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Na Jaemin entró al PC Bang con una gran sonrisa tirando de su rostro, después de una semana dura de exámenes y proyectos él ya se merecía su tiempo de descanso y disfrute para sí mismo. La vieja señora Kim le mostró una media sonrisa cuando le vio entrar al establecimiento. Jaemin inclinó su cuerpo por la taquilla pidiendo un computador que estuviese disponible.

— El computador número... — la señora entrecerró los ojos como si le hiciera falta aumento a sus enormes gafas. El castaño sonrió tamborileando los dedos sobre el mostrador. — Cinco, la número cinco. — el chico agradeció, encaminándose a su computador asignado.

— ¡Eso imbécil! ¡¿Quién es la jefa ahora?! — Jaemin frunció el ceño pero luego una pequeña sonrisa tiró de sus labios.

Una chica de cabello intensamente azabache gritaba unos cuantos insultos a través del micrófono de sus auriculares. La piel de la chica era sumamente blanca demasiada pálida de un color casi enfermizo, unos pequeños círculos obscuros adornaban la parte baja de sus ojos y sus párpados se mantenían hinchados quizá por haberse mantenido muchas horas frente a la pantalla del computador. A pesar de su apariencia enclenque, sus mejillas estaban coloreadas por un rubor altamente tierno y eran muy regordetas. La chica empujó el puente de sus gafas redondas y con el dorso de su mano limpió su frente.

Sus cortos dedos se movían con rapidez en el teclado y sus ojos se movían de un lado a otro siguiendo todas las acciones de su personaje.

¡Yeah, Man! — apretó su puño en una señal de victoria. — Ah, todos son mis esclavos.

Los ojos marrones de la menor se clavaron en Jaemin, quien se mantenía de pie frente a ella, el castaño nerviosamente tomó asiento en su lugar y la pequeña sonrió.

— Vaya, que es guapo — el chico se sorprendió ante el descaro de la menor y la manera en la que habló como si él no estuviera ahí. — Vale, vamos por otra partida. — Jihee movió su cuello a un lado escuchando como emitía un crack bastante claro, al mismo tiempo que estiraba sus brazos con los dedos entrelazados tronando sus huesos sin piedad.

Un chico de cabello rubio platinado llegó corriendo cayendo a un lado de la chica. El recién llegado respiraba con dificultad mientras que Jihee lo ignoraba completamente.

— Ji-Jihee — su voz se entrecortó, colocó una mano en su pecho y tomó una gran bocanada de aire.

— ¿Qué quieres Jisung? — el llamado Jisung, movió el brazo de la chica con desespero. — ¡Harás que pierdas, animal!

— ¡Mamá vi-viene! ¡Mamá se dirige hacia acá! — la chica se colocó de pie de un brinco y por poco tiraba el envase de ramen sobre el teclado si no fuera porque el rubio lo atrapó a tiempo.

— ¡Por los mil demonios! — Jaemin miraba la escena divertido, mientras su partida cargaba.

— ¡Park Jihee!— una señora de no más de cuarenta años se acercaba al par de chicos pisando fuertemente y dejando un rastro de fuego tras ella. La pelinegra tembló apretando el brazo de su hermano, quien inmediatamente se separó de ella y salió corriendo fuera de las garras de su madre.

Jodido traicionero.

— Mamá lo puedo explicar, por favor cálmate. No hay porqué recurrir a la violencia. — Jihee con sus manos en alto daba pequeños pasos hacia atrás discretamente.

— ¡¿Qué me vas a explicar?! — gritó enfurecida — ¡Se suponía que estabas estudiando en casa de Yuna desde hace seis horas!

¡¿Seis horas?!

Jaemin abrió su boca completamente sorprendido. Aquello le parecía inhumano e imposible, se preguntaba como es que la pequeña chica podía soportar tanto tiempo frente a la pantalla sin que sus ojos se secaran.

— E-es que me distraje en el camino. — la señora se acercó aún más a ella apretando los puños. Cuando se posó frente a Jihee, alzó una de sus manos y la pelinegra se encogió cubriendo su rostro con sus brazos — ¡Por favor no me mates!

Na Jaemin reía en sus adentros mientras miraba su pantalla a punto de iniciar su partida.

— ¡Estás castigada hasta que cumplas treinta años! — la madre de los mellizos agarró con fuerza la oreja de su hija, arrastrando con ella hasta la salida.

Los quejidos de la chica eran tan fuertes que se seguían escuchando incluso cuando ya estaban una cuadra lejos del Pc Bang.

La pelinegra dejó su cuenta abierta y Jaemin como buen ciudadano se asomó con una sonrisa a cerrarla.

     Jijimochi02

¿Con qué ese era su user?

Jaemin anotó el user de la chica en su servidor para luego añadirla.

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Un día había pasado ante aquel incidente vergonzoso para Jihee. Jaemin se encontraba en la misma máquina de ayer en espera de que la chica de cabello azabache apareciera nuevamente.

Era sábado, y el PC Bang se encontraba aún más lleno. Extrañamente, la silla donde Jihee se solía sentar estaba libre.

Ahora, una Jihee se escabullía entre los computadores sutilmente como si tuviese miedo que su madre en cualquier momento apareciese y se la llevara de las greñas de vuelta a casa.

Jaemin rotó su cabeza a un lado donde la pequeña chica se sentaba todavía en alerta. Na quiso reír al ver que la pelinegra vestía aún su pijama extremadamente infantil.

Jihee ingresó a su cuenta con rapidez como si cada minuto que pasara fuese valioso con miedo a perderlo.

Nana aprovechó ingresando al mismo servidor que la pequeña y para su suerte estaban en diferentes equipos.

La pelinegra mordía fuertemente su labio inferior apretando las teclas con fuerza. El sudor comenzaba a escurrir su rostro, la barra de vida estaba muy baja y ¡Bang! pega un chillido cuando alguien le dispara en la cabeza desde atrás.

Jaemin sonrió triunfante al ver el gran número uno en su pantalla, soltó un suspiro recargándose en el respaldar de su asiento mientras escuchaba las maldiciones que emitía en voz baja la chica.

— Ese hijo de su... — acalló sus propias palabras al saber lo que estaba a punto de salir de su boca.

Jihee entrecerró los ojos viendo el user de su asesino.

Nanamin00

Me voy a vengar Nana come mocos — habló señalando la pantalla del computador. Empujó sus gafas redondas hacia atrás y se colocó de pie en silencio aceptando la derrota. — Eres bueno, eh.

Nana la miró de soslayo queriendo partirse de las risas y lo hizo, una vez la chica se marchó de manera cabizbaja.

Eso ha sido demasiado gracioso.

bang love ➳ jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora