Blancanieves y los siete enanitos

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Once meses después – Hallowen en Casa Jauregui Cabello
- ¡Listo! – Camila había terminado de ayudar a sus mellizas con sus respectivos disfraces – No puedo creer lo que están viendo mis ojos – les dijo mirando orgullosa a sus dos hijas disfrazadas de enanitos. Tenías puestos calzas de colores y una chaqueta con un cinturón de otro color, para que contrastara con la parte inferior. En los pies tenían zapatitos negros y en la cabeza un gorrito en punta. Por supuesto la cereza del postre, o en este caso de disfraz, la otorgaba la barba blanca de juguete que se tenían que poner.
Las mellizas se miraron - ¡Nos vemos geniales! – Festejó Michelle - ¡Venga los cinco Kaki! – pidió a su hermana el choque de manos que Karla concedió con pocas ganas.
- ¿Nos vemos bonitas mamá? – le preguntó Karla dudosa de su apariencia.
- Por supuesto cariño – les aseguró – Muy bonitas – agregó.
- ¿Tan bonitas como estás tú cuando mami pone cara de boba al verte? – Para las pequeñas la cara de boba de Lauren al mirar a Camila era buena señal.
- No… Más bonitas. Están tan hermosas, que su madre va a poner la misma cara de babosa que pone cuando las mira a ustedes – les dijo. Para Camila no había mejor momento que agarrar a su esposa mirando atontada a sus hijas.
- Me pica mamá – Karla se quejaba de la barba.
- Te la sacas y te la pones antes de irnos Kaki – la convenció Camila mientras las llevaba a la sala donde Sofi y Luna veían por milésima vez buscando a Nemo – Ya tenemos listo dos enanitos – anunció – Tu turno Lu – Estiró su mano a la pequeña – Hora de ir a bañarte – anunció.
- Quiero que mami me haga la danza del baño – Por supuesto que Luna iba a querer bañarse con la danza del baño.
- ¡No se vale! Nosotras no hicimos la danza – se quejó Michelle.
- Es verdad – Karla apoyó la queja.
- Luna, no tenemos tiempo para la danza del baño – negó la petición de su hija.
- Entonces no me baño – caprichosa, Luna, se cruzaba de brazos.
- Esta bien… Pero la haces conmigo – Camila no tenía intenciones de molestar a su esposa después del día que había tenido Lauren. La ojiverde se había enterado que el equipo quería transferir a Vero a otra ciudad y había estado toda la tarde peleando a capa y espada con la entrenadora y el presidente del club.
- Pero tú no te la sabes – la acusó.
- Lu llevo años escuchándola, me la sé de memoria – se defendió.
- Pero tienes que hacer los gestos y todo – le advirtió la pequeña.
- La voy a ser a mi manera – Era imposible igualar a Lauren en la danza del baño.
- Pero mamá… – Michelle, más bien el enanito Michelle, volvía a protestar.
- Mich… te prometo que la próxima vez la hacemos ¿Si? – La mirada no dejó lugar a protesta.
Las dos mellizas se sentaron al lado de su hermana mayor de brazos cruzados.
Sofi se rió y por eso le tocó golpe en su cabeza - ¡Auch! – Sofi se acarició la cabeza - ¿Y eso? – le preguntó a su madre por la causa del golpe.
- Por inventar la daza del baño – le respondió.
- ¡Yo no lo inventé! – se defendió – Fue mami Lolo – dijo.
- Bueno, entonces fue por incentivar a tu madre a que la inventara, si no te hubieras escapado cada vez que te íbamos a bañar, no hubiera existido la estúpida danza del baño – el stress de Hallowen estaba llegando y le hacía decir cosas "horrendas" a Camila. Se arrepintió de usar la palabra "estúpida" apenas vio la cara de sus tres hijas.
- La danza del baño no es estúpida mamá – la corrigió una seria Karla.
- La danza del baño es algo muy, muy serio mamá – Comentó el pececito en forma de reto – la inventó el tataratataratataratataratata ra... ¿Cuántos tátara son? – Preguntó – Bueno eso no importa… La inventó el tátara abuelo de mami Lolo, el indio Nube Negra – contó, sus hermanas asintieron.
- Si alguien le falta el respeto a la danza del baño le puede caer una maldición arriba – agregó Luna.
- Es verdad madre – Sofi aguantaba como podía la risa – Y si tú no quieres que te caiga la maldición del abuelo Nube Negra, vas a tener que hacer la danza del baño con mucho respeto... ¡Auch! – golpe.
Camila giró los ojos y soltó la mano de Luna para dirigirse a la nevera, donde colgaba la página ciento cinco de la "lista del sillón" – Por inventar la estúpida danza del baño – Escribió Camila– Un cemento… - De repente la imagen de ella y su esposa disfrazada se le vino a la cabeza. Camila suspiró y agarró la lapicera nuevamente, al lado de lo que había
escrito agarró – "Posponer hasta nuevo aviso" – ¡Vamos Luna! – Tratando de disimular sus pensamiento cachondos por su esposa.
- ¡SIIII! ¡LECHUCIN HACER DANZA DE BAÑO! ¡HUHAHAHA! ¡HUHAHAHA! – Camila rezaba poder estar a la altura de las expectativas de su hija. Por las dudas, no quería ninguna maldición sobre ella.
Una vez dentro del baño, Camila abrió el agua y Luna se metió en la tina, paradita se quedó mirando a su mamá. La morena miró a su hija y giró los ojos, suspiró y decidió comenzar cuanto antes con esto – Bien – respiró y se paró enfrente de su hija - ¿Estamos listas? – preguntó sin ánimos.
- ¡Ya empezaste mal mamá! – La retó – Esto es una danza guerrera, luchamos contra poderosísimos Dioses de la suciedad – la leyenda continuaba – No puedes hacerlo sin ganas – Justo a Luna le venía a hablar de entusiasmo – Nos van a derrotar – ¡Dios! Camila iba a matar a su esposa.
- Sólo estaba calentando la voz – disimuló - ¿ESTAMOS LISTAS? – un grito de aliento inundaba el baño.
La cara de Luna se iluminó ante el cambio de actitud de su mamá - ¡SIIIIII! – respondió doblando un poco sus rodillas.
- ¡NO ESCUCHE! – Negó la fotógrafa – Pregunte si… ¿ESTAMOS LISTAS? – nuevamente aparecía el grito inicial.
- ¡SIIIII! – la pequeña se esforzó - ¡LECHUCIN ESTAR LISTA! – agregó esperando el inicio de la danza.
Camila no pudo dejar de sonreír cuando vio que su hija había asumido la "posición guerrera" - ¿DONDE ESTA EL JABÓN? – preguntó poniéndose la mano en su frente para imitar la mímica que Lauren usaba cuando buscaba el jabón
- ¡AQUÍ ESTA! – Luna lo tenía en sus manos y se lo mostraba orgullosa a su madre - ¡AQUÍ ESTA! ¡AQUÍ ESTA! ¡HUHAHA!– repetía poniéndole ritmo a sus palabras. La mezcla de Nemo con indios que había inventado la ojiverde no tenía precio.
Camila se preparó, ahora venía la parte importante, tenía que lucirse – Uno… - Luna apretó el jabón – Dos… - Camilaflexionó sus piernas y respiró - ¡tres! – ¡Allí están los Dioses de la suciedad! ¡Allí están! ¡Allí están! – Cantó señalando al horizonte, que en este caso era la puerta del baño - ¡No podemos dejarlos ganar! –Ahora la mano de la morena formaba un puño - ¡Hay que atacar… atacar! – siguió el canto.
- ¡O NO! – Manos en la cabeza para el lechucín - ¿Qué vamos a hacer? ¡Hay que luchar! ¡Hay que luchar! – Luna apretaba el puño como su madre.
- ¡Por las piernas vamos a empezar! – Al mismo tiempo que Camila se agachaba para refregarse imaginariamente las piernas, Luna se enjabonaba las suya – Por la panza vamos a seguir… – morena y morenita enjabonaban su estómago, nada más que la mayor lo hacía de mentira – Y en los brazos vamos a terminar – SI tenía que admitirlo, Camila se estaba divirtiendo. Era muy gracioso ver a su hija toda enjabonada copiando sus movimientos.
- ¡TODAVIA PUEDO VERLOS! – Grito la pequeña señalando un lugar del baño.
- Entonces…el Shampoo hay que agarrar – le contestó con ritmo su madre acordándose la cara de desesperada que ponía su esposa en esta parte de la danza. La pequeña Cabello tomó la botella de shampoo y se puso un poco en su cabello – No perdamos tiempo – cantó Camila llevando sus propias manos en la cabeza – Empecemos a agitar… ¡HAY QUE AGITAR! – ambas revolvieron sus cabellos con ganas.
- AUN ESTAN CERCA – avisó la pequeña con sus ojos cerrados.
Camila se agarró la cabeza exageradamente - ¿Qué lugar nos faltara? – Preguntó a propósito, ahora venía el momento preferido de su hija, Camila la vio sonreír.
- ¡YA LO SE! ¡YA LO SE! – aun con los ojos cerrados levantaba la mano – FALTA MIPE…
Camila sonrió, nunca se iba a olvidar la primera vez que encontró a Lauren y a Sofi muertas de la risa por la modificación que Sofi le había hecho a la danza del baño, modificación que habían adoptado todas sus otras hijas - ¿MIPE…? – preguntó Camila.
- FALTA MIPE… MI PEQUEÑO TRASERO – Gritó riéndose finalmente la niña, para después enjabonarse esa parte. Por un momento Camila se vio imitando el movimiento de su hija.
- ¡SE ESTAN YENDO! – Anunció la fotógrafa - ¡VAMOS A GANAR! ¡VAMOS A GANAR! – Ahora venía la parte es que movía sus brazos festejando – SOLO FALTA…
- ¡ENGUAJAR! ¡ENGUAJAR! ¡HUHAHA! ¡HUHAHA! – Luna giraba debajo de la ducha mientras Camila giraba en su lugar.
¡En tu cara Lauren Jauregui! Camila Cabello aniquiló en la danza del baño.
….
- Mama – Luna la llamaba mientras dejaba que Camila la secara en su habitación.
- Dime cariño – la danza la había agotado.
- Lo hiciste muy bien, el abuelo Nube Negra estaría orgulloso de ti – le dijo.
Camila sonrió ante la aprobación de su hija – Gracias mini bomboncito – Diría Dinah. Camila besó a su hija – Ahora… vamos a convertirte en enanito como tus hermanas…
- Mamá… - Sofi entraba al cuarto de su hermana con un monitor de bebe en la mano – Grace se acaba de despertar –Por el aparato se podían escuchar los balbuceo de la bebe de seis meses.
- ¿Lauren salió del gimnasio? – le preguntó.
- Nop, las cosas con Vero no deben haber salido muy bien – Mucho gimnasio para la ojiverde era sinónimo de stress.
Sofi pudo ver la cara de preocupada de su morena madre - ¿Quieres que yo ayude a Luna con su disfraz? – ofreció ayuda.
- ¡SIIIIIII! ¡TOFI! ¡TOFI! – la pequeña entusiasta estaba de acuerdo.
- Gracias – le susurró Camila a su hija mayor saliendo en busca de su esposa con monitor en mano.
Créanme que Camila tenía todas, pero todas las intenciones de hablar con Lauren, levantarle el ánimo y porque no, darle un que otro beso, pero quien iba a adivinar que cuando la morena entrara al gimnasio, Lauren iba a estar colgada por sus pies de una barra, usando solo un top que cubría sus pechos y un diminuto short que no hacía ninguna alusión a la palabra "vestirse". Camila se quedó petrificada en la puerta mirando como el cuerpo de la ojiverde subía y bajaba trabajando sus abdominales.
Sin darse cuenta sus pies se iban moviendo con el objetivo de acercarse a su esposa. En una de las subidas, Lauren alcanzó a ver a su morena parada a poca distancia de ella, frenó los ejercicios inmediatamente y quedó colgada de cabeza apreciando la intensidad con que su esposa la mira. La ojiverde podía ver el deseo de Camila en sus ojos, deseo que empezó a manifestarse cuando la boca de Camila empezó a recorrer el estómago marcado de su mujer, la lengua de Camila estaba por todos lados. Cuando sus piernas empezaron a ceder y ya había demasiada sangre en su cabeza, la deportista, con un ágil movimiento logró caer enfrente de su esposa, para después empujarla sobre las colchonetas que habían en el gimnasio.
- ¿Sabes que tuve que hacer recién? – preguntó Camila como pudo mientras Lauren se encargaba de besar su cuello.
- Mmm – fue la contestación que recibió.
- La danza del baño… Luna…. ¡DIOS! ¡AMO TUS MANOS! – De más está decir donde estaban las manos de Lauren – Luna… pidió que la hiciera – terminó de contar.
- Ahora toca otra danza… una más divertida y apta para bultos – debería existir un diccionario Jauregui Cabello.
- ¿Qué tengo que…? ¡LAUREN!... ¿Qué tengo que hacer? – preguntó.
- Primero tenemos que usar la vestimenta adecuada – adiós ropa – Segundo tenemos que ponernos en posición – La ojiverde abrió despacito las piernas de su chica para colocarse entre ellas y juntar sus centros, el ritmo lo iban a marcar los gritos y gemidos de ambas chicas – Ahora solo tenemos que luchar…. – definitivamente iba a ser una lucha cuerpo a cuerpo
- ¡MORMONALES! – fue el grito que salió desde el monitor que Camila había dejado en una de las maquinas del gimnasio - ¡UNA VIENE A VER A SU HERMANA Y TIENE QUE ESCUCHAR A SUS MADRES INVENTAR UNA NUEVA DANZA! – Sofi se quejaba por el intercomunicador.
Lauren salió de su lugar quejándose y se tiró en la colchoneta al lado de su mujer que al mismo tiempo se agarraba la cabeza.
- YA NO QUEDA HABITACION DE ESTA CASA QUE USTEDES NO HAYAN ESTRENADO – las siguió retando. Camila no sabía que era más vergonzoso, su hija escuchándolas o ella riéndose porque el gimnasio ya había sido estrenado de esa forma, de hecho Lauren no lo quiso empezar a usar hasta que no le hizo el amor a Camila en cada lugar que creyó
conveniente – YA NO ES TAPARSE LOS OJOS NADA MAS, AHORA TAMBIEN LOS OIDOS – Sofi seguía reprochándoles.
– DEBERIAN TENER ALGUNA ESPECIE DE SEÑAL "CUIDADO MORMONALES SUELTAS" – el chiste seguía Laurenya había escuchado demasiado, agarró el monitor.
- Cangurín, si quieres que me siga haciendo la tonta cuando tu y Lucas están haciendo la danza del amor en tu habitación, será mejor que comiences a medir tus palabras… cambio y fuera- No es una radio Lauren.
La repuesta demoró en llegar, el cangurin estaba evaluando sus posibilidades - ¡LAS QUIERO!... cambio y fuera – Eligió bien – A propósito – la voz de Sofi volvió a sonar – La tía Dj llamó y dice que en una hora están acá, estemos listas o no ¡LAS QUIERO! – agregó la muy chupa media.
Lauren y Camila se miraron – No se cómo voy a hacer para tenerte toda la noche cerca y no poder tocarte – le dijo Lauren.
- No se cómo voy a hacer para levantarme de esta colchoneta sin hacerte el amor – dijo Camila.
Menos mal que esta vez las balbuceadas de Grace las interrumpieron antes de empezar, porque si no, creo yo que no paraban.
- ¿Te bañas con ella? – Le preguntó Camila sabiendo como disfrutaba su esposa de esos con su hija.
- Solo si tú te bañas con nosotras – contra ofertó Lauren.
- Como resistirse a esa propuesta – Inevitablemente la pareja rumbeaba al baño.
….
Lauren y Camila estaban sentadas enfrentadas en la bañera, la ojiverde tenía a Grace en su pecho.
- Si la sigues mirando así me voy a poner celosa – bromeó la morena.
- ¿La viste amor? – Con cuidado Lauren la giró de manera que la bebe quedó sentada en ella, pero mirando a su mujer.
- ¿Viste sus ojos? ¿Viste sus pestañas? Es hermosa… - La sonrisa que se le dibujaba a Camila cuando veía a su ojiverde hablar de sus hijas era indescriptible.
- Ven aquí – le ordenó a Lauren mientras ella se inclinaba hacia la ojiverde. Un beso fue el resultado de su encuentro – Te amo – esa declaración fue lo que le siguió al beso – Y amo como amas a nuestra hijas – confesó – Pero… si no salimos de la bañera, Dinah va a entrar a sacarnos – le dijo levantándose para salir – Y lo más probable es que cuando nos vea quiera meterse a bañarse con nosotras – Dijo algo muy cierto mientras salía ya dispuesta a secarse - ¿Quieres dejar de mirarme el trasero y apurarte? – la morena sintió los ojos clavados de su mujer.
- Por haber heredado ese trasero lobita – le habló a su hija que ahora jugueteaba con el agua – Vas a tener a tus chicos o chicas como quieras – le dijo mientras Camila ya con su salida de baño puesta esperaba con una toalla que Lauren le pasara a su hija – Sólo tienes que aprender a moverlo como tu madre y el amor de tu vida va a arrastrarse hacia ti – aconsejó levantando a su hija del agua y pasándosela a su esposa que no tardó en envolverla.
- No te preocupes cariño – Camila le hablaba a Grace – El movimiento de trasero es algo que también viene de sangre –contó – Sólo tienes que encontrar a una ojiverde boba que quede hipnotizada mirándolo – agregó riéndose de las caras de su esposa.
- ¿Te encargas tu de ella mientras yo me pongo mi disfraz? – pidió la morena entregándole la niña seca a Lauren para luego irse caminando hacia el vestidor. La caminata incluyó un fuerte vaivén de caderas por parte de la morena.
- Por supuesto amor – respondió Lauren sin quitarle los ojos de encima a su chica, Lauren miró a su hija que a su vez la miraba a ella - El día que encuentres a una ojiverde boba la vas a hacer feliz cada vez que hagas eso – le dijo a su niña.
- Bal rissspussss bla rarp paff prrr – opinó Grace.
- Tienes razón lobita, yo soy la ojiverde boba de tu mamá y de ustedes cinco – le dijo - ¿Lista para disfrazarte? – le preguntó
….
- ¡Listo! – festejó la ojiverde – Pero que enanito más adorable – la más pequeña de las Cabello estaba vestida igual que sus hermanas pero con otros colores - ¡Camila! – Llamó a su mujer que llevaba bastante tiempo desaparecida. Lauren alzó a su pequeño enanito y fue en busca de su esposa – ¡Amor! Cuando veas a Grace te vas la vas a querer comer… con su pequeño gorrito y su barbita… ¡DIOS SANTO! – Lauren se paralizó, todos sus sentidos se enfocaron es su hermosa mujer, sus músculos no respondían, lo único que la ojiverde podía sentir era como la bestia iba creciendo en su interior. Todas las barrearas que había puesto para calmarla después del episodio del gimnasio no estaban sirviendo de nada ante la imagen de su mujer vestida de Blancanieves. No solo era el color rojo de sus labios que contrarrestaba a su hermosa  que la estaba volviendo loca tambien no se podía olvidar, del vestido ajustado y no tan largo como la original princesa que vestía Camila que resaltaba los mayores atributos, por no decir todos, de su mujer.
- ¡Grace! – Exclamó Camila riendo por la cara de Lauren - ¡Mírate de enanito! – Agarró a su hija – ¡Estás hermosa! ¿Cierto Lolo? – Camila preguntaba a propósito, sabia el efecto que estaba teniendo en su mujer.
- ¿Mhhm? – Aun no recuperaba la capacidad de escucha.
- ¿Cierto que Grace es un enanito hermoso? – repitió.
- Siclsro – se aclaró la garganta – Si…si…claro – en realidad asintió algo que aun no entendía.
- Vamos a buscar a los otros enanitos mientras tu madre se prepara… ¡Lolo! – la llamó.
- ¿Mhmm? – cero reacción.
- Nada de momentos a solas… no tenemos mucho tiempo – Camila se frenó en la puerta para mirar a su mujer que aun no se movía de su lugar.
- Blaruu fafffdp prrr – Grace quería decir algo.
- Si cariño… creo que la mate – coincidió – hay que darle un tiempito – era lo mejor.
Lauren se quedó sola en la habitación, aun sin moverse, había que darle tiempo.
….
-¡Mamá! ¡Pido que se revalúe el sorteo de los disfraces! – Sofi entraba a la sala para unirse a Camila y a sus hermanas – Estoy segura de que mami y tu hicieron trampa – Cruzada de brazos y protestando se sentó.
- Tofi es el enanito gruñón – señaló Luna – Yo soy el enanito Feliz – No se podía olvidar de ella.
- ¿Por qué tengo que ser enanito? – le preguntó a Camila.
- Porque así salió en el sorteo perfectamente legal que hicimos – se defendió Camila.
- Es imposible que justo todas tus hijas hayan salido enanitos mientras tu eres Blancanieves.. ¡Que casualidad! – ironizó.
- No se de que te quejas, si te ves genial – apuntó su madre justo cuando el timbre de la puerta sonaba.
- ¡YO VOY! – grito Michelle y salió corriendo a la puerta.
- ¡QUIERO QUE SE REHAGA EL SORTEO! – Camila giró los ojos al escuchar la voz de Dinah.
- ¡ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO! – Una de las raras veces que Sofia y Dinah concordaban.
- A mí me gusta mi disfraz Dj – Mani llegaba a la sala agarrando de la mano otro enanito que parecía ser Andrea. Los enanitos Riley y Michelle venían detrás.
- Te ves genial Mani – Camila se acercó a saludar a su amiga que estaba toda pintaba de color plateado suave y tenía un marco redondo alrededor de ella – Déjame intentarlo – pidió la fotógrafa parándose enfrente de la bailarina – Espejito… espejito… dime quien es la más bonita de este reino – le habló al disfraz de espejo.
- Eso es fácil – contestó Mani – La más hermosa es… ¡LAUREN! – dijo de repente.
- Aun se está cambiando Britt – contestó la morena.
- Lauren te ves genial – Camila siguió la línea de visión de su amiga y se dio cuenta que había alguien detrás de ella, inmediatamente giró su cabeza y se arrepintió, entramos en el segundo momento parálisis de la noche.
- ¡ESTO NO ES JUSTO! – Dinah vestida de bruja entraba a la escena. El papel de la polinesia se veía muy creíble con su capa negra, con una extensión en su nariz con grandes arrugas y pelo blanco falso que le caía por su cabeza. Infaltable la canasta con manzanas envenenadas -¿Por qué Jauregui tiene que ser el caliente leñador mientras yo soy la malvada bruja? – Se quejó – Exijo que hagamos de nuevo el sorteo – insistió.
- ¡TOTALMENTE DE ACUERDO! – Sofi apoyaba a su tía.
- El sorteo ya se hizo – se excusó la ojiverde sin ignorar el estado de su esposa ¿Quién se ríe ahora? – Y ustedes estaban presentes. Si a mí me hubiera tocado bruja, lo hubiera aceptado. Asique dejen de quejarse – dijo cerrando la conversación.
- Lauren – Quinn recuperaba la voz - ¿Podemos hablar un segundo? – le señaló la cocina a su chica.
- ¡EN CINCO MINUTOS PARTIMOS! – advirtió Dinah por las dudas.
- ¿Algún problema cariño? – preguntó disimuladamente la ojiverde.
- Si, tengo un problema. Ese no es el disfraz que te alquilé – sentenció.
- Si es – se defendió Lauren – Pero le hice unas modificaciones – En vez de usar el pantalón ancho que venía, me puse el negro ajustado que me compre la semana pasada – señaló su vestimenta inferior – Hice un nudo en la camisa, porque me quedaba muy larga – La camisa larga, a propósito elegida por Camila, a cuadros roja y negra se levantaba
en un nudo dejando expuesto parte del abdomen de la deportista – Y me doblé los puños como los leñadores del Discovery Channel – ambas mangas estaban subidas hasta donde el bíceps de la ojiverde lo permitía. El discreto disfraz se complementaba con unos borcegos negros y el hacha de juguete que tenía que cargar la ojiverde en una de
sus manos - ¿No te gusta así? – Lauren giró en sí misma – A mi me parece mejor – opinó
El problema no era si a Camila le gustara o no, el problema era que a la vecina de al lado, que últimamente estaba persiguiendo a su esposa, le iba a gustar seguro – Me encanta pero…
- Entonces vamos mi Blancanieves – le agarró la mano – Es hora de dulce o travesura – dijo.
- Pero yo lo único que quiero es travesura – chilló Camila mientras se dejaba llevar por su esposa.
- ¿Estamos listos? – Preguntó Lauren llegando a la sala - ¿Están listo los siete enanitos? – preguntó.
- ¡SIIIII! – Respondió Luna - ¿Cierto Andy? – otra vez empezamos. El enanito Andy asentía. Lauren acomodó a Grace en el asiento portátil que ella iba a cargar en sus hombros.
- No escuche a todos los enanitos – Lauren se acercó a su hija mayor.
- El próximo año yo voy a sacar los papelitos del sorteo – Sofi seguía sospechando de su madre.
- ¿El espejo? – obvio la acusación de su hija.
- ¡LISTA! – festejó Mani.
- ¿La horrible bruja malvada? – rió de Dinah.
- ¡OYE! – La polinesia la frenó – Puede que sea bruja y malvada, pero aun así sigo estando caliente – Lauren se rió de nuevo – No hay manzanas envenenadas para ti estúpido leñador – le advirtió saliendo de la casa. El espejo y los enanitos siguieron a la bruja.
- ¡UN CEMENTO! – Frenó a los enanitos – Me parece que lo enanitos se están olvidando de algo – dijo.
- ¡CIERTO! – Para Luna era inconcebible - ¡Todos en fila! – se acomodaron – Y un, dos, tres – contó – ¡HAY HO! ¡HAY HO! ¡HAY HO! ¡A TRABAJAR! – cantaron cinco de los siete enanitos.
- NO TE ESCUCHO CANTAR ENANO GRUÑON CANGURIN – Sofi las iba a pagar por su interrupción.
Lauren escuchó a su hija murmurar algo así como "Ya verás el próximo sorteo" y se partió de la risa hasta que sintió el susurró cercano de Camila en su oído.
- Estoy tan agradecida de que tu padre te haya enseñado a hacer trampa en los sorteos – Le susurró Blanca Camila a su mujer apoyando sus pechos en la espalda del leñador durante unos segundos para después pasar por al lado de ella rozando todo lo que podía con su mano.
Lauren le prestó excesiva atención a como ese vestido resaltaba el escote de su mujer - Yo también hermosa, yoctambién – Miró al cielo – Gracias papá, donde quiera que estés… Gracias… - exclamó para después mirar a su enanitocmenor que colgaba de ella en su pequeño arnés y que ahora se estaba comiendo su propia barba - ¿Cómo dice
lobito? ¡HAY HO! ¡HAY HO! ¡ESPERANOS BELLA PRINCESA! – le grito a su esposa.
En la calle
El vecindario de las Camren estaba poblado de niños acompañados de adultos, disfrazados por doquier.
Definitivamente el espíritu de Hallowen se había instalado en el lugar.
Camila analizó la situación – Bien – dijo – Vamos a tener que dividirnos…
- ¡YO VOY CON MAMI LOLO! ¡LA LEÑADORA! – Luna se avivó y cantó primero. Las demás pequeñas protestaron y las mayores giraron los ojos.
- ¡Perdón! – Camila miró a Luna ofendida, al parecer la pequeña se había olvidado quien le hizo la danza del baño - ¿Y por qué se supone que eliges al leñador? - ya estaban todos en personajes.
- Porque mami siempre hace que las damiselas nos den más dulces y golosinas ¿Cierto enanito? – le preguntó a su prima obteniendo una respuesta positiva.
- Eso no es cierto – Camila no iba a permitir que alguien calumniara su capacidad para conseguir dulces.
- Si es cierto mamá – Karla siempre con la verdad – El año pasado a mi me tocó con ella y juntamos el doble de dulce que ustedes – explicó con hechos fácticos.
La sonrisa agrandada de Lauren era enorme – ¿Qué quieres que haga? Son irresistibles – le dijo.
- Bien – Camila aceptó el desafío – Ya veremos quién gana esta vez – dijo enojada.
- Uyyy bomboncito, vas a tener un rival difícil – opinó Dinah – porque con Mila exhibiendo sus gemelas en ese vestido - señaló los pechos de la artista – yo dejó toda la fábrica de chocolates en ellos – Lauren no recibió nada bien ese comentario, nadie tiene derecho a mirar a Squishy y Spongi.
- Luna y Andy con Lauren – ordenó Camila – Mich y Rae vienen con Mani y conmigo – repartió – Kaki y Sofi les toca con Dj – dijo.
- ¡CLARO! ¡MANDENNOS CON LA HORRENDA BRUJA MALVADA! – No era el mejor momento del cangurin – TOTAL KARLA Y YO NO QUEREMOS DULCES – ironizó.
- ¡QUE NO SOY HORRENDA! – Era lo único que le importaba – Y para que sepas, así como me ves, voy a patearles el trasero a tus madres.
- Prepárate para morir de hambre Kaki – Le susurró a su hermanita.
- Ánimos cangurin – la consoló Lauren - ¡Tu puedes! No en vano te enseñé ciento ocho lecciones – le recordó – Solo que no tienes que dejar que Dinah sea la que hable – le indicó señalando a la polinesia que peleaba con un par de niños que huían de ella.
- Lauren – Camila se acercaba a ella en plan de guerra.
- Camila – La ojiverde la enfrentaba.
- Tienes prohibido golpear la puerta en lo de la vecina loca que te persigue – empezaron las reglas.
- No sabía que tu eras la que ponía las reglas – apuntó venenosamente la ojiverde – Nosotras podemos ir a donde se nos de la gana ¿Cierto Luna? – buscó el apoyo de su hija
- ¡Cierto! – afirmó el lechucín - ¿Cierto Andy? – por las dudas preguntaba y patito asentía.
Camila juntó sus labios – De acuerdo – aceptó – entonces puede que yo toque la puerta del señor de los gatos – la ojiverde abrió los ojos bien grandes.
- NO LO HARAS – le advirtió – Lo tienes prohibido, ese hombre está obsesionado contigo - apuntó.
- No sabía que tu ponías las reglas – se burló la morena
- Con que esas tienes Cabello…. Con que quieres jugar sucio – se acerco a su novia– Lauren le pasó a Grace a su esposa y desató el nudo de su camisa para volvérselo a hacer más arriba aun, casi todos sus abdominales estaban a la vista.
- ¡Hola señor durito! – Mani saludaba a su cuadradito personal.
Camila apretó a un más fuerte su mandíbula y se acercó aun más a su esposa, las miradas eran de guerra – ¿Quieres guerra? La vas a tener – Le devolvió la bebe a la ojiverde, quien se la colgó en su pecho devuelta. Con mucha habilidad Camila se sacó el sostén que traía puesto en frente de todos. Lauren sacudía su cabeza, sus amados tesoros estaban libres a la imaginación de cualquiera.
- Estoy empezando a pensar que no estamos en buenas manos – comentó Sofi al ver como su madre se sacaba la prenda.
- Yo estoy empezando a pensar donde puedo meter las manos – dijo la polinesia mirando los pechos de Camila.
- TIA DJ – la retó - ¿Podemos empezar? – pidió desesperada.
Lauren y Camila no se sacaban las miradas de encima – Listos… en sus marcas … ¡YA! – empezaba la cosecha.
Un par de horas después – Casa Jauregui Cabello
- ¡Esto es grandioso! – Michelle y el leoncín prácticamente estaban nadando en golosinas, chocolates entre otros.
Camila y Mani las miraban orgullosa – Estuviste excelente con tu acto de "tú eres la más hermosa" Mani – la felicitó Camila, al parecer la bailarina había ganado levantando el autoestima de la gente que les abría la puerta
- Eso no fue nada – habló Mani relajándose en el sillón – La mejor parte era cuando nos abrían hombres y tu dejabas caer uno de los dulces para recogerlos ¿Viste la cara del señor de los gatos? Estoy segura que lo vaciaste Kaki – le dijo.
Orgullosa Camila reía, moría por ver la cara de Lauren cuando viera sus cinco bolsones llenos de dulce.
Cuando escucharon la puerta abrirse, Camila se preparó para cantar victoria enfrente de su mujer, el tema era que no fue su esposa la que entró.
- ¡Odio Hallowen! – Sofi entraba con una bolsita pequeña con apenas unos caramelos.
- ¡Yo también! – Dinah no tenía nada y Karla venía con un chupetín en la boca.
- No se preocupen – las calmó Camila – el año que viene le va a tocar conmigo – el ego de Camila estaba por los cielos – Tal vez rompamos el record de los cinco bolsones llenos de este año – orgullosa señaló su cosecha.
Dinah y Sofi se miraron y empezaron a reírse - ¿No te cruzaste con el bomboncito cierto? – le preguntó Dinah riendo.
- No… Estaba muy ocupada ganando la… – la entrada de un par de enanitos con dos bolsas cada una la interrumpió
- ¡HAY HO! ¡HAY HO! ¡HAY HO! ¡A TRABAJAR! – Luna y Andy cantaban - ¡AMAMOS HALOWEN! ¿Cierto Andy? – Una Luna normal ya es fuerte, imagínense una Luna llena de dulces
- Cuatro bolsas – contó Camila – aun seguimos ganando… - otra vez la interrumpieron.
- ¿Dónde las pongo Lauren? – La vecina de al lado vestida de jugadora de básquet, lo que Camila pensó que fue demasiado obvio, entró con dos bolsas más.
- Déjalos en la mesa Mandy y muchas gracias por tu ayuda – Lauren entraba con su hija menor dormida en un brazo y con dos bolsas más en su otro brazo.
- No hay problema Lauren, cuando necesites mi ayuda avísame – demasiado obvio.
- Si… si… muchas gracias de nuevo. Nos vemos – le cerró la puerta.
La cara de Camila era impagable, Dinah y Sofi seguían riéndose – Ocho bolsas Cabello, parece que te ganaron – le dijo la polinesia.
- No te preocupes mamá, el año que viene puedes ser con nosotras – seguían cargándola
- ¿Cómo hiciste? – Camila encaró a su esposa.
- Tuve que sacar las armas grandes – Rachel señaló sus propias piernas, que ya no vestían un pantalón ajustado negro, ahora solo tenían un pequeño short.
Camila apretó la mandíbula y con aires de diva se fue a la habitación.
Lauren giró los ojos – Ahora vuelvo – les dijo a las demás.
Una vez que puso a Grace a dormir, la ojiverde se dirigió a su habitación. Golpeo varias veces pero como no recibió respuestas entró – Camz…
- Dulce o travesura – le susurró la morena desde atrás.
- Travesura… sin lugar a duda – afirmó la leñadora dándose vuelta a enfrentar a su esposa – O Blancanieves… que grandes pechos tienes… - Lauren se confundió de cuento.
- Cariño esa es la caperucita roja – la corrigió Camila.
- Al carajo Camz, al carajo…. Yo contigo soy todas las putas historias infantiles que yo quiera ¿me oyes? – Y como no oírla, lo que siguió no se podía contar en esas historias infantiles.

Cuando, Donde y Como el Amor QuieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora