bang love ➳ jaemin

[010]

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La pelinegra movió con rapidez sus pálidos dedos en el teclado del computador. Sentía los ojos secos al igual que sus labios pero eso no era impedimento para continuar su partida.

El invierno había iniciado y el único lugar cálido en el cual Jihee amaba estar era el PC Bang, que sorpresa.

— Lucas no entiendo porqué siempre te pierdes.

— Lo siento mi señoría, es que me distraje un poquitín.

Lucas era un chico que jugaba en línea en equipo con Jihee, no se conocían en persona y sabían muy poco del otro pero eso no los limitaba a ser grandes amigos con gustos muy similares. Ambos se conocieron por casualidad en un juego en el que no tenían equipo junto a otro chico llamado Johnny y desde ese entonces se completaron perfectamente.

Dio un grito de victoria al quedar nuevamente en primer lugar, se dejó caer en el respaldo de la silla acolchonada y giró de un lado a otro con una sonrisa.

— ¡Jihee!— Hayoung se acercaba a ella a paso rápido con una sonrisa en su rostro, el gran gorro de lana cubriéndole la frente y el suave suéter tejido que vestía hizo que Jihee quisiera quitárselo por lo calentito que se veía.

Cuando llegó a su lado golpeó el escritorio dejando un póster de muchos colores, lo apuntó reiteradas veces con su índice para que Jihee le prestara atención.

— ¿Qué es eso? — dijo antes de darle un sorbo a su taza de café, que por supuesto no debería estar bebiendo ya que su madre no se lo permitía, sus anteojos no tardaron en empañarse.

— Una competencia.

— ¿De? — alarga clavando sus ojos al computador para continuar otra partida.

— De videojuegos — al ver que su amiga seguía sin interés hacia lo que hablaba decidió contarle lo más importante — el premio del ganador será un millón de wones.

La pelinegra comenzó a toser cuando el líquido atravesó de manera inesperada su garganta sintiendo como se quemaba. Su mejor amiga le dio unos golpecitos en la espalda mientras Jihee se reincorporaba en su sitio con el rostro rojo y sus ojos llorosos.

— U-un millón de wones — farfulleó sin creerse aún por completo lo dicho por su amiga. Tomó bruscamente el póster del escritorio y lo acercó a su rostro lo suficiente como para leer las letras pequeñas.

Su cerebro comenzó a trabajar solo, imaginando la gran cantidad de cosas que podría comprar con ese dinero. Jihee se consideraba buena en los videojuegos, en realidad era en lo único que podía decir con seguridad en lo que era buena. El videojuego de la competencia era el que siempre jugaba y muy pocas veces perdía.

Esas pocas veces era culpa del tal Nanamin00 mejor conocido como Nana come mocos.

— ¿Te imaginas todo lo que podremos comprar con ese dinero? — la voz de Hayoung la sacó de un golpe de su ensoñación, alzó su vista hacia su amiga observando como se balanceaba de un lado a otro con una sonrisa tan extensa que le llegaba de oreja a oreja.

— ¿Podremos?

Asintió efusivamente empujando a Jihee con su cadera para que le hiciera un espacio en el asiento.

— Yo seré tu mánager.

— Eres muy interesada, insecta — Hayoung abrió su boca ofendida poniendo su mano en su pecho.