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— Jaemin, ¿puedes llevar esto a la sala de maestros? — la profesora le tendió una pila de papeles, los cuales el aludido tomó con una sonrisa.

Caminó por el largo pasillo, su Instituto era relativamente grande cada curso tenía su propio piso por esa misma razón Jihee y Jaemin coincidían muy poco. Bajó las escaleras tarareando una canción mientras deslizaba con suavidad sus dedos por el barandal de éstas.

Al llegar al pasillo inferior donde se encontraba el aula de maestros Jaemin logró visualizar a lo lejos una pequeña silueta que fácilmente reconocía.

Jihee se encontraba fuera de su aula de clases caminando de un lado a otro sintiendo que en cualquier momento vomitaría de los nervios y las lágrimas explotarían de la frustración que sentía.

Repitiéndose la frase ¿Qué hago? en su cabeza.

No entendía porqué sus profesores siempre la culpaban a ella cuando realmente nunca hacía nada.

En primer lugar Bomin la había estado molestando durante casi todas las clases y a ella le dieron la reprimenda al darle un puñetazo en la nariz.

Y no se arrepentía.

Esperaba haberle sacado al menos algo de sangre.

Incluso sus nudillos dolían ligeramente por el impacto.

Bomin era un idiota de primera, era el alumno lamebotas con los que le convenía y sinceramente Jihee no entendía el porqué ese chico se encargaba de molestarla siempre que le era posible.

Ella no temía de lo que le dijeran los profesores, ni mucho menos del castigo; tenía miedo de su madre que le había advertido innumerables veces que si la volvían a llamar del colegio se iba a olvidar de todas sus cosas de valor con ellas su libertad y no se podía dar ese lujo por ahora ya que tenía que practicar para la competencia de videojuegos.

Apretó sus nudillos haciéndolos tronar y golpeteo la punta de su zapato contra el suelo.

— Cielos — Jaemin caminó hacia ella con pasos seguros un tanto altaneros que la hizo voltear a ver— ¿Metiéndote en problemas?

Jihee soltó un doloroso suspiro dejando caer su cabeza hacia atrás, el castaño negó divertido y la chica oprimió sus labios al recordar los sucesos anteriores.

— ¿Ahora qué hiciste? — la puerta de su aula fue abierta y un chico pelinegro salió de ella con un trozo de papel en una de sus fosas nasales cubiertas de sangre, indirectamente respondiendo la pregunta de Jaemin. Bomin le dio una sonrisa a Jihee, una sonrisa socarrona que le caló los huesos a la chica provocando ese sentimiento de enojo y frustración nuevamente en ella.

— Tienes la mano pesada Park — Jaemin miró la escena atento y pudo notar con la pequeña chica apretaba con fuerza sus puños como si estuviera recargando su fuerza para atacarlo.

— Ojalá te hubiese clavado una pluma en el ojo — Choi Bomin soltó una risita divertida, le fascinaba escuchar a Jihee soltar palabrotas.

— Gracias por preocuparte por mí, estoy completamente bien para seguirte molestando.

La pelinegra dio un par de pasos paulatinos reduciendo la distancia entre ambos, Jaemin comenzó a sentir un mal sabor de boca al ver lo que estaba pasando, sin embargo, pudo notar que ni por obra del señor Jihee se permitía mangonear por alguno.

bang love ➳ jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora