectamente… El otro día preparamos unos tacos para morirse ¿O no amor? – Entre la mirada endemoniada de Becky y la mirada asesina de Camila, la deportista estaba liquidada. "Finish him" dirían en Mortal Kombat.
Por si fuera poco en ese momento Bella se acercó a Sofi que le estaba mostrando a todos sus amigos la mini moto –¡GUAAUU! ¡Que bueno! – parece que la moto era un imán como Puppy
Sofia miró la reacción de su amigovia y recordó "lección número 52: lo que a una damisela le gusta, no se cuestiona, se
da". La pequeña sonrío pícaramente y bajándose de la moto, le tendió la mano a la otra niña - ¿Quieres probarla? Yo te ayudo a subir – ofreció
- BUENO, BUENO PORQUE NO SEGUIMOS CON LA FIESTA – Camila alcanzó a separar a las dos niñas – Coach Lovato – se dirigió la grupo de jugadoras - ubíquense donde quieran que ya mismo les mando gente que las atienda.
-¿Podemos ir al trampolín? – seguro que fue Vero.
- SI, si Vero pueden hacer lo que quieran – aseguró la fotógrafa.
- NO SE TE OCURRA TOCAR MIS TARTAS – le advirtió Dinah a la suplente antes de que varias jugadoras salieran como niñas desesperadas hacia el trampolín.
- Camila – Lauren se acercaba a su novia, después de haber visto la escena – le cortaste el mambo al cangurito. Ya casi la tenía sólo le faltaba… - Ups Lauren no se si te salvas de esta
- ¡Ya mismo a la cocina! – Le señaló el lugar con su dedo – Y tu también – alcanzó a agarrar a su hija que cuando vio que se le venía la noche empezó a caminar sigilosamente hacía sus amigos, pero su madre fue más rápida.
La basquetbolista y su hija caminaban por detrás de la morena. La dos mirando al piso y con sus manos detrás de la espalda – Estamos en problemas mami – le dijo Sofia muy despacio a la pelinegra – Los ojos de mamá están que arde– Y no le pifiaba, Camila no tenía nada que envidiarle ciclope de los X men.
- Lo se bicho bolita, lo se – aunque esa mirada le causaba otra cosas a Lauren que definitivamente su hija no tenía que saber.
Camila se paró en la puerta y miró al cocinero y algunos mozos que estaban en el lugar ¿Me pueden dejar un momento
a solas por favor? – pidió amablemente.
- No tenemos testigos. Lo único que nos falta – le dijo Lauren a su hija.
- ¡Ustedes dos adentro! – les ordenó. Madre e hija obedecieron – ¿Alguna de ustedes dos sabe cuantas veces Becky
me llama al día? – era una pregunta retórica
- ¿Muchas? – Lauren se atrevió a contestar.
- ¿Muchísimas? – Sofi no podía ser menos que la deportista.
- SILENCIO. No hablan sólo escuchan – les advirtió – Pero si… Muchísimas… ¿Y creen que algo de lo que dice me
importa? – está vez ninguna se animó a hablar, ni siquiera por broma – Pues NO. No me importa. Pero lo hago por que
es la novia de tu padre – señaló a Sofi– Y lo único que quería es que le agradecieras el regalo… si, si. Se que lo
hiciste – se anticipó porque veía que su hija estaba por defenderse – Pero media hora después llegas Tú – esta vez le
tocaba a la pelinegra – y abres tu inmensa boca. No quiero que digas nada – la frenó – quiero que vayas, busques a
Becky y le pidas disculpas… y no quiero escuchar ninguna frase que tenga la palabra loca en ella ¿está claro? – le
preguntó. La jugadora no respondió – Lauren¿está claro? – insistió con la pregunta.
- Pensé que no podíamos hablar – no es momento para cargadas pelinegra.
Camila giró los ojos – No tienes remedio Lauren… Y tu no te rías – su hija no se portaba muy bien que digamos
tampoco – Te quiero bien lejos de Bella ¿me oyes? – Lo único que le faltaba es tener problemas con los padres de las
amigas de su hija.
- ¿Y eso porque? – preguntó curiosa Lauren mirando a sus dos morenas favoritas.
- Pues así como la ves, Dinah y yo encontramos a Tu hija besando a su amiga en la sala del departamento – le
explicó la fotógrafa.
-¿EN SERIO? – miró a la niña que, con la sonrisa más pícara que pudo lograr, asintió con su cabeza.
- ¿TU PRIMER BESO? ¡NO LO PUEDO CREER!... BIEN HECHO CANGURITO… VENGA ESOS CINCO – la pequeña
choco su palma con la de su madre - ¿Y que tal estuvo? – Le preguntó entusiasmada - ¿Tu iniciaste? Apuesto a que si
– Miró a la pequeña sonreír aun más - ¡Esa es mi hija! – la levantó por los aires y tal cual balón de baloncesto la
empezó a zamarrear por todos lados.
- JAJAJA PARA MAMI… PARA… TIEMPO FUERA… – Sofia finalmente se sintió segura en los brazos de su madre –
Mami… ¿Te acuerdas de la película que vimos donde la mujer que se enojaba prendía fuego a todo el mundo? –
preguntó inocentemente.
- ¿Carrie?... si me acuerdo ¿Por qué? – Laurn no sabía que tenía que ver eso con el primer beso de su hija.
- Porque creo que estás por experimentarlo en carne propia – la pequeña señaló por la espalda de la ojiverde a su otra
madre.
Cuando Lauren giró pudo sentir el fuego que emanaba la mirada de su novia. Trago saliva – Cangurito porque no vas a
jugar con tus amigos – Le dio un empujoncito.
Antes de irse la pequeña se acercó a Lauren– Te quiero mami. Nunca te voy a olvidar – mientras la abrazaba
aprovechó para decirle - Si pasa el tiempo y no sales, mando refuerzos – le dio un beso en la mejilla y se fue.
- Camila amor... – trató de acercarse
- No des un paso más y no me digas amor – la apuntó con el dedo.
- Pero cariño… - dio otro pequeño paso
- Cariño tampoco y no sigas caminando – volvió a advertirle.
-¿Reina? – preguntó haciendo caritas tentadoras y sin dejar de moverse hacia ella.
- Menos – contestó la latina que ya sabía de ante mano que iba a perder la batalla – De ahora en más para ti soy Camila Cabello – le informo – Señorita Camila Cabello– aclaró.
Lauren llegaba cerca de su novia - ¿A si? – Preguntó sospechosamente – ¿Entonces se supone que tengo que llamar
a mi novia Señorita Camila Cabello? – la pelinegra no iba a perder este juego.
- Hace más o menos cinco minutos que dejé de tener novia – Pero mira que eres difícil castaña.
- ¿Me dejas así como si nada? – la ojiverde se llevó una mano en el pecho haciéndose la ofendida
- Así como si nada – le aseguró
Lauren se acercó a la castaña muy despacio - ¿Y si hago esto? – Le susurró en el oído para liego morder su lóbulo y
sentir como su ex novia se tensaba ante el contacto - ¿Sigo siendo ex? – después de preguntar volvió a atrapar la oreja
con su boca.
Camila tenía que resistir – Mas que- la voz le salio con dificultad – ahora más que nunca – alcanzó a decir.
Lauren acercó su cuerpo aun más, de manera que las ropas, y solo las ropas de ambas se alcanzaban a rosar - ¿Y si
ahora hago esto? – la pelinegra fue dejando besos por toda la piel expuesta de su chica, cuando llegó al cuello agregó
más presión y una que otra mordida. Una de las manos de la deportista fue directo al trasero de su novia - ¿Sigues soltera? – le susurró al mismo tiempo que la apretaba contra ella.
La artista no quería que Lauren sacara la boca de donde estaba, quería que la siguiera besando, tocando, quería todo.
Trató de hablar pero simplemente de sus labios no salía palabra alguna.
- No puedes hablar – no fue una pregunta, sino más bien una afirmación – Pero yo quiero que me contestes, quiero saber si aun sigo siendo tu novia – le dijo para después pasar su lengua por todo el labio inferior de su chica y terminar agarrándolo entre sus dientes, lo soltó después de que escuchó a la morena soltar un leve quejido – contéstame – exigió pero no paro de acosar a la morena con sus besos
- Lo… vas a volver a ser – era imposible poder atar dos palabras juntas – cuando… cuando…Dios dame fuerzas –
Lauren reía entre beso y beso al escuchar los ruegos de su novia – cuando dejes de portarte mal – finalizó logrando que la ojiverde detuviera sus caricias. Por ahora.
- ¿Portarse mal es hacer algo así? – las manos de la deportista empezaron a subir buscando uno de sus destinos favoritos, los pechos de Camila. Pero cuando estuvieron a punto de llegar los esquivaron pasando cerca de ellos. Camila se quejó y la pelinegra buscó la mirada de su novia - ¿Pensaste que iba a tocarte? Porque eso estaría muy mal, porque yo no soy tu novia – Lauren la estaba probando.
- Me parece bien entonces – no le parecía para nada bien.
- Pero como me porto mal – volvió a mover sus manos – lo voy a hacer igual – No perdió tiempo y agarró los pechos de Camila de tal forma que la morena no pudo evitar tirar su cabeza para atrás arqueando su espalda - ¿Esto es portarse mal? – la deportista pensó que la voz le iba a salir fuerte pero apenas pudo emitir un suave sonido cuando vio dos
pezones esperando sus manos. Y Lauren no los hizo esperar, fue directo hasta ellos – Se que quieres gemir, lo sé – le dijo a la artista – se que te estás aguantando para castigarme – cuando la ojivrde los tomó entre sus dedos Camila no aguantó más – Eso es lo que quería escuchar – aprovechó el cuello hacia atrás de su novia y con su labios dejó un
delicado beso en la barbilla de la misma.
- Si…si… te sigues por… portando así vas a se… seguir sola – la fotógrafa lo estaba disfrutando sin duda alguna.
- Entonces tenemos un problema enorme – Lauren se separó de inmediato de la laina, la cual hizo saber su disconformidad por la distancia con un fuerte resoplido.
-¿Cuál problema? – pregunto frustrada Camila, no le gustaba para nada que Lauren no terminara lo que empezaba.
- Que a mí me ENCANTA portarme mal – y sin esperar más levanto el vestido de la latina y con su mano fue directo al centro de la misma.
-¡LAUREN! – la había agarrado por sorpresa. Sus piernas fallaron, pero la jugadora alcanzó a sostenerla.
- ¿Me quieres adentro? – la pelinegra jugaba con la humedad de su novia.
- ¡Por favor! – Camila ya no aguantaba más.
- Pero yo sólo lo hago con mi novia… y tú dijiste que ya no lo éramos – A esta altura ni la pelinegra sabía de dónde sacaba las fuerzas para seguir con el juego. Si fuera por ella le hubiera hecho el amor a Camila desde el primer momento que la vio al bajar de auto bus.
- Si lo eres – se apuro a decir – eres mi novia – repitió, ¡la necesita ya!
- Kaki Sofi me mandó a ver si estaba todo bien… ¡DIOS MIO! – Sinu tenía el timming de su nieta.
-¡MAMA! – cuál de las dos Cabello estaba más colorada.
Camila se separó arreglándose el vestido y dejando a su novia con la cabeza apoyada en la pared – Mamá ¿puedes salir de la cocina? Luego hablamos, dile a Sofi que está todo bien – pidió a su madre. La mujer sin mirar a su hija asintió con su cabeza y salió. Camila volvió a buscar a su novia - ¿Qué haces? – la encontró sacando algo de la heladera.
- Necesito bajarme la temperatura con algo – destapó una botella con agua y se la hecho por la cabeza sin importarle nada.
-¡Esto es culpa tuya! – la acusó con toda la razón.
- ¿Es mi culpa que seas tan condenadamente hermosa? ¿Es mi culpa que cada vez que te mire tenga ganas de destrozarte la ropa y hacerte el amor durante horas? – De solo pensarlo se volvía loca – Necesito otra botella – agarró un envase más y no dudo en volcarlo arriba de ella.
Camila agarró varias servilletas y fue hasta la jugadora – Déjame que te seque bebe – empezó por su rostro.
- Si llamándome bebe piensas que me voy a secar estás equivocada – le advirtió – Te amo – sentía que necesitaba decirlo.
- ¿Mucho? – le encantaba escuchar esas dos palabras de la boca de su novia.
- Más que Garfield a la lasaña – aseguró
-¿Qué más? – este era uno de los juegos favoritos de Camila
- Más que Clark Kent a Lois Lane – intentó.
Camila se mordió los labios, miró directo a los ojos de Lauren. No era una mirada común, era una mirada que trataba de transmitirle lo que la castaña llevaba pensando toda la semana. Tenía que animarse a hablarlo con ella. Tenía que saber hasta donde quería llegar con ella – Lolo yo…
- Disculpe Señorita Cabello – el encargado del catering entraba a la cocina – se que nos pidió que saliéramos pero necesitamos llevarle la comida a los payasos – informó.
- ¿Qué dijo? – le preguntó la pelinegra a Camila
- Es mejor que salgamos amor, los payasos necesitan comer – la latina le hizo señas al hombre autorizando la entrada de él y del resto de sus ayudantes.
- ¿Pa… pa… payasos? ¿De cuantos estamos hablando más o menos? – El color pálido de la cara de Lauren era preocupante.
- Lau… bebe… ¿Estás bien? – la morena tenía a su novia aferrada a su brazo y Camila podía sentir pequeños temblores del cuerpo de la otra chica.
- Hay payasos… cerca de aquí, por algún lado… los puedo sentir – la deportista miró por toda la cocina.
La morena pensó que la falta de sexo estaba afectando a su novia – Amor… ¿Qué pasa? ¿No me digas que? … OH DIOS… le tienes miedo a los payasos… - Camila no puedo evitar reírse mientras lo decía.
- No te rías. Es una fobia de verdad. Se llama coulrofobia o algo así – Lauren sufría y su novia se reía.
- Perdona amor… es que… Lauren Jauregui le tiene miedo a los payasos… "la bestia" le tiene miedo a los payasos… la jugadora estrella del Liberty le tiene miedo a los payasos… la…
-BUENO, BUENO YA ENTENDI – la pelinegra soltó a su novia y se cruzó de brazos haciendo pucheros.
- Aaaa… ¿la bebe está preocupada por los payasitos? – Camila no lo iba a dejar pasar tan fácilmente.
- Avísame cuando termines de burlarte de mí – se hizo la dolida
- Lau, no te enojes… vamos – la agarró de la mano y la empezó a arrastrar a la salida.
- ¿A dónde? – preguntó nerviosa.
- A conocer a los payasos – le dijo como si nada
- ¿ESTAS LOCA, DROGADA O QUE? He decidido que me voy a quedar aquí, con esta gente que parece muy amable – señalo a los cocinero que no estaban prestando ni un poco de atención.
- ¡No seas cobarde! Son sólo personas disfrazadas – la castaña no entendía como una mujer que le hacía cada noche 40 puntos a mujeres mucho más altas que ellas le podía tener miedo a los payasos
- NO SON PERSONAS CAMILA…SON CUALQUIER COSA MENOS PERSONAS – respiró agitada
– ¿Cómo es que entonces no les tienes miedo a esos zombis esos de estúpido juego ese que juegas con Sofi? – La latina trataba de analizar a su chica.
–Primero que trata con respeto a Resident Evil y segundo que los zombis son muertos, los pa…pa…payaso están bien vivos y tienen una espeluznante sonrisa roja pero viven enojados y… y… y usan ropa gigantesca en donde pueden tener cualquier cosa – un escalofrío la invadió – y la forma en que hablan es la peor de todas es… es tenebroso. Si SEÑOR ESTÁ DECIDIDO ME QUEDO ACA – se sentó en una de las sillas libres – Dile a tu madre que me disculpe por tener una de mis manos en el pecho de su hija y la otra a punto de darle un orgasmo – ahora si los cocineros
prestaron atención.
-¡LAUREN! – El color rojo últimamente era habitual en el rostro de la latina – SAL YA MISMO DE AQUÍ – no esperó, agarró la mano de su novia y tiró con fuerza. Obviamente no pudo moverla mucho – Lolo si no quieres volver a dormir en tu departamento empieza a caminar – la amenazó.
- Nunca me voy a casa, me quedo en la puerta hasta que Sofia me abre y duermo en el sillón – le confesó. El miedo no la dejaba pensar.
- Sabía que la rata traicionera de mi hija tenía algo que ver en esto – Camila lo sospechaba
-¡MAMI! – Hablando de rata traicionera – Tienes que venir a ayudarme, Vero y las demás grandulonas están acaparando el trampolín – esta vez fue la pequeña la que empezó a tirar de su madre. Camila se unió a la fuerza.
- ¿El trampolín está cerca de los payasos? – pregunto nerviosa.
- Está en la otra punta amor – le explicó paciente su novia – No tienes porque preocuparte – trató de calmarla.
- ¿De qué están hablando? – Sofia no entendía
- Camila cierra esa hermosa y tentadora boca por fav…
- TU MADRE LE TIENE MIEDO A LOS PAYASOS – fue más fuerte que ella.
- ¿EN SERIO? – el cangurito no pudo disimular su mini sonrisa maligna. Miró a su mamá Camila, la conexión Cabello fue automática.
- ¡GUARDA CON EL PAYASO! – Sofia apuntaba por detrás de la morena.
Lauren salió tan rápido corriendo que las Cabello sólo pudieron ver el humo de su silueta como en los dibujos animados del coyote y del correcaminos. Ni siquiera los cocineros pudieron aguantar la carcajada – Vamos a buscarla cariño – fue lo último que pudo decir entre risas.
Sofi se fue al trampolín y Camila se fue con el grupo de sus amigos - ¿Alguien ha visto a Lauren? – preguntó apenas llegó cerca de la mesa.
- ¿Se puede saber porque tu mamá apenas volvió de buscarte se fue directo a la mesa de tragos? – Dinah no podía dejar de preguntar - ¿Acaso tu y el bomboncito estaban haciendo algo indebido? O pero aun ¿Acaso estaban haciendo algo indebido sin invitarnos a mí y a Mani? – ¡Pero che! No dejaban pasar oportunidad.
- Dj no empieces – Y Camila se distrajo. Las imágenes la volvían a invadir. Al parecer su ojiverde, al asegurarse de que el trampolín estaba lejos de los payasos se puso a jugar con los chicos. Era increíble lo bien que se llevaba con los pequeños, la seguían como si fuera las ratas del flautista de Hamelin. Y el futuro se le vino encima.
- Chancho… es muy pronto y lo sabes – Dinah otra vez entraba en su mente para leerla.
- Pero yo la amo Chechee… La amo como nunca voy a amar a nadie más – le confesó – y se que ella siente lo mismo, lo puedo ver en sus ojos – siguió – Quiero decir… mírala – señaló a la ojiverde que nuevamente era el piso de una montaña humana, pero esa vez era de niños – Es… es… maravillosa – no había otra palabra – no pudo evitar reírse
cuando Lauren sacó a Vero del trampolín a la fuerza - ¿Quieres ver algo gracioso Dj? – La polinesia asintió - ¡Disculpe señor payaso! – Camila llamaba a uno de los hombres disfrazados que salían de la cocina.
- ¿En qué puedo ayudarla señorita? – le preguntó muy atento el hombre.
- ¿Podría ir a decirle a esa ojiverde que está con los chicos que necesito hablar con ella? – le señaló a Lauren.
- Por supuesto – siguió su camino.
- ¿Eso era lo gracioso Mila? – la polinesia no tenía paciencia parece.
- Espera un momento. Tú sigue al payaso – le indicó.
Ambas vieron como el hombre llegaba por detrás de la pelinegra y le tocaba el hombro… Pero lo siguiente no lo vieron venir, con un derechazo en la mandíbula Lauren noqueaba al payaso.
-¡LAUREN! – Camila y varios más salieron corriendo a socorrer al desmayado.
- CAMILA – la ojiverdese escondía detrás de la espalda de su novia mientras Dinah trataba de reanimar al payaso - Me quiso atacar – le contó.
- No te quiso atacar, yo lo mandé a que te buscara – no valía la pena mentir. Antes de que pudiera volver a hablar, sintió como su chica empezaba a temblar – Amor está desmayado, no te puede hacer nada – esto fue lo que pensó hasta que vio venir al resto de los payasos – Sofia llévate a tu mami – le dijo a la niña. La pequeña agarró la mano de su madre y caminaron cerca de la mesa de las tartas.
Por suerte después de un rato el payaso despertó y Camila, con una buena paga de por medio, dio por finalizada su actuación en la fiesta – Pufff – suspiró – menos mal que se fueron. No quiero más líos – les comentó a sus amigos.
- ¿Estás segura de que se acabaron los líos? – Troy señalaba la mesa de las tartas. Camila pudo ver como Vero y su hija sostenían a su novia por los brazos tratando de que no se le fuera encima a Becky.
- ¿Y ahora qué? – todo el grupo se traslado hasta el lugar.
- Lauren – Camila se atravesaba en la vista de la pelinegra – mírame – pidió – Lau… bebe… soy yo – la deportista miró a su novia – Tranquila – acarició su rostro.
Cuando sintieron que se relajó la dejaron.
- ¡ESA PERRA EMPEZÓ! – Vero defendía a su amiga.
- Yo sólo dije la verdad. Sofi tiene una sola madre que se llama Camila – la morena no sabía si calmar a su chica o a su hija.
- ¿PODEMOS IR A HABLAR ESTO LEJOS DE MIS TARTAS? –pedía la polinesia.
- Y esta salvaje – señalo a la pelinegra – es mala influencia para la niña -Camila podía sentir como su novia se tensaba de vuelta y avanzaba hacia la novia de Austin.
- Lau, no hagas nada por favor – le suplicó
- ¡CUIDADO LAS TARTAS! – que pesada
- Amor – la basquetbolista miró a los ojos marrones – no voy a pegarle, sólo quiero hablar con ella – le dio un corto beso –Te lo prometo – Y Camila la dejó pasar.
- Dime algo Becky… ¿tú sabes cuál es el color preferido de Sofi? ¿Tú sabes porque usa un pijama distinto todos los días? ¿Sabes porque su cepillo de dientes tiene nombre? ¿Tienes idea porque ama los sábados a la tarde? ¿Acaso sabes porque cepilla su pelo todas las noches? ¿Acaso sabes algo de ella? – el silencio en el lugar era sepulcral.
Todos estaban esperando las respuestas de Becky que nunca llegaron
- ¿Y eso que tiene que ver con…
Lauren la interrumpió - El color preferido de Sofi es el marron, porque ese el color de los ojos de su madre. Todos los días usa un pijama distinto porque tiene un corazón tan grande que no quiere que ninguno de ellos se sienta abandonado. Ama los sábados a la tarde desde que se enteró que ese es el momento en que juntan a Junior – el ya
no tan pequeño hipopótamo que Lauren la había llevado a conocer – con otros hipopótamos y eso la pone feliz porque
no le gusta que el hipopotámito esté sólo. Cepilla todas las noches su pelo porque lo hace al mismo tiempo con su madre y si hay algo que Sofi ama es pasar tiempo con su mamá – Estoy segura de que cada uno de los oyentes estaba sonriendo - ¿Y sabes qué más se? – le preguntó sin esperar respuesta – SE QUE AMO A ESA NIÑA. Y SE QUE ELLA ME AMA A MI. YO LA ELEGI COMO MI HIJA Y ELLA COMO SU MAMA…
- Y NOS IMPORTA UN CARAJO LO QUE PIENSES –agregó la pequeña.
- Ese es el vocabulario que tu le enseñas – le dijo la perra a Lauren para después dar media vuelta y empezar a irse ofendida. Dinah respiraba aliviada.
- BECKY ESPERA – la jugadora estrella la frenaba.
- ¿Me quieres pedir disculpas imagino? – dijo cuando volvía
- No… pero no quiero que te vayas sin comer postre - ¡BUM! Becky comió postre, de hecho se comió una tarta entera en la cara.
-¡MIS TARTAS! – chilló la polinesia
- ¡Austin haz algo! – le exigió su novia, pero el chico no se movió – Bien… entonces lo voy a hacer yo – la chica agarró otra tarta y le apuntó a Lauren, pero la ágil deportista se agachó y la tarta fue a parar directo a su novio.
-PUEDEN DEJAR DE JUGAR CON LAS TAR… - ¡BUM! – Dinah recibía un tartazo – NORMANI – había sido su mismísima novia.
- Lo siento Dj pero ya me tenías cansada – la bailarina defendía su acción.
- ¿De qué te ríes morena idiota? – la abogada ya tenía un pastel apuntando a Camila.
- NOOOOO – Lauren se interponía en el ataque recibiendo ella misma con su cara el postre.
- ¡ME SALVASTE! – la latina trataba de limpiar la cara de su novia.
- De ese sí… pero de este no – ¡BUM! Sinu le estampaba a su hija una tarta de frutillas.
-¡MAMA! – le reprochó la fotógrafa
- Fue por la imagen que tuve que ver en la cocina – claro y un tartazo lo cura todo.
- Oye cangurin –Lauren encontraba a su hija huyendo de la guerra de postres - ¡Feliz cumpleaños! – ¡BUM! Ni Sofi se salvaba.
- ¿Somos la familia más dulce o no? – preguntó la pelinegra alzando a su hija para luego ir a buscar a Camila. Cuando la encontró huyendo de su padre al cual le acababa de hacer probar el rigor de una tarta con Kiwi – Ven aquí morena – la agarró por la cintura – LAS AMO CON TODA MI ALMA – les dijo para luego besar a Sofia en la mejilla y luego en los labios a Camila – mmm frutillas con crema.
ESTÁS LEYENDO
Cuando, Donde y Como el Amor Quiera
HumorAdaptacion Camren .Author: Alllove Lauren Jauregui es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su fama de mujeriega irrumpe en New york sin saber que un choque con una castaña, man...