¡Voy por ella!

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Casa Jauregui Cabello

- Tu no digas nada – le susurró Dinah a Lauren – Yo soy la abogada, soy fría, no pierdo los estribos por nada, déjame a mi – agregó en voz muy baja.

- ¿Qué piensas decirles? – le preguntó Lauren.

- Lo voy a negar todo - sentenció.

- Creo que es mejor decirles la verdad – mientras ellas dos, sentadas en el sillón, cuchicheaban, Camila y Normani sacaban todas las cosas de adentro del oso – Están que truenan Dinah – En ese momento la fotógrafa descubría la colección de posters de Jesica Larsson y lanzaba una mirada desaprobatoria al sillón.

- ¡Por eso mismo! – le dijo convencida – No podemos decirle la verdad Lauren, vas a dormir en el sillón por años –sabía donde tenía que atacar.

- ¿Cómo que vas? – Se había olvidado de nombrarse a ella misma - ¿Y tu que? ¿Acaso piensas traicionarme? – No lo esperaba de Dinah.

- No, para nada – sexopata si, traicionera jamás. Lauren se tranquilizó – Pienso echarle la culpa a Karla – afirmo la polinesia.

- ¿QUE? – la reacción de Lauren llamó la atención de sus esposas.

- ¡Dejen de cuchichear! – ordenó la bailarina que tenía todo su brazo metido en el cuerpo de Porni, era increíble la capacidad para almacenar cosas que tenía ese oso.

- Mani Bear… amor… - Intentó la abogada.

- No quiero hablar contigo Dinah – la frenó Normani.

- Pero…

- ¿Tengo que repetirlo? – ups la bailarina no estaba de humor.
Dinah se tiró contra el respaldo del sillón y se cruzó de brazos. Lauren le dio unos golpecitos en la espalda para mostrarle su apoyo.

- No le vamos a echar la culpa a Karla – Lauren se inclinó hacia su amiga y volvió a susurrarle
– Aparte, yo fui la que le di las contraseñas al perezocito, en todo caso es mi culpa – siempre la culpa es del maestro no del alumno.

- No pienso dejarte sola bomboncito – la polinesia mostraba su lealtad – Pase lo que pase estamos juntas en esto, tu cubres mis espalda y yo la tuya – le aseguró observando como las morenas se acercaban a ellas.

- Bien – Dijeron Normani y Camila. Cada una, con sus manos en la cintura, enfrentaban a sus esposas – ¿Quién va a ser la prim…?

- ¡FUE CULPA DEL BOMBONCITO! – Dinah no pudo con la presión del caso. Se arrodilló a los pies de su esposa y amiga – LES JURO QUE YO NO QUISE – suplicó – PERO ELLA ME MANIPULÓ, ME ENGATUSO, ME ENVOLVIO EN
SUS MENTIRAS – Lauren la miraba con la boca abierta. Menos mal que estaban juntas en esto – TRATE DE CONVENCERLA PARA QUE LO DEJARA, PERO ELLA ES… ES… ES… ES ADICTA AL PORNO – la señaló acusándola para después tirarse para tratar de abrazar las piernas de ambas morenas. Camila casi se cae cuando Dinah trató de abarcar las cuatro piernas – POR FAVOR, YO SOY SOLO UNA VICTIMA DE LA ENFERMEDAD DEL BOMBONCITO – A esta altura Lauren solo se limitó a girar los ojos ante el berrinche de la polinesia.

- Dinah… - la llamó Normani.

- YO SOLO QUERIA AYUDARLA, Y PARA ESO ME TUVE QUE METER EN SU JUEGO – siguieron los inventos.

- ¡DINAH! – Esta vez fue Camila la que se cansó – LA MITAD DE LOS VIDEOS Y REVISTAS TIENEN TU NOMBRE – la polinesia hizo silencio mientras Camila agarró una revista – Inclusive en esta… – mostró la tapa de una revista – te dibujaste en la tapa – señaló una muñeca negra hecha con un fibrones que estaba agachada sobre las piernas de la
mujer que estaba en la tapa de revistas. De la boca del dibujo salía un globo de dialogo que decía "Soy Dinah y tu eres mi perra"

Cuando, Donde y Como el Amor QuieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora